Estas pasadas semanas un buen número de personas, representantes de sectores o colectivos de Elche, estuvimos participando en las reuniones convocadas por el alcalde preparatorias de lo que podría ser una especia de Plan Estratégico de Elche. El alcalde, Pablo Ruz, abría el turno, breve es verdad, y explicaba su punto de vista sobre la ciudad y el futuro. Después escuchaba lo que los presenten tenían que decir, sin límite de tiempo. Me pareció una buena idea a priori y además, un acierto que nos llamaran a los medios de comunicación también que, aunque no se lo crean, somos y hacemos ciudad.
De hecho estas reuniones quieren ser, de alguna manera, herederas de aquellas convocadas por el alcalde Diego Macià para el Plan Estratégico Futurelx y por supuesto, allí no se nos llamó ni preguntó nada (Dato importante; Antonio Martínez, gerente de Pimesa y director de aquel Plan Futurelx ha estado también en estas reuniones. Una mirada y opinión cualificada que, entre lo que sabe y lo vivido, debe escucharse con algo más de atención que a otros).
Lo de que nunca nos llamen o nos tengan en cuenta como empresas o personas del tejido social y económico de las ciudades tampoco es grave. Afortunadamente, los medios de comunicación incluimos “de serie” voz pública y si queremos decir algo lo decimos. En artículos de opinión, editoriales, simplemente en la selección de noticias, en el enfoque e incluso, algo poco ético, en campañas orquestadas, estructuradas y ejecutadas para que, por ejemplo, la sociedad se ponga a favor de una u otra cosa, que de todo hay. A estas alturas creo que ya sabemos que, el periodismo en concreto no es el cuarto poder, la comunicación sí.
En fin, que aunque podemos trasladar nuestro mensaje a la sociedad, está bien que además, se nos considere como parte de ella. Los medios de comunicación son empresas con trabajadores, gastos, ingresos, impuestos... Y los periodistas somos personas, (jeje), madres, padres, hijas, empleados, parados, autónomos, (muchos, de más incluso), emprendedores, sindicalistas, amigos, usuarios, estudiantes, enfermos, pacientes, diversos...
Algo tendremos que decir sobre la ciudad en la que vivimos, más allá de lo que escribimos. ¿No creen?
El alcalde de Elche nos convocó dos horas antes de exponer las conclusiones de una semana de reuniones con más de 274 personas. Como se pueden imaginar, me dispongo a aprovechar mi profesión para explicar aquí alguna cosa de las que dije a toda prisa. Además, lo adelanté un poco la semana pasada y he tenido bastante feedback sobre este tema.
En Elche, que se nos llena la boca de decir que somos los mejores y las empresas punteras y los cohetes etc. etc., nos hemos conformado muchas veces con las migajas. Nos falta creernos de verdad lo que somos y dejar de ser la hermana menor de Alicante y de nadie. La frase es espolsarse la caspa y el complejo y no tragar. Y como ciudad hemos tragado mucho. De memoria así rápido me acuerdo de algunas cosas.
Nos conformamos con un segundo hospital de gestión privada cuando se luchó por uno público. Y es que para tenerlo tuvimos que crear una Plataforma por el Segundo Hospital para Elche con miles de personas a título individual y colectivos e instituciones adhiriéndose. No sé si hay muchas ciudades que han tenido que hacer estas cosas.
Nos conformamos con pagar los terrenos de la universidad nosotros, con dinero del ayuntamiento de Elche con tal de que se creara la UMH, cuando lo suyo es que los terrenos los hubiera comprado la Generalitat que es quien tiene las competencias y quien lo compra en todos los demás casos. Y nos conformamos con que nos metieran en una lucha de intereses internos y partidistas con la creación de la universidad sumando de golpe una facultad de Alicante, medicina, ya saben el resto de la historia.
Nos conformamos con la estación del Ave allá perdida que ni el GPS la detecta y hay que hacer un croquis para llegar las primeras veces porque está entre caminos perdidos por Matola. Será por suelo precisamente que de eso tenemos mucho. Por eso está en Elche IFA, el Aeropuerto, y la Planta de Basuras.
Nos conformamos con que nos digan que el antiguo edificio de Correos se va a convertir en algo con un nombre en inglés que ha cambiado ya tres veces de nombre y se muere del asco. Nos conformamos con que se ponga al aeropuerto el nombre de Alicante primero y más apellidos que la Casa de Alba. Con lo bien que suena Aeropuerto del Altet. Nos conformamos con que se vaya a hacer la conexión ferroviaria entre el aeropuerto y el tren de cercanías, (tren chicharra como todos los usuarios saben) sabiendo perfectamente que va a hacerse primero el ramal de Alicante. Nos conformamos con la ampliación, (aquí aún podemos hacer algo) y no la segunda pista, ya lo verán, un apaño.
Nos conformamos con bus de alta capacidad eléctrico, nos conformamos con el Palacio provincial cuando llegue y como llegue siendo muy conscientes de que será siempre después del de Alicante cuando allí ya tienen.....
Por miedo a decir “eso no es lo que hemos pedido y lo que necesitamos” y entonces quedarnos sin nada. Claro que los que tienen que liderar esas reclamaciones no pueden ponerse farrucos que les pueden hacer callar. Total que eso pero rapidito fue lo que dije en esa reunión.
Esto no es una guerra con nuestros queridos vecinos alicantinos, esto es una crítica al conformismo de esta ciudad que en el fondo y por mucho empresario y cohete que haya, a veces se siente de menos. Hay que hacer un trabajo de autoestima, lo tengo claro.