ZARAGOZA. Vicente Mir se esforzaba este domingo en poner freno a la euforia que, como es lógico, ha tardado muy poco en prender después de que el Elche se coloque como líder del grupo III, tras un empate y dos victorias por goleada en tres jornadas.
Tras el duelo en la Ciudad Deportiva del Real Zaragoza ante el filial del conjunto maño, el técnico valenciano rechazaba que su equipo haya dado un "golpe en la mesa" e insistía en que "esto es muy largo (...) intentaremos que nadie se lo crea", pero sí reconocía que no solo el equipo va a más, es que por "intensidad, ocasiones y goles" los suyos son sobradamente acreedores de su privilegiada posición en la tabla.
"No hay que confiarse, la Segunda B es durísima" insistía Mir que cuenta en su historial reciente con sendos reveses severos con dos claros aspirantes al ascenso como Murcia y Hércules. Si bien es cierto que, en ambos casos, el técnico fue el elegido para enderezar el rumbo de un equipo que se alejaba del objetivo. En esta ocasión Mir es quien pilota la nave desde el primer día y, aunque no quiere confianzas, reconoce que "es bueno empezar bien porque ofreces garantías de que puedes estar arriba (...) las victorias dan confianza".