Mujeres, artistas y con un objetivo: "La gente tiene que ver lo que hacemos"

ALICANTE. Tenían clara una idea: la mujer está compitiendo en inferioridad de condiciones, también en el mundo de la cultura. Una posición que estaban dispuestas a revertir uniéndose y dando a conocer todo el arte que llevan dentro. De esta forma nacía el colectivo de mujeres artistas La Virgen, hace justo un año, el 8 de marzo de 2018, conmemorando Día Internacional de la Mujer. Y eligieron el local de Soulpeckers Tattoo & Gallery, en la calle Pintor Murillo de Alicante, para establecer allí el punto de encuentro que les llevaría, cada cierto tiempo, a organizar distintas actividades culturales. Pero aunque ese es su lugar de referencia, no es el único sitio en el que llevan a cabo sus acciones, sino que van allá donde les dan la oportunidad de mostrar lo que hacen. Música, performances, ilustración, fotografía, body paint, pequeñas esculturas o poesía, son algunas de las disciplinas que dominan. Sin embargo, en algún que otro caso les ha bastado con poner un sofá y charlar sobre las paradojas de la vida. 

Este sábado celebran su primer aniversario en el mismo lugar que les vio nacer. Soulpeckers acogerá una exposición multidisciplinar y colectiva donde se podrá ver todo lo que hace cada una ellas. Una acción que además se enmarca en la sexta edición de Photoalicante, el Festival Internacional de Fotografía de Alicante que acaba de iniciar su programa y que se desarrollará durante todo el mes de marzo. "El año pasado fue increíble ver la respuesta de la gente, porque llenaron el local y casi hubo que cortar la calle, así que conseguimos lo que queríamos, que era dar a conocer nuestro arte", explica Altea Anton, una de las fundadoras de este colectivo que cuenta con otras compañeras como Julia Chena, Tábata Díaz, Keyko Ocubo y Celeste Benassai, entre oras. Este año esperan que sea lo mismo, aunque seguramente se superarán. No solo porque han conseguido abrirse un hueco en la ciudad, sino porque ellas también han crecido exponencialmente.

El grupo se inició como una pequeña ocurrencia de dos de las componentes. Una iniciativa que acabaron secundando cada vez más mujeres y que ahora aglutina a unas cincuenta artistas de la provincia y de fuera. Mujeres que quieren romper el muro que les separa de la igualdad, también en el mundo de la cultura. "Si visitas el Prado, ves que la mayoría de los autores son hombres, pero quienes posan en sus cuadros son mujeres", expone Altea. Una muestra de que, si alguna mujer ha podido desarrollarse como artista en el pasado, ha sido siempre en silencio y de forma discreta. "Se han roto muchas barreras, pero todavía sigue habiendo un porcentaje mínimo de mujeres en los grandes museos", insiste. Algo que pretenden corregir favoreciendo un entorno en el que seguir evolucionando como artistas, al tiempo que les da la visibilidad que merecen.

Este colectivo girl power tiene además otros objetivos. Quieren romper el muro que separa a la cultura de la gente. "Muchas de nosotras somos licenciadas en Bellas Artes, con formación y experiencia, que queremos ocupar nuestro lugar también en las instituciones culturales, pero además pensamos que no solo se puede disfrutar del arte en un museo o en una gran sala, sino que queremos que la gente lo vea accesible y cercano", explica Altea. Creen que el sector en sí está falto del respaldo del público, algo fundamental para seguir creciendo. De hecho, el espacio destinado a galería en Soulpeckers es un ejemplo de ello. Si fuera por las actividades culturales que allí organizan, el lugar no habría sobrevivido mucho tiempo. Por lo que se combina con un estudio de tatuajes. 

"La gente muchas veces ve el arte y la cultura como algo distante o demasiado serio que incluso les va a llevar mucho tiempo, cuando realmente se puede disfrutar de muchas cosas casi en cualquier lugar", comenta. "A nosotros nos vale con que se acerquen a echar un vistazo y a tomarse algo con nosotros cuando inauguramos una exposición, porque ahí descubren que esto es otra cosa", sentencia. Por eso seguirán haciendo estas acciones en pequeños espacios y a pie de calle, "para que la gente cuando lo vea desde fuera pase y diga: joder, qué culo está esto".