ALICANTE. La escritora alicantina Lola Mateo acaba de publicar Las hadas no saben perdonar (Platero, 2024). Es su segunda novela y, al mismo tiempo, también es la segunda parte de una saga que comenzó en 2023 con Las hadas no guardan secretos. “Habrá tercera; está en el horno y mi idea es cerrar la historia con ésta, así que espero que gusten tanto como la primera”, avanza la autora. Tiene muchas ideas en la cabeza para continuar con esta trama. “Todo se andará, pero quiero ser fiel a mi estilo: diálogos fluidos e intriga”, destaca la escritora.
La literatura y el arte son sus dos grandes pasiones, pero no fue hasta el año pasado cuando publicó su primera novela. Siempre ha escrito y dibujado, “desde que tengo uso de razón”, apunta. Y, en su opinión, “lo complicado es concretar todas las ideas que surgen para hacer algo coherente”. Tenía la pasión y la práctica, pero nunca se había lanzado a la literatura de forma profesional. Algo que cambió cuando llegó la pandemia. “Al principio me lo tomé como un castigo, supongo que como todos, pero después se convirtió en una oportunidad, creativamente hablando”, recuerda. Y es que escribir se le brindó como una vía de escape. “Fue una terapia increíble”, destaca.
“Tuve la gran suerte de que una editorial apostó por mí, y hasta ahora”, afirma Mateo, quien está promocionando su último trabajo en estos momentos. La presentación más reciente fue el pasado viernes, 13 de septiembre, en La Casa del Libro de Alicante, donde se encontró con su público para avanzar algún detalle de esta nueva trama, aunque sin hacer spoiler, y para firmar los ejemplares a sus seguidores.
En esta primera incursión literaria optó por el género fantástico, pero con elementos de thriller. “Adoro la novela negra, pero también el género de fantasía”, justifica la escritora. “Supongo que hice una mezcla de ambos porque es lo que realmente me gusta”, sentencia. Kate Murray se erige en protagonista en esa primera novela. Una chica que trabaja como cajera en el supermercado de un pequeño pueblo costero. Los días se repiten idénticos y monótonos, hasta que el día de su cumpleaños alguien deja un sobre en el buzón de su casa. No tiene remite, pero sí un nombre: el del chico que le gusta.
De esta manera, la escritora alicantina da forma a nueva versión de un cuento de hadas tradicional, en el que salen a la luz oscuros secretos. En esta segunda parte, Kate parece haber cumplido su sueño tras un año lejos de casa: tiene un puesto a tiempo parcial como veterinaria y una nueva amiga que ignora todo acerca de lo que ocurrió en su anterior etapa. Sin embargo, eso está a punto de cambiar en Las hadas no saben perdonar.
La importancia de la fantasía
La obra escrita por la alicantina, cuyo germen surgió durante la pandemia, avanza ahora en esa misma historia con una segunda parte que está causando la misma expectación en los lectores. Quizá sea por esa mezcla de intriga y fantasía al mismo tiempo. Quizá sea porque a todo el mundo le hace falta algo más de fantasía en su vida diaria para escapar la rutina. “Seguro”, sentencia la autora. “Vivimos en un estrés constante e inmersos en la rutina, pero la fantasía nos devuelve a la infancia y nos recuerda que, en el fondo, seguimos siendo niños; es algo que me parece muy importante”, asegura.
Los lectores tenían razón
Mateo tenía claro cómo iba a arrancar y terminar su novela, pero gran parte de ella también fue brotando de forma natural durante el desarrollo de la misma en el proceso de creación. “Sé que hay gente que, cuando escribe, quiere tener todo muy controlado de antemano: principio, nudo, desenlace, etcétera, pero yo no puedo; sé cómo empezará y cómo acabará, pero ya está”, describe la escritora sobre su metodología. “Me gusta que surja sola; es parte de la magia de escribir”, destaca. De momento, esa es la metodología que ha aplicado en sus dos primeros libros. “Siendo sincera, no pretendía hacer una segunda parte, pero los que habían leído la primera no hacían más que insistir, así que, sin querer, salió la segunda”, explica la autora. “Me di cuenta de que los lectores tenían razón: quedaba mucho por decir. Y ahora es mi preferida”, sentencia.
