ALICANTE. El dispositivo de control extraordinario diseñado por el Ayuntamiento de Alicante para velar por el cumplimiento de las medidas de prevención de contagios por coronavirus durante el 31 de enero no ha tardado en provocar el rechazo por parte de los empresarios de la hostelería y del ocio del Centro de Alicante. Se trata de un plan que contará con la participación de 300 personas entre agentes de Policía Local y voluntarios de Protección Civil, en el que, además de la aplicación de controles de alcoholemia, y de puntos de vigilancia en todas las zonas de la ciudad en las que existe una alta concentración de locales de ocio, se patrullará las partidas rurales para evitar la celebración de fiestas privadas.
A la vista de ese operativo especial, el presidente de la Asociación de Locales de Restauración y Ocio de Alicante (Alroa), Francisco Javier Galdeano, ha considerado, este miércoles, que ese dispositivo, en el que se incluye el cierre perimetral del entorno de la calle Castaños y la implantación de un sistema de control de accesos, "redunda en el conjunto de medidas que perjudican al sector sin que se aporte ninguna justificación" y, además, se pone en marcha "sin que nos hayan consultado ni informado con carácter previo".
"No entendemos por qué se decide aplicar esta medida solo en el Centro de la ciudad y sobre una actividad concreta, cuando puede darse el mismo nivel de afluencia en otras zonas en las que también existe una concentración de establecimientos hosteleros, como el entorno de Playa de San Juan, o, incluso, en zonas comerciales, que, afortunadamente, están recibiendo a clientes durante toda la campaña de Navidad", ha insistido, a consulta de Alicante Plaza.
"Es que no se comprende que se ponga el foco siempre sobre los mismos establecimientos, cuando ya existe una limitación de aforo tanto en el interior de los locales como en las terrazas", recalcó. En esta línea, dudó, incluso, de que el dispositivo pueda resultar efectivo "si no se tiene claro ni cuándo es el momento en el que puede existir un exceso de aforo en ese perímetro de calles, ni quién es el competente para delimitarlo", ha abundado.
En este sentido, apuntó que "al final, lo que están provocando es que exista un efecto disuasorio y que la gente que tenía reservas esté comenzando a anularlas porque no le apetece venir a comer y a tomarse unas copas estando bajo vigilancia de la Policía, como si aquí viniesen a cometer un delito", ha recalcado.
El presidente de Alroa ha añadido que albergaba dudas de que el Ayuntamiento tuviese competencias para poder limitar el derecho de libre circulación de los ciudadanos y ha lamentado que se trata de una medida plasmada en meras instrucciones a la Policía Local, "sin que exista una resolución frente a la que poder recurrir, lo que nos genera cierta indefensión", ha concluido.