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para su destino a patrimonio cultural

Los Saladares: un yacimiento por excavar en manos de Orihuela

16/06/2019 - 

ORIHUELA. La ciudad oriolana aprobó esta semana la adquisición del yacimiento arqueológico de Los Saladares, por un importe total de 54.000 euros. La parcela, situada en el paraje de "Cabecicos Verdes", obtuvo el visto bueno de la Junta de Gobierno Local basándose en un informe de la Concejalía de Patrimonio, que consideraba necesario que se convirtiese en patrimonio municipal. La formalización de la escritura de compraventa se llevará a cabo, como máximo en dos meses, y el Ayuntamiento pagará en el momento de obtener la escritura pública. A finales de abril de 2019, se propuso la compraventa de la finca y ya en mayo, el Arquitecto Técnico Municipal emitió memoria sobre la adquisición de la parcela, con su valoración y el interventor dio su visto bueno.  Con estas actuaciones se quieren comenzar trabajos para valorar el área, ya que son elementos históricos en mal estado de conservación. Ahora se quiere realizar trabajos para sacar a la luz piezas de valor arqueológico y convertirlo en un lugar visitable.

El yacimiento data del final de la Edad del Bronce y se encuentra rodeado por la huerta oriolana y muy próximo a la vega murciana, sobre un ligero cerro en Arneva. De entrada, es un atractivo turístico y cultural que a su vez hace su función de mirador. Ahora se conservan los restos de una barriada del bronce final. El enclave fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y en él se han encontrado restos de entre los siglos IX y IV a. C. de pobladores desde la cultura argárica a la ibérica. Las primeras excavaciones de Los Saladares se llevaron a cabo en 1972 por Oswaldo Arteaga y María R. Serna. Construyeron un pequeño almacén en el mismo terreno. El sector VIII de Los Saladares se excavó en uno de los lugares más elevados del cabezo del cerro. En los estratos más profundos se encontraron hallazgos interesantes, cerca de la roca natural. 

En una de las fases de excavación se encontraron cerámicas, construcciones y herramientas que datarían del período de Bronce Final. También se encuentran muros contiguos de casas y otras fases preibéricas. Según el estudio de Oswaldo Arteaga y María R. Serna, los moradores de las viviendas preibéricas eran bastante cuidadosos y las mantenían muy limpias y aparentes. Una de la zonas entre muros, muy estrecha, se podría haber usado como vertedero donde se han hallado vasijas rotas, siempre en el tiempo en el que las casas fueron habitadas. 

En la zona hay evidencias de la cultura tartésica, al igual que en Penya Negra, en Crevillent. En Orihuela también se encuentra la necrópolis de San Antón, donde se hallaron enterramientos en tinajas y también en forma de túmulo, estas últimas destinadas a personajes importantes. En Los Saladares y en San Antón surge un primitivo urbanismo en lugares dominantes y se utiliza la cerámica de torno y decorada. El urbanismo organizado cambió por completo la fisonomía de las anteriores cabañas del Bronce Final. El primer contacto de la comarca de la Vega Baja con los griegos se produce en el siglo VI a.C., sirviendo el río Segura como vía de penetración para su comercio. 

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