el manual para adolescentes se presenta este sábado en la librería Fahrenheit 451

'No podréis conmigo': el libro de Abel Vidal y Ángel Bernal para combatir el acoso escolar

7/11/2020 - 

ALICANTE. Hablar de bullying es hoy en día más necesario que nunca. En un enorme problema que afecta a cientos de chicos y chicas, y que desde hace unos años tiene mayor visibilidad en la sociedad. El acoso escolar debe conocerse para eliminarlo. Abel Vidal y Ángel Bernal, han puesto su pequeño granito de arena con un libro, No podréis conmigo, que también lleva un manual para entender el problema y la metodología para abordarlo.

Este sábado, 7 de noviembre, lo presentan en Fahrenheit 451 a las 19 horas. No podréis conmigo es un libro juvenil realmente interesante y muy cuidado en su parte pedagógica. “La idea surge de Ricardo y Ángel, los otros creadores de este proyecto”, señala Vidal. “Estaban cursando un máster de Intervención Social y Mediación de Conflictos, y decidieron trabajar el acoso escolar en base a las experiencias reales que tuvo Ricardo en su etapa como estudiante”, apunta.

“Ricardo es un tipo bastante irónico, que se toma las cosas con mucho humor pero sin ser hiriente, y cuando los chungos del colegio fueron a por él, utilizó su sentido del humor para bloquear sus ataques. Estaba poniendo en práctica, sin él saberlo, lo que llamamos asertividad”, comenta.  “El problema que vieron es que como proyecto de fin de máster el trabajo se les quedaba pequeño, porque tenían la base teórica, pero no sabían cómo utilizar esa experiencia personal de Ricardo para llegar al público al que va dirigido la obra, que es chavales de entre 10 y 12 años de edad”.

Y ahí es donde Abel, también psicólogo, aparece en el proyecto, dándole forma literaria y estructura al libro. “Ángel, que es amigo mío desde la Facultad, me contó lo que estaban preparando y los problemas que estaban teniendo. Yo venía de escribir Todos gordos, una novela de humor absurdo, y preparaba relatos, también de humor absurdo, para el podcast La alta noche, así que lo primero que le dije fue: '¿Estás seguro que soy la persona indicada para ayudaros?'”, recuerda.

Antes de comenzar a escribir una sola palabra, Abel tuvo que conocer qué se quería transmitir y de qué manera.  “Al día siguiente estaba repasando todo el trabajo que habían hecho y enseguida me di cuenta de cómo había que abordar el libro. Ellos presentaban una batería de situaciones donde se daban tres tipos básicos de respuesta: pasiva, agresiva y asertiva”.

Por supuesto, explicarlo así podía ser algo más aburrido, pero introducirlo en una historia como parte de ella, podía ser mucho más útil y ameno para los jóvenes lectores. “Dependiendo de qué tipo de respuesta se utilizara las consecuencias eran distintas. Esto me pareció una idea excelente pero que, en la práctica, podía ser algo repetitivo e incluso aburrido, aparte de que había que construir una historia y explicar el contexto en cada situación”.

La solución estaba clara para llegar más a los jóvenes. “Creamos una novela donde se reflejaran todas esas situaciones que se planteaban. Elegimos un personaje principal, que tiene su grupo de amigos, y cómo esos protagonistas entran en conflicto con Alberto y sus seguidores, que son los antagonistas de la historia. El enfrentamiento se hace inevitable, hay muchos a lo largo de la obra, y saldrán bien parados o mal parados dependiendo de las decisiones que se tomen”, afirma Vidal.

Se me hizo raro leer el libro y encontrarme con un formato de Elige tu propia aventura, algo que hacía años que no veía. Sin lugar a dudas, ese formato algo demodé, sirve perfectamente para meterte más en la historia, hacerte partícipe de las elecciones del protagonistas en su vida. “Cuando alguien se te acerca por primera vez y va a meterse con tu forma de vestir, o con tu nariz, o con lo que sea, en realidad lo que está haciendo es examinarte”, dice Vidal. “Quiere saber cómo respondes para ver si puede seguir metiéndose contigo o no. Y básicamente uno tiene tres tipos de respuesta: una sería la de quedarse callado y dejarlo pasar, otra sería la de enfadarse y hay una tercera, que es la que tratamos de enseñar, que es la asertiva”, comenta.

“Si uno, en ese momento utiliza la ironía para dar una respuesta, lo que hace es dejar pasmado a la otra persona, pues no espera esta respuesta y, en muchas ocasiones, le provocas una sonrisa. En realidad lo que has hecho es bloquear un ataque, porque han ido a hacerte daño y tú no le has dejado”.

