MADRID. Mitsubishi no se ha querido quedar atrás con respecto a sus competidores, tanto japoneses como europeos, y ha incorporado un modelo completamente nuevo a su gama SUV, el Eclipse Cross, que se sitúa entre el modelo pequeño (ASX) y el grande (Outlander) y le encuadra en el subsegmento de los SUV coupé.
El Eclipse Cross es el primer modelo de Mitsubishi que ha iniciado antes sus ventas en Europa que en su mercado doméstico (Japón), debido a la importancia que tiene el Viejo Continente en las ventas de modelos SUV.
A primera vista, el Eclipse Cross es un modelo que llama la atención por sus dimensiones (4,405 metros de largo, 1,805 de ancho y 1,685 de alto) y, sobre todo, por su zaga, que resalta por tener una franja de luz de LED prominente que recorre el ancho completo del vehículo y que divide la luneta trasera en dos partes.
Además, el Eclipse Cross visto desde atrás, y sobre todo desde el interior, posee unos grandes retrovisores, del tamaño de una pantalla multimedia del reposacabezas de un avión, que le dotan de una gran capacidad de visión.
Otro de los aspectos por los que destaca el nuevo modelo de la marca de los tres diamantes es por incorporar un limpiarabrisas trasero, que se encuentra escondido debajo del alerón y que se desliza de arriba hacia abajo.
El Eclipse Cross es una referencia al mítico deportivo de Mitsubishi fabricado en Estados Unidos entre 1989 y 2012 y con él la marca de los tres diamantes ha buscado una identidad expresiva, coherente y auténtica.
El precio de partida (con descuentos) de este vehículo de tracción delantera y motor de gasolina 150T de 163 CV es de 21.800 euros (incluidos descuentos) con la terminación de acceso Challenge.
Por el momento, solo ha salido a la venta con el citado propulsor de gasolina, ya que el diésel (2.2 asociado a caja automática de ocho velocidades) no llegará hasta final de año.
Para los que gusten de las versiones más equipadas, el 150 T también se ofrecen con el acabado Kaiteki, que cuesta 31.500 euros e incluye tracción total y caja automática de ocho velocidades.
La versión probada por EFE es la Motion, que está asociada a una caja manual de seis relaciones.
Este modelo tiene un consumo medio homologado de 6,6 l/100 kilómetros, que en la prueba realizada por Efe ha llegado a 7,3 l/100 km, una cifra correcta para un vehículo de casi 1.500 kilos de peso.
El motor de 163 CV muestra desde el principio mucho dinamismo al engranar las primeras relaciones. El Eclipse Cross no es un modelo que esté pensado para ir de paseo, sino que ha sido desarrollado para dotar al propietario de una experiencia de conducción deportiva, pese a que se trate de un modelo SUV.
Muestra de ello es que el juego de pies ha de ser muy rápido, ya que, de lo contrario, se podría producir un acelerón del vehículo o que se cale.
La palanca se desliza con precisión y los escalonamientos entre las distintas marchas apenas se notan, debido a unos desarrollos cortos, lo que propicia que se vaya ágil con el coche y los consumos suban.
Para evitar esto hay un modo de conducción Eco que disminuye la inmediata respuesta del acelerador y alarga los desarrollos de la transmisión.
El par máximo (de 250 Nm) está disponible a partir de las 1.800 rpm y hasta las 4.500 vueltas, aunque parece, por lo explicado anteriormente, que la potencia llegue mucho antes y conduzcamos un turbo diésel más que un gasolina.
La suspensión también es otro de los elementos que le da al Eclipse ese toque deportivo que le asemeja más en comportamiento a un turismo. Tiene un buen compromiso entre dureza y confort, con lo que le hace muy estable en autopista y cómodo en ciudad.
En la urbe, el modelo se desenvuelve con soltura e invita a una conducción relajada, donde el conductor puede disfrutar de una gran visión que le permite anticiparse a los acontecimientos que ocurren en la vía, aunque en las retenciones, el consumo de carburante se puede elevar más de lo deseado.
En los recorridos fuera de autovía el Eclipse Cross responde con soltura a las entregas de potencia y los frenos actúan con suavidad y determinación. Ahora bien, en carreteras con muchos giros se aprecia el balanceo de la carrocería del vehículo y, con velocidades elevadas, el conductor puede notar estos vaivenes en el interior del habitáculo.
La dirección es correcta y transmite con rapidez lo que ocurre debajo de la carrocería.
