ALICANTE. Manolo García es un tipo especial. Alguien capaz de, tras cuatro décadas de carrera musical, seguir llenando recintos de conciertos a su paso. Como si no costara. Primero bajo el grupo Los Rápidos, luego de la mano de El Último de la Fila, para posteriormente iniciar una exitosa carrera en solitario. Muchos de sus temas serán siempre recordados. Seguro que todos, en algún momento, han escuchado o cantado Pájaros de barro, A San Fernando, un ratito a pie y otro caminando o Nunca el tiempo es perdido. Ahí reside su grandeza. En crear canciones duraderas. Canciones que pasan de generación en generación. Ahora, Manolo García regresa a Alicante. Lo hará en concierto el 25 de mayo en la Plaza de Toros, pero antes, el músico ha dedicado un rato de su tiempo a charlar con este diario.
— Veintiséis años han pasado desde que decidió dejar de formar parte de El Último de la Fila. ¿Qué recuerdos le trae aquel momento? Visto con perspectiva, acertó de lleno con la decisión…
— Fue un periodo maravilloso. Diecisiete años de una tarea que dio alegrías a muchísima gente, pero en esta vida todo termina. Los inicios de algo nuevo son inciertos y a la vez excitantes. Empiezas a adentrarte en un terreno desconocido. Inicié mi nueva etapa cargado de ilusión y tuve la suerte de acertar con mi primer disco en solitario.
— Durante su camino, ha creado canciones que a día de hoy son historia del panorama musical español, como Pájaros de barro, A San Fernando, un ratito a pie y otro caminando o Nunca el tiempo es perdido. ¿Cómo se llega hasta ellos? ¿Imaginaba en lo que se iban a convertir durante los procesos de composición y producción?
— No tenía ni idea. Yo trabajaba para llenar mi mañana, sin pensar en listas de éxitos ni fama. Solo buscaba ser feliz. Liberarme de la angustia de sentirme un trapo utilizado por los poderes que están ahí arriba, que dictan en cada momento lo que tenemos que hacer. De ahí, casualmente, surge 'San Fernando' o 'Pájaros de barro'. Lo hago como defensa, para defenderme, sentirme libre y humano.
— En 2022 sacó dos nuevos álbumes, Mi vida en Marte y Destinos desplumados. Un total de 27 canciones reúnen entre ambos. Tras tantos años de éxitos y carrera musical, ¿qué le motiva para seguir componiendo y creando música?
— Mi dedicación absoluta al arte, a mi pretendido arte, que para mí es un regalo. Mi obligación es intentar aportar a mis convecinos algo luminoso. Ya hay bastantes problemas en el mundo. Me mueve el dar 'vidilla' a las personas. Cada ciudadano de a pie intentamos aportar simpatía, amor, un poco de luz y brillo a la vida.
Cada vez tengo más ganas de componer, de meterme en el estudio, soy más consciente de la suerte que tengo y de la felicidad que da crear. No me canso de hacer canciones. Y no solo eso, si no que ya estoy trabajando en canciones nuevas. En el estudio soy feliz.
— El 21 de noviembre anunció su nueva Gira para 2024, todo después del éxito que tuvo con su Gira de Teatros, en la que sus seguidores agotaron las entradas en todas las ciudades en las que actuó. Tras tantos años de carrera musical, ¿qué siente al ver que su música sigue gustando, que su mensaje aún no se ha agotado?
— Mucha alegría. Cobra sentido mi trabajo. Saber que mis discos y canciones llegan a la gente y que disfrutan de ellas es una gran alegría. Un incentivo, un plus. Una forma de apoyo, de no sentirme solo.
— En el comunicado en el que anuncia su nueva gira podemos leer la siguiente frase: "El artista presenta una nueva propuesta de directo con una puesta en escena renovada". ¿En qué consiste esta nueva propuesta?
— Consiste en intentar ser diferente. No solo en proyectar imágenes grandes para la gente que está lejos. Busco algo más, una escenografía inteligente. Creatividad en lo que al imaginario visual se refiere. A mi me gusta que el escenario sea un lugar especial para el músico. Me gusta darle un toque personal, por ejemplo, con 'figurillas' hechas por mi expuestas. Y, para ello, no necesariamente debe haber una apocalipsis de luces y efectos. Esta es mi propuesta.
— Hoy en día, se le da cada vez más importancia a la salud mental. La vida del artista es complicada, un no parar. Multitud de giras, conciertos y todo bajo la atenta mirada del público, que juzga cada actuación tanto para bien como para mal. ¿Echó en falta años atrás una sociedad más concienciada al respecto? ¿Cómo pasa factura dicha exigencia a nivel mental?
— Todo depende de si uno ha sido razonable en su vida artística o si se ha maltratado. Quien pretenda no parar nunca de hacer conciertos va a entrar en un deterioro mental y físico. La única manera es, como yo he hecho, alternar periodos. Tocar, parar y componer para después buscar la tranquilidad y dejar de ejercer de músico por un tiempo. Siempre me he cuidado por respeto a mí mismo y al público.
— Desde sus inicios hasta ahora, la industria musical ha cambiado en muchos aspectos. El contar historias ha perdido valor. Ahora el objetivo es hacer productos comerciales, que vendan y alcancen un gran números de reproducciones ¿Le convence?
A mí no me interesa nada. Creo que es un engaño y un menoscabo para la población. Venimos de un tiempo en el que la música popular aporta reflexión y sueño, y ahora ha pasado a ser una herramienta más de distracción, a estar vacía. En general, la propuesta actual es afónica, no llega. Es de usar y tirar, de consumo rápido e inacabado.
— Cuando aún era miembro de El Último de la Fila, compuso una canción, 'Como un Burro Amarrado En La Puerta Del Baile', que decía lo siguiente: "Llévame al cine, amor, y a comer un arrocito a Castelló". ¿Significa eso que le gusta Castelló?
— Esta frase viene de un concierto en el que estuvimos tocando aquí El Último de la Fila y alguien de la organización nos llevó a comer arroz a la zona del puerto. Fue una experiencia estupenda y pasamos un día fabuloso. El arroz, además, estaba riquísimo. Por eso introduje esa frase en la canción.
— Su último concierto aquí fue el 1 de julio de 2019. ¿Qué recuerdos guarda de aquel día?
— Recuerdo la Plaza de Toros a tope y la gente volcada cantando. Me lo pasé increíblemente bien. También recuerdo perfectamente que volví a comer arroz. Cada vez que vengo quiero probar el arroz.
— ¿Le pondría algún 'pero' a su carrera? ¿Cree que le falta o le ha faltado algo por hacer?
— Estoy muy contento con todo lo que me ha pasado, sobradamente agradecido. Ni en mis mejores sueños habría imaginado tener una carrera tan larga. Me ha sucedido esto y no quito ni pongo nada. Ha sido estupendo. Lo he disfrutado y lo estoy disfrutando. ¿Si me falta algo por hacer? Una canción perfecta.
— ¿Hasta cuándo vamos a ver a Manolo García? Tras sus giras y lanzamientos recientes, parece que le queda cuerda para rato…
— Eso solo los dioses lo saben. Por ganas no será. Sigo por pasión por la música. Era mi pasión de joven, tiré por este camino y sigo siendo el mismo. La música me apasiona. Me da vida. Y lo que te da vida nunca lo abandonas.