ALICANTE. Este martes se cumplen dos años desde que los aficionados del Hércules se manifestaron por primera vez por las calles del centro de Alicante para exigir la salida de Enrique Ortiz de la entidad.
No era su primera movilización con ese objetivo, pero sí la primera con el formato manifestación y también la más numerosa. A esa acción seguiría el 29 de mayo de 2022 una segunda manifestación con el mismo propósito. Si la primera congregó a 700 aficionados según datos de la Policía Nacional y 1.200 según los organizadores, la baja asistencia (en comparación con la primera) a la segunda no motivó guerra de cifras alguna. Puede que por esto último, ni la Asociación Herculanos, ni Unidad Herculana ni Podemos Recuperarlo, la plataforma bajo la que los dos primeros colectivos, varias peñas y aficionados rasos se agrupan, hayan optado esta vez por convocar a la masa social finalizada la temporada... algo que hubiese hecho coincidir su movilización con la precampaña o directamente la campaña electoral, cuando es precisamente a los políticos a los que se apuntaba directamente los dos años anteriores para hacer posible un cambio en el club: que se lo digan a Carlos Mazón, número uno de la lista más votada en la Comunitat en las Elecciones Autonómicas de este domingo y al que no pocos le recordaban anoche en la red social Twitter alguna de sus afirmaciones de hace un año en relación al Hércules, del que su abuelo fue presidente.
Reuniones con los partidos y jornada de convivencia el día del Hércules-Alzira
Además de reuniones con los diferentes partidos políticos que aspiraban a gobernar el Ayuntamiento de Alicante, coincidiendo con la visita del Alzira Podemos Recuperarlo si invitó a los aficionados a una almuerzo popular seguido de una marcha desde la avenida del Doctor Rico hasta la puerta cero del estadio Rico Pérez para reclamar nuevamente la salida de Ortiz. Participaron de la misma unas 300 personas, pero después del choque (que finalizó con invasión del terreno de juego) el número de concentrados en la calle Foguerer Romeu Zarandieta se duplicó, obligando la actitud de una minoría a que plantilla, cuerpo técnico y directivos tuvieran que salir escoltados por la Policía.