ALICANTE. Medio millar de espectadores asistieron este domingo al encuentro entre el filial del Levante y el Hércules, según el dato oficial ofrecido por el club 'granota'.
Cerca de un centenar de los anteriores eran aficionados blanquiazules que en su inmensa mayoría se desplazaron desde Alicante hasta Bunyol, en una mañana más fría de lo previsto y en la que el Hércules, salvo en el último cuarto de hora, apenas se hizo acreedor de su apoyo. No obstante, los seguidores herculanos no regatearon en cánticos y alentaron a los suyos durante prácticamente los 95 minutos que duró el partido. La ausencia total de incidentes volvió a ser la nota dominante en una visita del Hércules a la Ciudad Deportiva del Levante donde, eso sí, la seguridad se vio reforzada con no solo un número mayor de vigilantes privados, también de efectivos de los Grupos Rurales de Seguridad de la Guardia Civil.
La única tribuna con la que cuenta el campo que fue escenario del encuentro prácticamente se llenó, si bien tanto los fondos como la banda contraria (en la que se encuentran los banquillos), desde los que se puede seguir el partido de pie, estaban vacíos, algo que molestó a no pocos herculanos que se quedaron en Alicante al anunciar el Levante que no habría entradas a la venta este domingo.
Al encuentro asistieron todos los miembros del consejo de administración blanquiazul, además de Carlos Parodi, Juan Carlos Ramírez y Enrique Ortiz. Todos ellos llegaron a Bunyol en un discreto furgón de color negro que también utilizaron para acudir tras el choque a un restaurante de València.
También después del partido pero bastante más cerca se desplazaron Lluís Planagumà y Javier Portillo y es que aprovecharon para asistir al encuentro entre el Valencia Mestalla y el Lleida que se disputaba en el Antonio Puchades de Paterna.