En la presentación internacional de este modelo, que se desarrolló entre las ciudades de Barcelona y Girona, la prensa especializada pudo probar el Eclipse Cross con una caja automática secuencial de ocho relaciones con tracción a las cuatro ruedas y el acabado tope de gama (Kaieteki).
Cabe destacar que la caja automática secuencial de ocho velocidades responde de una manera muy correcta y apenas se aprecian en el interior los impulsos de potencia que propicia el motor.
La caja automática es de tipo variador continuo CVT y se comporta de una manera rápida y sin escalonamientos.
Cuenta con levas en el volante para que el conductor pueda gestionar las marchas como él desee y saque más el lado coupé que SUV del vehículo.
El interior del Eclipse Cross destaca por su equipamiento
Por lo que respecta al interior, el ruido de rodadura es casi inapreciable por un buen sellado del interior y el motor solo se hace sentir en situaciones en las que se le exige un plus de velocidad.
Si el exterior del Eclipse Cross llama la atención a primera vista, el interior también destaca por su calidad de materiales y por su equipamiento desde el primer acabado (Challenge).
El maletero cubica 378 litros, aunque, gracias a que la segunda fila de asientos se puede desplazar hasta 20 centímetros, se pueden alcanzar los 485 litros, un espacio nada desdeñable para este tipo de vehículos.
Además, si se abate la segunda fila de asientos, el volumen del maletero puede alcanzar los 1.122 litros.
El acceso al habitáculo es muy cómodo por una altura libre al suelo de 183 milímetros y porque el asiento está ubicado por debajo de la línea de la cadera.
Asimismo, el puesto de conducción está muy bien distribuido gracias a que el salpicadero se encuentra a baja altura, lo que beneficia una visión completa de lo que acontece en la vía.
También se nota que estamos en un coche japonés debido a la gran cantidad de botones que se encuentran en la parte inferior izquierda del volante, donde se puede activar el Head Up Display, el aviso de mantenimiento de carril y la alerta de colisión delantera, entre otras funciones.
El habitáculo está bien repartido en las posiciones delanteras, con espacio suficiente tanto para el conductor como para el copiloto, separados por una gran consola central que cuenta con el cambio de marchas y el freno de mano, que se encuentra más cerca del acompañante.
Detrás, el espacio para dos adultos es muy amplio, mientras que para tres, como sucede en la mayoría de las marcas, no es lo mismo, debido a la dureza del apoyabrazos y al túnel central que obliga al ocupante a molestar con las piernas a los que se sienten en las plazas laterales.
Los asientos traseros tienen dos posiciones en las que los ocupantes pueden ir sentados o más recostados.
La calidad de los materiales interiores se hace notar con una combinación de plásticos duros, fibra de carbono y molduras laterales en negro piano, que también se pueden encontrar en el volante y en toda la consola central.
En cuanto al infoentretenimiento, el Eclipse Cross es el primer modelo de Mitsubishi en incorporar el ‘Touchpad Controller’, un sistema que permite un manejo más intuitivo de los elementos de control mediante los dedos; así como el SDA (Smartphone link Display Audio de Mitsubishi), que posibilita al conductor ver la información y los datos conectados con seguridad y con un mínimo movimiento de los ojos.
Cabe destacar que el Eclipse Cross no monta navegador, pero Mitsubishi ha habilitado la función de consultar la navegación mediante el teléfono móvil con Apple CarPlay y Android Auto.
Entre los sistemas de ayuda a la conducción y sistemas de seguridad activa y pasiva, la marca de los tres diamantes ha equipado al Eclipse Cross con el sistema de mitigación de colisión frontal (FCM), la alerta de salida de carril (LDW), la alerta de tráfico trasero, el control de crucero adaptativo y la adaptación automática de luces de carretera.
En definitiva, con el Eclipse Cross Mitsubishi ha lanzado al mercado un vehículo que completa su gama de modelos SUV y con el que obligará a reducir el tamaño del ASX (que tiene una longitud 5 centímetros inferior al Eclipse Cross) para encuadrarse en el segmento de los SUV pequeños.
Se trata de un modelo con garantías para hacerse un hueco en el competido segmento de los todocaminos, al que le ayudará la llegada de un propulsor diésel a finales de este año y una versión híbrida en 2019.
El precio de la unidad probada 24.000 euros (con descuentos) le sitúa en un rango bajo frente a la competencia, un punto a su favor si se tiene en cuenta que las prestaciones que ofrece y el equipamiento de serie que monta le permiten mirar cara a cara a modelos que le superan en precio, como el Volvo XC40, recientemente nombrado Coche del Año en Europa en 2018.