Panorámica del puerto náutico de Alicante, captada desde el Castillo de Santa Bárbara. Foto: RAFA MOLINA ALICANTE. El proyecto de construcción de una segunda marina deportiva entre los muelles 10 y 14 del Puerto de Alicante al que se trata de dar encaje desde 2019 permanece en el congelador. La Autoridad Portuaria mide tiempos para su desarrollo y continúa a la espera de que se resuelva el recurso de casación interpuesto frente a la sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJCV) que tumbó la modificación puntual número 5 del Plan Especial del Puerto en la que se amparaba su instalación. De ahí que no se haya materializado ningún avance en la ejecución de sus obras, a pesar de que el concurso convocado para promover su construcción (a cambio de su explotación posterior) quedó adjudicado hace ya cuatro años.
Ese concurso se decantó en favor de la empresa Marina Puerta de Alicante (la denominación que sustituye a Puerta del Mar y Ocio, como empresa concurrente), que cuenta con el respaldo de un socio con peso específico en el sector de la náutica, cuya identificación no había trascendido hasta ahora. Se trata de la compañía especializada en la explotación de marinas deportivas para embarcaciones exclusivas, D-Marin, que participaría tanto en la financiación de las obras como en la futura gestión de los amarres, según confirmaron fuentes portuarias consultadas por Alicante Plaza.
D-Marin es una de las principales compañías internacionales especializadas en la gestión de marinas deportivas, con la que Marina Puerta de Alicante alcanzó un acuerdo de colaboración en 2020 para llevar a cabo la construcción de los amarres y explotación posterior. Esa alianza, sujeta a cláusulas de confidencialidad, se constituyó poco después de que Marina Puerta de Alicante se convirtiese en adjudicataria del nuevo puerto deportivo. Y viene actualizándose con el desarrollo de reuniones periódicas para cerrar las características del proyecto en las que participarían representantes del Puerto, según pudo confirmar este diario.
La ejecución del proyecto permitiría que D-Marin tomase posiciones en Alicante con el desarrollo de una base permanente desde la que asumiría la explotación de la marina, concebida especialmente para embarcaciones de mediana y gran eslora. Con ello, D-Marin ampliaría el portfolio de marinas bajo su órbita. Desde su fundación, en 2003, la compañía se ha expandido hasta abarcar 25 puertos deportivos premium situados en 8 países (Francia, Italia, Malta, Croacia, Turquía, Albania, Grecia y Emiratos Árabes Unidos) que cuentan con más de 50.000 clientes al año, según concreta la propia compañía a través de su página web corporativa.
En esas marinas, D-Marin ofrece "acceso a destinos de lujo" en instalaciones de primer nivel, con capacidad para más de 1.000 amarres exclusivos para 'súper yates', entre una oferta global de más de 14.000 atraques, a los que se sumarían los contemplados en la futura marina de Alicante.
Parte de los muelles en los que se habilitará la nueva marina.
Recreación virtual del proyecto de la nueva marina.Lo cierto es que no se trata de un proyecto menor. La propuesta impulsada por Marina Puerta de Alicante, con el asesoramiento del estudio Vectia Ingeniería y la ingeniería Amat y Maestre, supone la construcción de un complejo náutico, comercial y de ocio que englobaría las actuales instalaciones de la sala Marmarela (con la que Marina Puerta de Alicante comparte propietarios), tras el despliegue de una inversión de 18,1 millones. Su desarrollo se materializaría en un plazo de 18 meses, según las características y la planificación de obra que se ha anticipado hasta el momento. Entre otras singularidades, se pretende que la marina permita el amarre de megayates de grandes esloras tras las construcción de dos nuevos diques que partirían desde los muelles 12 y 14.
La ejecución de infraestructuras sobre el agua representan alrededor del 60% del desembolso requerido para la materialización del proyecto, mientras que el 40% restante se dedicaría a instalaciones en tierra. Entre ellas, la disposición de 18 locales de 125 metros cuadrados (con terraza tanto en planta baja como en planta primera), para la instalación de tiendas dedicadas a la náutica o de negocios hosteleros y 29 oficinas-coworking, en una zona que estará equipada con aparcamiento cubierto. Esa oferta lúdico-comercial se pretende completar con los cuatro restaurantes que conformarán el complejo: dos emplazados en los nuevos diques y otros dos integrados en la remodelación de las actuales instalaciones de la sala de ocio Marmarela.
En cualquier caso, sea cual sea la resolución que adopte el Tribunal Supremo (TS) respecto al recurso de casación interpuesto por la Autoridad Portuaria, todo parece indicar que se persistirá en la promoción de ese proyecto con el propósito de dar cabida a la nueva marina deportiva para ampliar la disponibilidad de amarres para embarcaciones en el Puerto. Cuando menos, el mismo presidente de la Autoridad Portuaria, Luis Rodríguez, confirmó -en una entrevista concedida a este diario- que se manejan distintas alternativas con el fin de que ese proyecto pueda acabar materializándose.
