ALICANTE. El Hércules se reenganchaba este domingo a la lucha por el liderato en el grupo 5 de la Segunda RFEF al derrotar a El Ejido y beneficiarse de los empates del Intercity y La Nucía, su próximo rival.
Tras el choque del Rico Pérez, Sergio Mora no escondía su satisfacción por lo anterior, "por hacer nuestro trabajo", decía, al tiempo que aseguraba que el principal rival de su equipo es él mismo, abogando por seguir su camino y declinando calificar la visita al estadi Olímpic Camilo Cano del próximo domingo como una final: "Es un partido importante pero no una final, quedan otros encuentros más", decía para, a continuación, abogar por "saborear el triunfo ante El Ejido", un duelo que consideraba ya a priori que era "muy difícil" en contra de la opinión general.
Para Mora los suyos hicieron "un buen partido ante un adversario que acumulaba mucha gente detrás del balón". El técnico consideraba que la efectividad había resultado determinante ante El Ejido, un factor en el que reconocía que no están brillando igual a domicilio: "Decide la efectividad, que precisamente no la estamos teniendo fuera de casa. Como locales presentamos un balance en las áreas que no conseguimos fuera", señalaba el técnico, que identificaba como errores de los suyos en el primer tiempo la falta de circulación de balón y que volcasen en exceso el juego por la banda izquierda. "En la segunda mitad lo hemos corregido", decía, respondiendo que le ponía "una nota muy alta a la defensa", a la que había decidido que regresase Diego Jiménez en detrimento de Tano.
Respecto al cambio de sistema, Mora lo justificaba en las bajas y "en que creía que con dos delanteros tendrían más opciones de remate". "En el centro del campo hemos variado el sistema por la bajas, creíamos que con dos delanteros tendríamos más opciones", añadía el técnico blanquiazul que esperaba "recuperar la solvencia perdida a domicilio y que le llevó a su equipo a ser el mejor visitante de la primera vuelta", aclaraba que Pau Miguélez solo sufría "un golpe" (estuvo sobre el verde apenas 10 minutos, pero con su trabajo, además del gol, dejó muy satisfecho a su entrenador) y desvelaba que Enrique Ortiz había bajado al vestuario a felicitar al equipo porque "sabía que era un partido difícil", motivo por el que durante la semana les había mostrado también su apoyo.