No perdamos el norte

Resulta lógico, hasta cierto punto, la algarabía que generó ayer el emparejamiento del Hércules con el Barça en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey.

El sorteo regaló a los jugadores blanquizules la oportunidad de pisar uno de los estadios más importantes del planeta con motivo de un encuentro oficial ante el titular del mismo, todo un Barcelona que si juega sus partidos en un coliseo imponente cuenta con un equipo de titulares y de suplentes de otra galaxia.

También se portó bien con el club que ahogado por las deudas carece de maniobra en una categoría de fútbol amateur donde los ingresos son mínimos y mientras el máximo responsable del desaguisado, Enrique Ortiz sigue asomar la nariz por el Rico Pérez.

Por tanto, pase que hubiera celebración por parte de los anteriores e incluso que el herculano sintiera cierta satisfacción y ganas de hacer gala de ella, viendo por una vez en los telediarios el escudo de su equipo sin que el presentador esté enumerando presuntos delitos. 

Ahora bien y con todos los respetos para el resto de clubes que integraban el bombo de los modestos: el Hércules tiene una historia jalonada de éxitos y especialmente fracasos, sí pero Historia con mayúsculas y entre los más grandes. Ha recibido y visitado al Barcelona en casi medio centenar de encuentros oficiales, la práctica totalidad de los mismos en Primera División y le ha "pintado la cara" en varias ocasiones.

No perdamos el norte. Tevenet se queja de vez en cuando del entorno del club y no es para menos. Ayer, para un amplio sector del herculanismo parecía que el Hércules había ganado un título... Vaya, recomprado su estadio y bastardo aquel que no iba a celebrarlo al concierto de turno..., o enemigo del club aquel que no cierra filas en torno a Ortiz porque "se gasta" el dinero en una plantilla para ascender y después para clasificarnos para la UEFA de calle... ¿Les suena? 

Pues ni tanto ni tan calvo ¿O alguien duda que como este domingo L'Hospitalet le pinte la cara al Hércules no van a volver los suicidios colectivos?

El Hércules está al borde de la desaparición por sus deudas y penando en la tercera división del fútbol patrio, eufemísticamente llamada Segunda B. Poco que celebrar, todo y lo de ayer y la más que lógica alegría de los verdaderos protagonistas.