ELCHE. Ante la treintena de proyectos de instalación de plantas fotovoltaicas que hay en trámite en el término municipal, el colectivo ecologista Margalló se suma a las peticiones de algunas asociaciones vecinales (encabezadas por la Asociación de Vecinos de Santa Anna, que está recogiendo firmas para presentar al pleno), agrarias (ADR) y de ciudadanía a título particular, para solicitar a la administración local la suspensión cautelar de licencias de obras para estas instalaciones, "en su mayoría en manos de grandes empresas ajenas al municipio", señalan en un comunicado.
Según el colectivo, la paralización cautelar de estos proyectos de grandes parques solares es posible acogiéndose a los puntos 1 y 2 del Artículo 68 del Decreto Legislativo 1/2021, de 18 de junio, del Consell (texto refundido de la Ley de ordenación del territorio, urbanismo y paisajes), "según los cuales se puede acordar la suspensión de la tramitación y otorgamiento de licencias para facilitar el estudio o reforma de la ordenación urbanística", una decisión que han adoptado por ahora en algunos municipios de la provincia, entre ellos Alicante.
Esta suspensión puede tener una duración máxima de dos años, período durante el cual, explican desde Margalló, "se debería hacer un análisis global, desde diversos puntos de vista y por parte de diferentes sectores sociales, del impacto ambiental, social, económico y territorial del conjunto de estos proyectos. En este sentido, es necesario recordar que éstos se están presentando de manera fraccionada, de tal modo que aunque en apariencia el espacio que ocupan es relativamente modesto comparado con las grandes extensiones que amenazan municipios vecinos, el impacto final sobre el suelo agrícola y el paisaje del norte de la ciudad puede ser considerable".
Esta paralización, dicen miembros del colectivo, "implicaría una gran voluntad política y una gran tarea administrativa, ya que para una reflexión y toma de decisiones colectiva como la que planteamos es necesario el esfuerzo de muchos departamentos municipales, no sólo de urbanismo". Por ello, en el escrito presentado a la administración local, el grupo ecologista pide la dotación de recursos personales y técnicos para cumplir adecuadamente con la tarea demandada.
Margalló suscribe el lema 'sí a les renovables, pero no así'. En este sentido, afirman que se posicionan a favor de que les zonas de producción de energía se sitúen cerca de las zonas de consumo (es decir, de las ciudades o industrias), "pero que se ubiquen en primer lugar en zonas urbanizadas y ya degradadas antes que en terrenos agrícolas o forestales, priorizando la iniciativa pública en primer lugar (placas en techos de dependencias municipales, aparcamientos, cementerios, etc.), la de comunidades energéticas y el autoconsumo (evitando, eso sí, nuevas brechas sociales)".
Por último, apostillan que "sí, claro que sí a fuentes renovables, pero deberíamos preguntarnos también para qué. Se trata, en definitiva, de aplicar el principio de precaución: evitar causar daños mayores con una mala entendida transición energética", para terminar añadiendo que "no tenemos más remedio que olvidar la energía producida con recursos fósiles, pero nos estamos equivocando si en el camino pretendidamente paradisíaco del uso de las renovables, olvidamos la agricultura de proximidad, la biodiversidad del territorio, la justicia energética o la transparencia i democracia a la hora de tomar decisiones que afectan a nuestra vida y la de las generaciones ya no tan futuras", sentencian.