Loles León cuenta su historia en primera persona a través de Una noche con ella, una obra que relata todas las “verdades y mentiras” de su vida en tono de comedia y con toque musical
VALÈNCIA. La actriz Loles León provoca la risa nada más verla. Es algo que según ella tiene que ver con su trayectoria y su forma de ver la vida. Dice que cada entrevista en la que realiza es un nuevo mundo para la prensa y para ella, ya que muchas veces comienza con la anécdota que le haya acontecido ese mismo día: “Muchas veces empiezo contando como me ha ido con el taxista al llegar, o lo que me ha pasado ese mismo día”, y después de las risas arrancan. Del teatro Olympia cuelgan unas pequeñas lonas rosas que anuncian Una noche con ella, una comedia musical que relata la vida de Loles León en primera persona, con una historia que se compone con un 50% de realidad y con un 50% de ficción y que puede verse del 20 al 30 de octubre. En esta obra el espectador tiene el reto de averiguar qué es cierto y qué no sobre el escenario, y los compañeros de escena de la actriz aseguran que la mayoría se equivocan: “Todo lo que parece irreal no lo es, y viceversa”, explica Óscar Domínguez entre risas.
La actriz se enfrenta a su mayor reto: interpretarse a sí misma. Durante 10 días Loles León se ve envuelta en un One Woman Show en una comedia musical que según sus compañeros de reparto bien podría durar más de una hora y cuarenta minutos la representación: “La obra tendría que llamarse más bien un trimestre con ella, si pusiéramos sobre el escenario todas las anécdotas que nos ha contado Loles tendríamos para muchas representaciones”, explica Fran del Pino, compañero de Loles en escena. Los secundarios se convierten en cómplices de la acción, ellos saben mejor que nadie que parte de lo que se cuenta es real y cuál es ficticia. Para representarlo han tenido que pasar muchas horas con la actriz, entre sus anécdotas y dentro de la furgoneta, durante la gira, comentan que trabajar con Loles es “gratificante pero duro” y que es una directora “exigente”. Sin embargo la complicidad de todos ellos hace que el espectador no tenga ni idea de cuales son los eventos que suceden en la vida real de la actriz, quien considera que en parte su trabajo está para eso, para lograr “engañar al público” y que este disfrute con ello.
Todo el espectáculo transcurre en tono de comedia, con un relato autobiográfico en el que se pide que el público forme parte de todo, tal y como explica Loles: “Al final es un relato de mi propia vida, muchas veces me enrollo y muchas veces me puede la emoción, y es un espectáculo vivo que va respondiendo también a las necesidades del público”. Al contrario de la representación a través de la pantalla la actriz consigue ver las reacciones genuinas a las bromas que se hacen en escena y se edulcoran más algunas historias que otras, y también se cuentan a según que público de una manera u otra: “Tenemos muchas ganas de contar esta historia en València, una ciudad de grandes músicos y cantantes que además tiene unos espectadores muy entregados teatralmente y cuenta con una escena con mucho transformismo”, explica la actriz, quien recuerda los estrenos en la ciudad con mucho cariño.
Explica Loles León que el público puede esperar de ella lo que ella misma da, y que muchas veces esto va asociado con la comedia en los personajes a los que interpreta. Cuando era joven el encasillamiento le preocupaba horrores, pero con el paso del tiempo ha visto que supone una seña de identidad con la que avanzar por el mundo de las artes escénicas: "El encasillamiento te lleva a ser quien eres, a que te conozcan y a que te quieran. A mi me gusta hacer un poco de todo, en este caso en la obra no se ve sufrimiento, es algo que no quise representar, es una obra emocional en la que me desdoblo cuando es necesario, pero lo hago sin que salga esa parte individual", explica León, "muchas veces pienso que bendito sea este encasillamiento, es lo que te hace mostrar que escogiste este camino y no otro por algún motivo".