LLÍBER. El Ayuntamiento de Llíber ha dado ya los primeros permisos de obra para construir viviendas en el PAI Medina Llíber, un complejo residencial que rozará los 500 chalés. En estos momentos, las obras del complejo están marcha, dado que la empresa está acabando de crear los viales del residencial, una gran avenida y algo menos de una decena de ramales que servirán para acceder a las diferentes zonas del sector.
La entrega de estos permisos es un paso importante, dado que permite a la constructora iniciar obras de estas primeras nueve casas en el momento que lo desee, seguramente lo hará a lo largo de este 2024. La empresa estaría esperando a tener más avanzado el plan de calles para poder comenzar los trabajos.
De hecho, la empresa ya anuncia la venta de viviendas en este sector de Llíber y los precios son elevados. Se trata de viviendas de lujo, dado que el precio estaría en torno a los 900.000 euros. La construcción de este PAI ha generado controversia en los últimos años, sobre todo, en los últimos meses tras conocerse algunos informes de municipios vecinos que han alertado de la falta de recursos hídricos en la zona.
Este argumento ha sido negado por el Ayuntamiento de Llíber, que defiende que la urbanización cuenta con su propio pozo y no se conectará a redes que ya están en funcionamiento. Es más, el alcalde de Llíber, Pepe Reus, ha defendido que Llíber y la Vall del Pop “salen ganando”, dado que el pozo de esta urbanización se cederá al consistorio, que gestiona la red pública de agua de la localidad.
De esta manera, entiende que el agua de este punto de abastecimiento se podrá utilizar para dar servicio a todo el nuevo sector residencial, pero el excedente se podrá destinar a mejorar el caudal de la red municipal e incluso ceder a otras poblaciones en caso de ser necesario.
Sin embargo, todo esto llega tan sólo cinco días después de que más de un millar de personas y unos 70 colectivos ecologistas, sociales y cívicos de toda la Comunitat se manifestaran en la localidad de Llíber. El motivo de la concentración era la paralización de este sector residencial. Salvem la Vall, entidad organizadora, considera que este residencial daña el entorno natural de la zona y acabará con los recursos hídricos de municipios limítrofes como Alcalalí, Senija, Pedreguer o Xaló, entre otros.
El plan Medina Llíber contempla la construcción exacta de 488 viviendas, pero todo apunta a que se irán levantando de forma gradual, según se vayan construyendo las primeras y se vayan vendiendo. La intención de la empresa podría ser, a tenor del primer permiso solicitado de nueve viviendas, de ir pidiendo licencias por decenas para ir construyendo y vendiendo.
Desde Salvem la Vall han remarcado en varias ocasiones su contrariedad a este plan argumentando, entre otras cosas, que la aprobación ambiental del proyecto tiene más de 20 años. Es más, han resaltado “las irregularidades administrativas del PAI”. Todo por hechos como la paralización del alcantarillado, las dimensiones desproporcionadas de la urbanización, que sería tres veces y media mayor que el casco urbano actual, según el colectivo; la falta de agua, la saturación de los servicios públicos o la destrucción del entorno como consecuencias del proyecto.