Haces casi un año, se presentaron los Presupuestos Generales del Estado de 2020. En cuanto a inversión real, contemplaban una inyección de 160 millones de euros y en resumidas cuentas, venían a completar las infraestructuras que estaban en ese momento en obras: finalización de la línea del AVE a Elche y Orihuela y la variante de Benissa y los accesos viarios al aeropuerto. Entonces califiqué esas cuentas de decepcionantes, fundamentalmente, porque apenas preveían una partida irrisoria para el enlace ferroviario entre el aeropuerto de El Altet y la red de Cercanías. Después se enmendó, con un acuerdo con Compromís y se incluyeron 5 millones de euros para ese ejercicio y un compromiso de invertir hasta 60 millones en los próximos años con el reto de hacer realidad ese proyecto y mejorar, a su vez, las Cercanías de Alicante.
Las cuentas presentadas para este 2022, no recogen ningún proyecto singular -más allá de la reforma integral del Parador de Xàbia- y además, mantienen partidas ridículas para el estudio del enlace ferroviario con el aeropuerto, además de no recoger ni un céntimo para otros. Hay cosas que se pueden entender, y que se pueden argumentar para justificar los PGE para la provincia de Alicante. Tenemos el AVE acabado, a falta de la conexión con València, la red viaria más o menos funciona, a falta de un par de proyectos muy urgentes, pero no se entiende nada lo del tren al aeropuerto ni la mejora de las Cercanías. Bien es verdad que algunas inversiones para materia hídrica -como la planta fotovoltaica para la desaladora de Torrevieja y su ampliación- se posponen hasta 2023, pero después de figurar en todas las reivindicaciones empresariales, sociales, de los alcaldes, los del PSPV, la de sus socios de Gobierno, reitero, no se entiende que los PGE de la recuperación, lo más expansivos de los últimos años, con la inyección de fondos europeos, no incluyan partidas para la gran asignatura pendiente de la provincia de Alicante, que es la conexión férrea con el aeropuerto, ni la mejora de las Cercanías, para que se repiten las partidas de 2021.
¿Cuál es la conclusión a la que llego? Da la sensación que las cuentas no se han negociado ni siquiera con los diputados del PSPV de Alicante, y que en todo caso, esto ha sido un acuerdo directo con el Palau de la Generalitat, que incluye además, la perversión del fondo extraordinario de los 300 millones de euros. ¿Por qué considero que ese fondo es una perversión, y más, si tiene la función de compensar la infrafinanciación con la provincia de Alicante? Sencillamente, porque lo que demuestra ese fondo es una dejación de funciones de la Administración General de Estado, que es la que debe -o debería- asumir las grandes necesidades de la provincia de Alicante: mejora de la red de Cercanías, incluida la conexión con El Altet -el tren de la costa lo dejamos para otro día- y actuaciones urgentes en la red viaria, como el caso de la duplicación de la N-332 de Torrevieja, Ronda Sur de Elche, tercer carril de la A70 o, porqué no, la creación de una nueva salida en la A7 a la altura de Gata de Gorgos. Esas inversiones sólo las puede hacer el Gobierno central, y cederlas a la Generalitat, si es el caso, sólo pueden generar más retrasos de lo que ya acumulan. Eso lo sabe cualquier político, sea del signo político, y que las cuentas del Estado no incluyan nada de eso es de un chuleo tremendo, no sólo para los agentes sociales, políticos y económicos de Alicante, sino porque lo son para los que dan la cara en el PSPV en la provincia de Alicante, y para Compromís, que firmó la enmienda en 2020 para incluir las partidas presupuestarias necesarias para el proyecto del tren al aeropuerto. ¿Con qué careto se van los diputados del PSPV y de Podemos a defender por las comarcas unas cuentas que quitan lo poco que se ganó en 2020? ¿y Compromís?
Además, los PGE son un torpedo en el relato del Gobierno del Botànic, y al del propio Puig, de que cada territorio reciba la inversión en función de su población, como han venido haciendo las cuentas de la Generalitat Valenciana en los últimos años -otra cosa es la ejecución de esas cuentas-, y que ahora acrecienta en ese run-run que tanto gusta a PP y a los poderes fácticos -y amigos-, de que Madrid nos maltrata, y València, nos roba.
Al final, cuando ya tienes un aeropuerto potente y una red de AVE con cuatro estaciones en la provincia, no se trata de la cantidad de millones -que también-, sino de tener la sensibilidad de saber cuáles son las necesidades reales de esta tierra, y esa necesidad urgente, y que genera consenso, es el tren al aeropuerto, y la mejora de la red de Cercanías. Lo otro, si me apuran, puede esperar un año más. Esto no. Y por mucho que se enmiende, que a lo mejor se hace, el golpe emocional ya no será el mismo porque teniendo la oportunidad de hacer gala de esa inversión y lanzar ese mensaje político de cuál es tu prioridad, al final la vas a tener que hacer en forma de corrección, si se hace, o de recuperación, en el fondo extra de los 300 millones que le han enchufado a la Generalitat, con las dudas de si podrá hacerlo, y cuándo.
Por tanto, por muchas vueltas que se le dé, estos PGE tienen poco defensa para los intereses de Alicante. No por la cantidad que dedican, que también, sino porque confunden, y ocultan, las necesidades que debe asumir y ejecutar el Gobierno. Y lo de los trenes sólo lo puede solventar el Gobierno. Nadie más. Y el error de Puig aquí está en no haber puesto ese proyecto en el centro de las cuentas. Y lo que denota, a su vez, es que a los diputados de la circunscripción de Alicante les han chuleado, y a base de bien, como en su día se les hacía a los del PP en época de vacas flacas. Para que se lo hagan mirar, ellos, todos, pero en este caso, los socialistas y su organización.