ALICANTE. El Hércules ya se asoma a la ventana de fichajes de invierno que se abría este lunes.
El club blanquiazul aspira fundamentalmente a reforzarse con un centrocampista que se desenvuelva como '8' o '10' y al menos un atacante de banda. Esos son los principales objetivos que persigue el director deportivo, Carmelo del Pozo, al que Enrique Ortiz le ha dado algo más de margen salarial para firmar, después de restringírselo el pasado verano. En el caso de encontrar lo que busca, el Hércules tendrá que rescindir contrato a alguno de los 22 jugadores con que cuenta en plantilla, pues no tiene licencias disponibles, ni sénior ni sub-23. No obstante, también cabe la posibilidad de que alguno de esos 22 futbolistas pida la carta de libertad, bien por no contar con minutos, bien por tenerlos pero haber recibido una oferta de un equipo de categoría superior que le seduzca más: en el primer caso todo sería más fácil, pero no así en el segundo, pues el club interesado en el jugador blanquiazul tendría que negociar con el Hércules o el futbolista en cuestión comprar su libertad.
El mercado de enero no suele ser precisamente rico en oferta, tanto cuantitativa como cualitativamente, pero eso no ha impedido al Hércules reforzarse en el pasado: la mayor parte de las veces para mal, pero alguna con éxito.
En la última década, para bien, cabe destacar el milagro de la campaña 2012/13, en cuyo mercado de fichajes de invierno el club logró mejorar el nivel de su plantilla lo suficiente para mantenerse en LaLiga SmartBank, pero también lo ocurrido en 2015 y 2016, con Dani Barroso al frente de la comisión deportiva, cuando las incorporaciones realizadas dieron un salto de calidad (en enero de 2015 se perseguía también un organizador) que ayudó a alcanzar el objetivo de clasificarse para el 'play-off' de ascenso, aunque no a lograr este, a regresar al fútbol profesional.
Por primera vez en nueve años, el Hércules llega a enero sin que la falta de gol sea un problema a resolver con fichajes; por eso puede resultarle más fácil encontrar o acercarse a lo que busca en este mercado de fichajes de invierno. En enero de 2013 eran muchas las necesidades a cubrir, pero no tanto el gol, pues el '9' blanquiazul de entonces, Javier Portillo, andaba entonado de cara a puerta: cuando se abrió el mercado había anotado 7 de los 17 tantos que terminaría firmando ese curso (en 42 partidos oficiales entre Liga y Copa). Se trata de un rendimiento goleador al que Isaac Aketxe (uno de los jugadores blanquiazules sobre los que equipos que militan en categoría superior ha puesto sus ojos, aunque el bilbaíno dice estar muy a gusto en Alicante), teniendo en cuenta el promedio que protagoniza, puede aspirar perfectamente: es verdad que entre la sanción por acumulación de amarillas que le impidió jugar en Mancha Real y no haber visto puerta en el choque ante el Toledo, el último de 2021, Aketxe ha bajado un tanto su ritmo realizador, pero sigue siendo no solo el 'pichichi' del equipo con 6 dianas (seguido de Pedro Sánchez con 4 y Raúl González con 3), es que es el tercer máximo realizador del grupo 5 (y el vigésimo de la Segunda RFEF, en ambos casos empatado con otros).
Si el dinero, hasta cierto punto, no es un problema (aunque cuando se podía dispara con pólvora del Rey como diría aquel tampoco se consiguió encontrar lo que se buscaba; que se lo digan precisamente a Portillo, en su etapa de director deportivo blanquiazul) y lo que se busca no es gol, que suele ser lo más caro, las posibilidades de liarla son menores... Pero no por eso se debe subestimar la capacidad del club del Rico Pérez para pegarse tiros en el pie: el gravísimo error cometido por Del Pozo con la elección del sustituto de David Cubillo hace un año; el 'circo' que armó Ortiz en enero de 2020, cuando le dio las llaves a Juan Carlos Ramírez y Quique Hernández, que lo cambiaron todo para que todo siguiera igual o peor; o los dispendios del mismo mes de 2019 protagonizados por Portillo (seguro que con la misma buena fe que Ramírez y Hernández, pero sin ningún éxito), como el fichaje de Jona (al que todavía se le estuvo pagando dos campañas después, pese a defender la camiseta de un rival directo, el Alcoyano), son solo algunos ejemplos de la capacidad del Hércules para complicarse él solo las cosas, a veces con consecuencias fatales y otras solo económicas.