ALICANTE. Jugando con la idea de la frustración por los sueños no cumplidos, un mundo capitalista que premia la inmediatez y la convivencia con un panorama artístico distorsionado por la fama rápida, la creadora y performer Sara Ruiz Ferrer (Alicante, 1992), lleva a escena Máxima Starr, una tragicomedia que navega entre la autoficción, la sátira y la musicalidad para contar la historia de una joven adulta que se resiste a abandonar su sueño de juventud: ser una gran estrella del pop.
Se trata de un proyecto dirigido por José Maleno y producido por la compañía Traspasarte, que se estrenará el próximo 20 de octubre a las 20:30 horas en el centro cultural Las Cigarreras de Alicante bajo el marco del festival Alacant a Escena. Además, la pieza continuará su periplo el próximo mes de noviembre en el Festival LABO XL de Donostia.
Sara nunca ha salido de Alicante, tiene una situación laboral muy precaria y apenas encuentra trabajo. Influenciada bajo la idea de que a los 30 se acaba su juventud, la noche antes de que esto suceda decide colgar un vídeo en redes sociales cantando. Bajo una máscara en forma de filtros y una identidad irreal que oculta su mala suerte artística, su miseria económica y una sensación de haberse quedado anticuada por la rapidez en la que emergen nuevos artistas y creadores de contenido, da vida a Máxima Starr, un alter ego que acaba convirtiéndose en ídolo de masas, pero sólo durante 24 horas.
"Con Máxima Starr planteamos una manera de indagar y reflexionar a través de lo escénico sobre la inmediatez con la que ocurren los acontecimientos en la actualidad y lo efímero que es el interés que experimentamos", afirma Sara Ruiz Ferrer, intérprete principal.
En Luces de bohemia, Max Estrella decía que el esperpento es la realidad reflejada en un espejo cóncavo. Valle-Inclán utilizó este concepto para describir, a través de los ojos de un poeta venido a menos, miserable y casi ciego, a una España decadente en la que ya no había lugar para los grandes genios. Máxima Starr pretende reinterpretar esta idea tanto en su dramaturgia como en su puesta en escena con el objetivo de deformar la realidad social actual, satirizando la figura del artista y el éxito mainstream.
"Creamos un paralelismo entre Max Estrella y Máxima Starr adoptando las características del fracaso laboral pero fantaseando con qué habría pasado si hubiera conseguido la fama, un Max Estrella del Siglo XXI, que pasea por la explanada de Alicante vestida de brilli brilli, que sueña con ser estrella del pop y que es cuestionada por influencers en lugar de escritores modernistas", afirma Ruiz.
El ascenso y caída del éxito de la protagonista estará acompañado por un reparto previamente grabado, encabezado por el actor Jaime Lorente, que aparecerá en escena en forma de proyecciones. Un dispositivo audiovisual con el que la intérprete interactúa y que configura un espejo de la sociedad virtual de hoy.
Con un espacio sonoro y música original como grandes protagonistas, el trabajo de composición de la obra, llevado a cabo por el artista Rev Silver, se inspira en las musicalidades de aquellas canciones que marcaron a toda una generación de jóvenes alicantinos que, a mediados de los 2000 comenzaban a buscar su identidad. Así, en la pieza se hace una adaptación contemporánea de estos sonidos, desde la electrónica en diversas variantes, pasando por el bakalao, que marcó toda una era cultural en la Comunidad Valenciana, el pop en estado más puro, la música urbana y el pop punk de los 2000.
Sara Ruiz Ferrer es una actriz y creadora escénica alicantina cuya trayectoria ha estado muy ligada a la provincia de Alicante, la región de Murcia y Madrid. Graduada por la ESAD de Murcia, funda su propia compañía, Traspasarte, en 2014, con la que realiza siete montajes que le llevan hasta espacios como La Juan Gallery de Madrid, Teatros del Canal o la sala Utopian de Getxo (Bilbao). Piezas con las que también viaja hasta países como Estados Unidos, Egipto, Túnez, Holanda o Francia. Con una línea de investigación que indaga en su propia biografía como motor de búsqueda escénica, sus creaciones ahondan en el sentimiento millennial, la nostalgia, los procesos de madurez y la dificultad de encontrar un lugar ante tanto estímulo.