Paco Linares: “En el momento de la consolidación del cómic como un arte de primera fila, Hugo Pratt se ha convertido en un clásico. ¿Qué es un clásico en el mundo del arte? Un autor que continúa siendo moderno hoy en día. La lectura de la obra de Pratt continúa siendo tan moderna ahora, como en los años 60 o 70 del siglo XX”.
ALICANTE. Después de un largo periplo de presentaciones, en las que se incluyen algunas visitas a Radio Nacional o jugosas conversaciones con Juan Díaz Canales en la librería Panta Rhei de Madrid, la Seu Universitària UA acogió, el pasado miércoles 16 de marzo, la presentación del tercer volumen de la colección Hugo Pratt en la editorial Confluencias, dirigida por el crítico de Onil Paco Linares, al que acompañó el traductor Pollux Hernúñez. Una cita pendiente. Viaje por los Mares del Sur, es un “artefacto literario y artístico”, en palabras del propio Linares, un compendio de libro de viajes, crónica, memoria y cuaderno de artista, donde las reflexiones de Pratt se encuentran trufadas de apuntes al natural en forma de acuarela de la mano del propio autor, así como del registro fotográfico de los míticos lugares visitados, bajo el objetivo de su colaboradora Patrizia Zanotti.
Casi al final de su vida -el viaje se realiza en 1992 y el autor fallecería tres años más tarde, en 1995-, Pratt, en compañía de Zanotti, recorren los lugares que habían conformado el imaginario del autor, desde sus lecturas de infancia y adolescencia de los autores seminales del género de aventuras en las tierras de la Polinesia: Robert Louis Stevenson, Jack London, William Somerset Maugham o los cineastas Raoul Walsh y Friedrich Wilhelm Murnau.
Dos de los aportes a esta edición, que la diferencian de sus predecesoras italiana y francesa, son los textos introductorios a cargo de Patrizia Zanotti, colaboradora de Pratt y ahora mismo responsable de la compañía que gestiona el legado del autor, CONG Hugo Pratt art properties, que acompañó a Hugo en el viaje que dio origen a este libro, quedando registrada y siendo parte de él, como autora del reportaje fotográfico e incluso delante del objetivo; y el de Juan Díaz Canales, Premio Nacional de Cómic y autor, junto con el dibujante Rubén Pellejero, de la continuación de las tribulaciones del marino Corto Maltés, la creación de Pratt que lo llevó a la primera línea del cómic mundial. “Hugo Pratt poseía una cualidad: lograba sentirse como en su propia casa en cualquier lugar. Parecía regresar siempre a un ambiente conocido, casi familiar, incluso cuando visitaba estos lugares por primera vez”, nos dice Zanotti en el prólogo, contextualizando de manera precisa lo que es esta obra, un reencuentro con lugares conocidos a través de la imaginación, la propia y la recreada por los lectores, a pesar de ser la primera vez que sus pies se posaban sobre las tierras de los Mares del Sur.
“La idea de la publicación de este libro surge antes de la pandemia, del año 17 o 18, cuando contacté con Javier Fornieles, editor de Confluencias, porque consideraba que era la editorial idónea para desarrollar un proyecto como el que yo estaba planteando”, explica Linares. “Esta obra, Una cita pendiente, solo se había editado previamente en Italia, con el nombre de Avevo un appuntamento, el año 1994, y un año después, coincidiendo con el fallecimiento de Hugo Pratt, la traducción francesa, con el título de J’avais un rendez-vous. Yo estaba convencido de que esta obra, que no es un cómic, sino un libro muy particular, se tenía que conocer en España. La obra como historietista de Pratt era bastante conocida aquí, pero no tanto esta otra faceta, sus reflexiones, sus pensamientos, no era muy conocido el Pratt escritor que dejaba a un lado las viñetas y contaba todo su bagaje viajero, cultural y literario”.
“Se trataba de una edición que comportaba un gran trabajo, para poder reproducir con gran calidad el contenido de la obra, teniendo en cuenta que se compone de texto e ilustraciones, fotografías y, especialmente, apuntes a la acuarela del propio Pratt, en los que era un maestro. Desde el gramaje del papel a la reproducción fidedigna de estas acuarelas. En aquel primer momento, debido a las circunstancias, lo tuvimos que dejar en pausa, porque la producción era muy difícil. Se nos vino encima la pandemia COVID-19 y fue justo en pleno confinamiento cuando retomamos el contacto y lo lanzamos de manera osada, hasta que ha visto la luz, con unos resultados excepcionales”.
La extensa obra de Hugo Pratt (Ugo Eugenio Prat, Playa de Lido, entre Rávena y Rímini,1 Italia, 15 de junio de 1927 - Grandvaux, Suiza, 20 de agosto de 1995) ha tenido una larga trayectoria en España, en diferentes proyectos encabezados, principalmente, por las editoriales Tótem, Planeta y Norma, en la que actualmente se está realizando una tarea de recuperación de los títulos canónicos de Corto Maltés en una cuidada edición, tanto en blanco y negro, como en la versión en color, en la que la mano de Patrizia Zanetti fue primordial, así como los títulos producidos por la pareja Díaz Canales/Pellejero, o la reinterpretación, llevada a la actualidad, de Martin Quenehen y Bastien Vivès. Sin embargo, la vertiente literaria, memorialística y acuarelista de Pratt era mucho menos conocida.
“Yo detecté un vacío”, continúa Linares, “allá por 2012 o 2013, que se empieza a llenar cuando Confluencias publica los dos libros de entrevistas de Dominique Petitfaux con Pratt, los números 1 y 2 de la colección que ahora dirijo y cuyo número tres es este Una cita pendiente. En la planificación que tenemos está, por supuesto, la reedición de estos dos títulos. En los años anteriores a esta publicación, yo no notaba todavía ese boom prattiano que se ha dado después. Puede que en aquel momento fuéramos cuatro personas los que conocíamos esta otra vertiente del autor veneciano mientras que en estos últimos diez años ha habido un incremento importante de la curiosidad por el autor. Tal vez el boom de la novela gráfica ya a mediados de los años noventa ha favorecido esto. Está claro que cuando tú profundizas en lo que ha sido la cultura del cómic en Europa, cuando empiezas a indagar y vas bajando décadas, y ves las referencias de todos los autores del cómic actual, estos se reflejan en Giraud/Moebius, en Muñoz y Sampayo, en Oesterheld, en el propio Hugo Pratt, estamos consolidando una nómina de clásicos, como si en el arte contemporáneo, los artistas reivindicaran a Goya o a Velázquez, por poner dos ejemplos. En el momento de la consolidación del cómic como un arte de primera fila, Hugo Pratt se ha convertido en un clásico. ¿Y qué es un clásico en el mundo del arte? Un autor que continúa siendo moderno hoy en día: la lectura de la obra de Pratt continúa siendo tan moderna ahora, como en los años 60 o 70 del siglo XX”.