Es verdad que según tu respuesta, suceden unas cosas u otras en la vida. Y al final esa capacidad de elegir es vital. “Por eso se ha elegido el formato de Elige tu propia aventura, porque hilaba muy bien con la idea general de la obra”, comenta. “También hay que decir que no todas las situaciones que se plantean en el libro son tan duras, y hay veces en que la decisión que el lector tiene que tomar es entre ir a comprar un videojuego o comer un helado. Básicamente, lo que tratamos, primero, es que los niños no se aburran con la lectura, y lo segundo, proponerles un juego, y de paso que aprendan jugando, porque dependiendo de la decisión que tomen las consecuencias pueden ser buenas o malas, y que esto les ayude a reflexionar”.

Entre las páginas también aparecen dibujos con un estilo anime, que sin duda ayudan a destensar un poco la obra, y a visualizarla mejor, algo que genera más empatía, si cabe, con el protagonista. “Las ilustraciones son obra de Julia Escudero, y su estilo anime creímos que le venía muy bien a la obra. Elegimos para ilustrar las escenas más impactantes del libro, pero no le dimos muchas directrices, ya que ella se comportó como una gran profesional y se leyó toda la obra para tener una idea mejor de cómo realizar los dibujos”.

Escudero también aportó algunas ideas muy valiosas a la historia. “Teníamos una escena donde una chica metía la cabeza de otra chica dentro de un váter y ella dijo que la forma de actuar de las chicas no es así. Eso es más propio de chicos, por sus niveles de testosterona. Una chica lo que busca es dañar la reputación de la otra, y por ejemplo se dirige así a la que quiere acosar: '¡Qué ropa tan bonita!, ¿dónde te la han comprado, en el mercadillo?'”, comenta el autor. 

También viene un manual del libro, o que acompaña al libro, algo verdaderamente útil cuando se quiere utilizar el texto como material educativo. “Se trata de un manual básico para resolver conflictos”, señala  Vidal. “Es un complemento de la novela, ya que toda la teoría que aparece en el manual viene sacada de las escenas que se muestran en el libro. Está dirigido, principalmente, a profesores y a padres, y podríamos decir que se trata de una guía para trabajar la asertividad”. Pero no solo es un manual para profesionales ducho en la materia, sino también para neófitos. “La primera parte del manual comprende la base teórica para entender los conflictos, y en la segunda hay descritos un montón de juegos para realizar con los alumnos. Cabe decir que la palabra asertividad suena muy bien, pero no es algo que un niño de 10 o 12 años pueda aprender rápido. 

Requiere entrenamiento, requiere dedicación, y los profesores y los padres tienen que enseñarle, y se requiere mucha paciencia”, comenta. Es muy interesante el punto de vista del libro sobre el concepto de empatía y su significado. “También quiero decir algo en lo que insiste mucho Ricardo. Muchas veces, en el ámbito educativo, cuando hablan de la empatía, se insiste mucho en que hay que entender al agresor, y eso está muy bien, porque hay que conocerlo para corregirle. Pero en cuanto a la víctima casi nadie se ha planteado su sufrimiento”, plantea el autor.

Los autores también ponen el foco en la víctima. “Y, en realidad, ¿qué es lo que ha hecho ese niño para ser tratado de ese modo? Pues nada. Sin duda se porta bien en casa y en clase, y muchas veces hasta saca buenas notas, pero no tiene las habilidades sociales para enfrentarse a su agresor. Y, cuando un docente quiere arreglar los problemas entre estos dos niños, no puede pretender que haya un equilibrio entre ellos, algo así como "tú tienes que ceder en esto y tú en esto".  

“Lo que pretendemos, básicamente, es dar herramientas a la víctima, ayudar a que se empodere”. El libro puede ser una buena ayuda no solo para entender la situación, sino para que se hable libremente de ella. Profesores y padres deben estar muy contentos con este trabajo literario, que además sirve como herramienta educativa. “Este tema les preocupa mucho. Muchas veces se encuentran sobrepasados con el tema, porque es algo difícil de llevar, y agradecen toda ayuda que se les pueda dar”, señala Vidal.

“Cada vez que vamos a un colegio a dar un taller sobre acoso escolar se sorprenden. No vamos a soltar un rollo, sino que vamos a jugar con los chavales. Les leemos un capítulo y les exponemos las diferentes soluciones”, apunta. “Ellos participan, preguntan, y muchas veces nos sorprenden. Una vez, recuerdo que una niña nos dijo que ella resolvería el conflicto de otra manera, y se puso de pie y pidió dos voluntarios. Pues bien, lo que hizo fue una llave de kárate y neutralizó a los agresores, lo cual no es una mala opción, siempre que utilices las artes marciales para defenderte”, comenta el autor.

Después del éxito del presente libro, tal vez sus autores hayan decidido seguir explorando esa senda de libros educativos. “Lo que tenemos en mente es realizar otro libro con la misma temática, el acoso escolar, pero enfocado a adolescentes. Nos centraríamos en otros temas, como las relaciones de pareja, los celos, las adicciones, la pornografía... aunque el proyecto aún está verde, poco a poco va teniendo forma”, concluye Vidal.

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