VALÈNCIA (EFE). La tecnología y las aguas no convencionales -combinadas con inversión y políticas- son una oportunidad para el regadío: "El agua necesita menos titulares y más trabajo de fondo para darle futuro", según el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.
En una entrevista con Efeagro, en la semana en la que el sector agroalimentario de Alicante, Almeria y Murcia se ha manifestado en Madrid por la decisión del Gobierno de aumentar el caudal ecológico del Tajo, el ministro ha afirmado que "no hay regadío que esté en tela de juicio ni esté en peligro por ninguna decisión que adopte el Ejecutivo, al contrario".
Los regantes aseguraban, en la concentración celebrada el pasado lunes a las puertas del Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que se prevé un recorte paulatino de hasta el 40 % para 2027 del agua trasvasada del Tajo que llega al Segura, lo que a su juicio afectará gravemente a las comunidades receptoras, la valenciana, la murciana y parte de la andaluza.
Respecto a las proyecciones de pérdida de producción y empleo en dichas zonas productoras, ha considerado que "hay una clara manipulación política y una falsedad; nadie está en condiciones de hacer ninguna proyección al respecto, porque hay que tener en cuenta los volúmenes de agua disponibles", con un plan que es para todas las cuencas y que, insiste, tiene que ver con el agua embalsada.
"Si en la Cuenca del Guadalquivir o del Guadiana se han tenido que reducir las dotaciones de agua este año, no ha sido por ninguna decisión en materia política sino simple y llanamente porque teníamos menos agua embalsada", ha señalado.
Y reflexiona que aunque las "recientes lluvias han sido muy positivas", la sequía y la previsión científica es que las precipitaciones disminuyan: "¿Significa que hay que abandonar el regadío?, mi respuesta es no. Sé que hay quien no lo defiende, pero yo no estoy en absoluto de acuerdo".
A su juicio, "se trata de buscar el equilibrio y sobre todo no caer en la política del corto plazo, también tenemos obligaciones en el medio y en el largo plazo; hay que intentar que la política solucione problemas y no los cree", tras subrayar que "estas cuestiones son muy atractivas como una materia de polémica y enfrentamiento, que no es la actitud del Gobierno".
En ese sentido, ha defendido que perspectiva de conjunto que tenga en cuenta las aguas subterráneas y superficiales, y las no convencionales (recicladas y desalación), como "única respuesta quizás demasiado compleja para una frase o para un titular".
De acuerdo a sus datos, el regadío ocupa el 20 % de la superficie agraria pero se transforma en el 65 % de la producción vegetal, lo que demuestra su impacto "en la renta y el empleo" y se va a invertir hasta 2027 más de 2.000 millones de euros para su modernización.
"Los datos tienen la cabeza dura, y en los últimos cuatro años se ha producido el mayor volumen de transferencias de agua del Tajo al Segura", ha afirmado Planas, quien contrapone esas cifras a las ejecutadas por el Partido Popular entre 2014 y 2018.