adaptación de Magüi Mira CON Luis Mottola, Antonio Hortelano y Marta Guerras

Lolita Flores llega al Auditori de la Mediterrània de La Nucía con ‘La fuerza del cariño’

24/01/2020 - 

ALICANTE. Lolita Flores protagoniza La fuerza del cariño, la versión escénica de la novela de Larry McMurtry (1975), realizada por Magüi Mira a partir de la adaptación teatral de Dan Gordon. La obra está coprotagonizada por Luis Mottola, Antonio Hortelano y Marta Guerras, estando producida por Pentación Espectáculos. Tras su exitosa gira con Fedra, Lolita se mete ahora en la piel de Aurora, la protagonista de esta comedia dramática que se enfrenta a su madurez y a los reveses de la vida con sentido del humor e ironía. 

Por otra parte, Luis Mottola (Prefiero que seamos amigos, Esperando a Fofó…) interpreta a Garret, el seductor vecino de Aurora, mientras Marta Guerras (La comedia de las mentiras, Metallica…) da vida a Emma, la hija díscola y rebelde origen de sus desvelos. Antonio Hortelano (Las amazonas, Dos más dos…) es Flap, el marido de Emma. 

En 2007, el dramaturgo estadounidense Dan Gordon escribió una adaptación teatral de la novela que se estrenó en Broadway finalmente en 2016. Magüi Mira (Las Amazonas, Consentimiento…) versiona para Pentación esta adaptación que llegará al Auditori de la Mediterrània, el 1 de febrero a las 20 horas.

La fuerza del cariño, por Magüi Mira

Aurora, la madre perfecta y tímida viuda; Emma, su hija rebelde y entrañable; el profesor torpe y seductor, además de un astronauta excéntrico y mujeriego. Estos cuatro seres, a pesar de sus grandes diferencias, celebran la vida de cada día. La celebran con humor, lágrimas, ironías, enfados, gritos, risas... Esta vida que nos ordena al azar, que nos acerca y separa por lazos de sangre o de deseo, de forma misteriosa, cumpliendo mágicas constelaciones que no sabemos interpretar, y que ahí nos deja, en medio del viaje. 

La madre, la hija, el profesor y el astronauta viven enredados en lazos amorosos que les hacen salir de las sábanas cada mañana. Transitan la vida veloces, con un corazón trepidante que apenas les permite gozar del fondo hermoso y profundo del paisaje. Me rodean alrededor de la burbuja en la que todos queremos entrar para olvidar la angustia de la vida, para encontrar el placer infinito de dar amor y sentirse amado. 

Amor. La emoción que necesitamos como alimento ecológico y esencial para despertar las hormonas de la felicidad. Pero cuando la vida tiembla y el temporal se lleva la ropa y tiritan de frío, el viaje se detiene. Ya no hay filtros y, con potencia salvaje, aparece la fuerza del cariño que, de golpe, los coloca en el paisaje real de la vida. Los convierte en seres humanos completos. Imbatibles. Auténticos. Sinceros. Admirables. Verdaderos supervivientes.

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