VALÈNCIA. Superchunk regresa con la gira del 30ª aniversario de la publicación de Foolish, un “disco de ruptura” (lo que los anglosajones llaman un breakup album) que a día de hoy figura entre los mejores trabajos de la prolífica banda norteamericana. Compuesto por el cantante y guitarrista Mac McCaughan tras la dolorosa separación de la que hasta entonces era su compañera sentimental y de banda, la bajista Laura Ballance, Foolish es también uno de los discos más emocionales del grupo, tanto desde el punto de vista musical como lírico. De hecho, canciones como Why do you have to put a date on everything (¿Por qué le tienes que poner una fecha a todo?) o Without blinking (Sin parpadear) reproducen sin tapujos discusiones internas entre la pareja.
Es en cualquier caso, un álbum clásico que no solo ha sobrevivido maravillosamente bien al paso del tiempo, sino que influyó a muchas bandas posteriores. Sus doce canciones fueron revisadas y reeditadas hace cinco años bajo el título Foolish with AF (Acoustic Foolish), incorporando voces adicionales de Katie Crutchfield y Jenn Wasner, del grupo norteamericano Wye Oak.
Formados en 1989 en Chapel Hill (Carolina del Norte) como un cuarteto integrado por McCaughan, Ballance, el baterista Chuck Garrison y el guitarrista Jack McCook, Superchunk han atravesado las tres últimas décadas con el prestigio intacto dentro de la escena independiente. Fieles a sus principios, que están mucho más cerca del punk DIY que del indie comercial, la banda siempre ha evolucionado de una forma orgánica, sin más presiones que las que se imponían a ellos mismos (básicamente grabar y girar sin descanso).
Esta libertad, que les ha permitido vivir al margen de las tendencias que han ido surgiendo y evaporándose con el paso del tiempo, se debe también al hecho de haber publicado los trece álbumes de su trayectoria en su propio sello. McCaughan y Ballance fundaron a principios de los noventa Merge Records, discográfica en cuyo catálogo figuran bandas rebosantes de personalidad como Teenage Fanclub, Caribou, Arcade Fire, Dinosaur Jr, Neutral Milk Hotel o Lambchop.
El secreto de Superchunk, el elemento que los hace únicos, es su capacidad para descerrajar en un mismo tema altísimas cargas de energía con enormes dosis de emoción. Pueden ser al mismo tiempo puro nervio y melodía; ruidosos, pero también muy pop. Se manejan bien tanto en la velocidad como en los tiempos medios.
Todos estos ingredientes se subliman en los directos, que son impecables. Su última actuación en Valencia, que tuvo lugar en 2019 en La Rambleta, nos dejó a todos exhaustos de felicidad. La banda de culto norteamericana liderada por Mac McCaughan actuará el 22 de agosto en la sala 16 Toneladas. El de este verano probablemente sonará todavía mejor debido a las condiciones acústicas de esta sala. Eso sí, el único miembro original de formación que veremos en esta gira es McCaughan, puesto que la batería la ocupa Laura King, la segunda guitarra la toca Jim Wilbur y Betsy Wright sustituye como bajista a Laura Ballance, que dejó de hacer directos hace unos años debido a sus problemas de audición.
Por cierto, aquel concierto de hace seis años coincidió con la presentación en Europa de What a time to be Alive, un disco compuesto por McCaughan bajo los efectos de la rabia ante la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos y que ahora, desgraciadamente, vuelve a estar muy vigente.
Superchunk, decíamos, es una de esas bandas que es buena en los discos y superlativa en las distancias cortas. Son muy similares en eso a otros grupos de principios de los noventa con los que de hecho han compartido muchas veces giras y escenarios, como Rocket from the Crypt y Drive Like Jehu. Su relación de amistad e influencia recíproca con estas bandas de San Diego viene de lejos -de hecho, el cantante y guitarrista John Reis produjo otro de los álbumes icónicos de Superchunk, On the mouth (1993)-.
Este mismo año Mac McCaughan rindió homenaje a su amigo Rick Froberg, guitarrista/voz de Drive Like Jehu, Hot Snakes, Obits-, tristemente fallecido hace justo un año. La canción se llama Everybody dies y es muy posible que los numerosos amigos que Rick fue sembrando por España la demanden en esta gira, que pasará también por el festival Canela Party de Málaga, Sant Feliu de Guíxols y Donostia. También esperamos escuchar, por supuesto, otros himnos imprescindibles de la banda, como Precision auto, Slack motherfucker o Like a fool.
Además del cuarteto de Carolina del Norte, los valencianos que se queden varados en casa durante el mes de agosto tienen otras interesantes opciones de conciertos en sala. Casi todas ellas, de hecho, en la sala 16 Toneladas, que es de las pocas que no cesa ni rebaja su actividad durante este mes copado por los festivales y conciertos al aire libre.
El 24 de agosto actúa Curtis Harding, uno de los referentes del retro-soul contemporáneo (él mismo bautiza irónicamente su compendio de soul, blues, gospel, psicodelia y rock como slop ‘n’ soul). Cuatro días más tarde, el 28 de agosto, será el turno de Ben Vaughn Quintet, otra cita ineludible. Con más de veinte álbumes en su haber, Vaughn es otro estajanovista del rock y el folk, tanto en su faceta de músico como de productor (ha trabajado para artistas como Alex Chilton, Nancy Sinatra, Ween, Mark Olson o Los Straitjackets). Cerrarán el mes Daddy Long Legs, el 31 de agosto: punk- blues intenso y salvaje directo desde las calles de Brooklyn.