VALÈNCIA. La consellera de Agricultura y Medio Ambiente, Mireia Mollà, hizo pública este martes la dimisión del director general del Medio Natural, Benjamín Pérez, debido a la gestión realizada por el alto cargo en el fallecimiento de una decena de burros en el Desierto de las Palmas de Castelló. Los animales formaban parte de un grupo más amplio introducido en este espacio para prevenir incendios.
La salida de Pérez, miembro de VerdsEquo, evidencia la debilidad de la pata ecologista de Compromís, que desde el inicio del Botànic ha visto cómo su representación, ya menor de inicio, se ha reducido a casi testimonial en el Ejecutivo y, peor aún, con escaso peso frente a sus 'hermanos mayores' de Més Compromís (antiguo Bloc) e Iniciativa (el partido que de Mónica Oltra al que pertenece la consellera Mollà).
La propia responsable autonómica fue la encargada de comunicar la salida de Pérez en la comparecencia de prensa ofrecida para explicar lo ocurrido con la decena de burros fallecidos. En su recorrido cronológico, Mollà lamentó que ni el director del Parque Natural ni el director general hubieran trasladado información "a ningún órgano superior" pese al conocimiento el 22 de septiembre de que ya había ocho ejemplares muertos, ni tampoco el 8 de octubre cuando los burros fallecidos ya ascendían a una decena.
En este sentido, Mollà se mostró "ofendida" de que la situación hubiera llegado a este punto. A su entender, a la segunda muerte se tendría que haber actuado, haber pedido "refuerzo" a su departamento y haber sacado a los animales de allí.
De esta manera, la responsabilidad política se ha sustanciado en la dimisión de Pérez, mientras que las administrativas, que se tendrán que determinar, pueden alcanzar al director del Parque Natural y otros escalafones de la escala administrativa, así como al ganadero propietario de la finca.
Más allá de los hechos, fuentes de la conselleria consultadas por este diario señalan que esta situación no es la única que ha provocado la salida del director general de Medio Natural, sino que apuntan a discrepancias previas entre la consellera y Pérez que, con este último incidente, han convencido a la responsable autonómica para pedir su salida.
Fuentes de VerdsEquo consultadas por este diario se limitaron a señalar que el relevo de Pérez en la conselleria será designado de nuevo por la formación ecologista, por lo que se mantendrá la mínima representación que ostentan en el Gobierno valenciano, apenas limitada a la Dirección General de Calidad y Educación Ambiental, liderada por Joan Piquer, y a la subdirección de Vaersa encabezada por José Manuel Marco.
La pérdida de músculo de la pata ecologista de Compromís se inició en 2015, cuando su entonces portavoz Julià Álvaro -que ahora impulsa Alianza Verde en la Comunitat como alternativa- no pudo ser conseller por motivos de paridad. VerdsEquo propuso finalmente a la independiente Elena Cebrián, quien mantuvo una relación tensa con Álvaro casi desde el inicio, lo que provocó finalmente la destitución del secretario autonómico, precedida de otros ceses de cargos y asesores de la órbita ecologista.
El puesto lo ocupó otro miembro de VerdsEquo, Fran Quesada, que sin embargo, fue enviado con el cambio de legislatura a un escalón más bajo al ser nombrado director general de Medio Natural, pasando su anterior puesto a Paula Tuzón, de Iniciativa. En junio de 2020 Quesada dejaba el cargo para regresar a la docencia, siendo sustituido por Benjamín Pérez que, en este caso, ha aguantado menos de un año y medio en el puesto.
Unos vaivenes entre los cargos de VerdsEquo en la conselleria que se suman a otro golpe moral para la formación ecologista ocurrido a finales de 2019, cuando uno de sus rostros más reconocibles, el concejal Giuseppe Grezzi, decidía dejar la portavocía de la fuerza ecologista y darse de baja del partido.
