Foto: ROBER SOLSONA/EPVALÈNCIA. El pasado 23 de diciembre, el pleno del Consell aprobó el decreto de prórroga de los Presupuestos de la Generalitat de 2025. Una situación que no se producía desde 1989, hace ya 35 años. Tal y como había informado este diario, el nuevo escenario provocado por la Dana -con el consiguiente y necesario reajuste de partidas presupuestarias-, obligaba al Gobierno valenciano a aplazar la presentación de las cuentas.
La tragedia, según explicaron fuentes del Ejecutivo y fuentes parlamentarias en su momento, exigía rehacer casi por completo los Presupuestos de la Generalitat. Más aún cuando, explicaban, la legislatura estará condicionada por la recuperación y reconstrucción de la Comunitat, y en particular de los municipios con los que la dana se ha cebado: industria, comercios, viviendas... todo requiere un diseño de las cuentas distinto al que se había planteado antes de que todo esto ocurriera. O dicho de otro modo: los presupuestos para 2025 que se habían dibujado entonces, ya quedaban antiguos. Había que modificar partidas, crear fondos específicos e incorporar fondos europeos que se puedan recibir para la recuperación.
La prórroga, eso sí, sería "técnica", tal y como explicó la portavoz del Consell Susana Camarero. De hecho, si las cuentas se presentan más allá del 31 de diciembre, es automática, independientemente de lo que se tarde en aprobarlos ya iniciado el año. La intención del gobierno valenciano, en cualquier caso, es presentar los Presupuestos en el mes de enero -Mazón dijo el pasado viernes que confía en tener listo el borrador "en días"-, por lo que la validación definitiva en Les Corts no se espera, como pronto, hasta final de febrero.
Atendiendo al calendario parlamentario, fuentes jurídicas de Les Corts aseguran a preguntas de este diario que la validación de las cuentas no será posible al menos hasta estas fechas por todos los trámites que deben practicarse. Lo cierto es que al rediseño de las cuentas por parte del Consell le sigue todo un periplo parlamentario de cerca de mes y medio de tramitación.
En primer lugar, el nuevo proyecto de ley debería ser aprobado por el Ejecutivo valenciano para más tarde remitirlo al Parlamento y que este lo publicara en el Boletín Oficial de la Comunitat Valenciana (BOCV). Una vez estuviera lista la publicación, debería celebrarse una reunión de la Mesa de Les Corts y una Junta de Síndics para ordenar la comparencia de los consellers para que explicaran las partidas de sus departamentos para el próximo ejercicio. Un trámite con el que ya habría transcurrido, al menos, una semana.
Tras estas comparecencias, se abriría el plazo de enmiendas a la totalidad y después debería celebrarse un debate de totalidad. Incluso, aunque ningún partido presentara enmiendas a la totalidad del texto legal. "Haya o no haya enmienda a la totalidad, hay que hacerlo", sostienen las mismas fuentes jurídicas. Una vez vencido ese trámite, Les Corts abrirían plazo para que los grupos parlamentarios registraran sus enmiendas parciales, que deberían primero traducirse y más tarde ubicar en función de la parte del articulado de la ley a las que se presentaran para poder posteriormente publicarlas. Todo esto, no podría tener lugar en menos de dos semanas. "Es inviable", explican fuentes parlamentarias a este diario. Y, aún así, toda la burocracia no habría acabado ahí: las enmiendas deberían debatirse en comisión, votarse y finalmente celebrarse el pleno final.
En el escenario más optimista, explican, podría darse la situación de que el Consell presentara unos presupuestos la segunda semana de enero y pudieran aprobarse y entrar en vigor a final de febrero o principios de marzo. Pero, en el caso de que el registro de los presupuestos y remisión a Les Corts Valencianes se produzca durante la segunda quincena de enero, con toda probabilidad acabarían entrando en vigor después de las Fallas, pues justo en este periodo se declaran unos días inhábiles y el Parlamento permanece cerrado. En cualquier caso, lo que es seguro es que las cuentas de 2025 no entrarían en vigor, al menos, hasta final del primer trimestre del año.
