ALICANTE. Darío Grandinetti se recuesta sobre un pilar color ocre, las manos en los bolsillo y el gesto perdido en la ensoñación nocturna, la mirada caída, a pesar de la dirección de las pupilas, centradas en la salida del porche, desde el que suena la voz de Caetano Veloso… dicen que por las noches nomás se le iban de puro llorar… La escena pertenece a Hable con ella, película de saudade y almas perdidas en la que esta interpretación del Cucurrucucú paloma por parte del bahiano Veloso, con el bajo continuo del cello de Morelenbaum de soporte moral, ante la mirada y el oído de Maribel Quiñones Martirio y un exclusivo auditorio, reunido en un riu-rau de columnas dóricas, consigue parecer una reunión de amigos, y no esa cierta tendencia al pijerío de parte del cine almodovariano. La técnica compositiva y escenográfica de Almodóvar ayuda, pero también, y mucho, principalmente, la emoción sincera y la saudade real de la música del brasileño.
Tendencia es lo que parece haber creado esta imagen y este espíritu entre hedonista y melancólico. Enlazar proyectos de índole artística para realzar las virtudes de creadores de diferentes disciplinas es una apuesta siempre arriesgada, hacerlo desde el amor y la fascinación por el trabajo de la pareja, una apuesta sobre seguro. Nacho Casado y Pilar Guillén ya tenían un proyecto en común, La familia del árbol, grupo de pop melancólico y atractivo, cuyo último trabajo, Odisea, ha ido alcanzando la repercusión merecida en todos los medios especializados.
Ahora presentan nuevos proyectos personales. Pilar, junto con Stella Kang, imbuidas del espíritu del movimiento Slow Fashion, han fundado Kokiri Vintage, moda sostenible, fruto de una búsqueda casi arqueológica por los mercadillos de medio mundo, “piezas tan especiales, prendas recopiladas por todo el mundo, que por su estilo, corte, materiales y calidad de color merecen la pena ser lucidas con orgullo muchos años más”.
Nacho, nuestro Calaveras o Diablitos de la semana pasada, está a punto de presentar su nuevo trabajo discográfico en solitario, Verão, diez temas con el espítitu minimalista de la musicalidad guitarra/voz, producido por Ramón Rodríguez (The New Raemon) y Lluís Cots, entroncado en la tradición del propio Veloso, Ivan Lins o Carlos Lyra.
Para entrelazar proyectos y pasar un rato juntos trabajando han ideado, en compañía de Anna Ripoll, un evento que aúna estética de moda, fotografía, piezas de artesanía geométrica y música en directo, en la casa rural Cal Roig, partida Jubalcoi de Elx. Motivos de última hora trasladan desde el otoño a la primavera esta performance, hasta finales de enero no se sabrá el final de la historia.
No estará Pedro Almodóvar para realizar un travelling desde el rostro de Nacho, mientras entona Una vida normal, hasta el actor que tal vez se recoste sobre los pilares del porche, mientras sueña con cestas de magranas y frutos rojos en vasos de licor, pero el espíritu de la saudade seguro que estará presente.