MADRID. Dado que se espera que la inflación continúe su tendencia a la baja y que los bancos centrales puedan adoptar una postura más acomodaticia, creemos que el entorno es propicio para que la deuda pública europea se fortalezca en 2024.
El retroceso de la inflación es positivo. A medida que se moderen las presiones sobre los precios, los bancos centrales deberían empezar a suavizar su sesgo restrictivo, lo que podría conducir a recortes de tipos hacia mediados de 2024. Aunque la retórica en las próximas semanas puede seguir siendo prudente, haciendo hincapié en la necesidad de mantener ancladas las expectativas de inflación, la tendencia subyacente sugiere un cambio hacia una postura política más moderada.
Es probable que los tipos de la zona euro, tras el movimiento a la baja observado a partir de noviembre, se mantengan dentro de un rango durante unos meses más. Todo ello a la espera de una mayor consolidación del escenario macroeconómico y del descenso de la inflación. Con un crecimiento probablemente en su fase más débil, se espera una recuperación en el segundo semestre de 2024 que debería beneficiar al crédito europeo.
La actual inversión de la curva de rendimientos de la zona euro refleja las expectativas del mercado de futuros recortes de tipos. Cuando el banco central manifieste su intención de relajar la política monetaria, la curva de rendimientos debería pronunciarse, con una ampliación del diferencial de la zona euro a 2-10 años y un probable rendimiento superior de los bonos a medio y corto plazo.
Dadas las perspectivas favorables, creemos que los inversores deberían aprovechar los elevados tipos de interés actuales para optimizar la rentabilidad. Seguimos considerando los BTP italianos como una buena forma de maximizar la rentabilidad en 2024, con el objetivo de obtener rendimientos en torno al 3,5% - 4,0%. Al mismo tiempo, añadir duración sería una estrategia de diversificación útil en caso de un entorno de aversión al riesgo o de un aumento de la volatilidad.
Bonos corporativos
En cuanto a los bonos corporativos europeos, existen buenas oportunidades para acumular carry y exceso de rentabilidad exclusivamente con instrumentos de alta calidad y bien calificados, en particular de sólidos conglomerados financieros e industriales con negocios menos correlacionados con el ciclo económico. Creemos que los vencimientos de 1 a 5 años ofrecen la mejor relación riesgo-rentabilidad, pero a lo largo del año puede ser prudente alargar la duración de los diferenciales, para permanecer en territorio seguro.
Los riesgos de esta propuesta son el mayor coste de la deuda o situaciones inesperadas de apuro de las empresas que no pueden refinanciar fácilmente su deuda a través de los canales habituales de endeudamiento.
Mauro Valle es responsable de Renta Fija en Generali Asset Management