ALICANTE. Las direcciones autonómicas de Podem y Esquerra Unida (EUPV) toman el timón en otro intento -quién sabe si el último-para lograr que fragüe su confluencia electoral para las municipales en Alicante. Fuentes consultadas por Alicante Plaza precisaron que los dos partidos han solicitado la intevención de sus respectivos líderes, Antonio Estañ y Rosa Pérez, para tratar de reanudar los contactos que quedaron suspendidos el pasado miércoles, durante la última reunión de la comisión negociadora.
De hecho, se espera que pueda producirse un nuevo encuentro para desatascar las conversaciones con la mediación de los dos responsables autonómicos antes del próximo domingo. El objetivo es encontrar el entendimiento necesario para que no se produzca la paradoja de que ambas formaciones trabajen de manera coordinada para pedir la confianza de la ciudadanía en las elecciones autonómicas y generales del próximo 28 de abril, pero se desvinculen, después, en la campaña de las municipales del 26 de mayo.
Este nuevo acercamiento se sustentaría en una evidencia compartida por ambas siglas: existe una coincidencia casi absoluta en lo que respecta a los ejes programáticos de propuestas para la ciudad y, finalmente, también un acuerdo por lo que respecta a la composición de la papeleta, después de que EU haya asumido el sacrificio de ceder el liderazgo de la candidatura común para evitar el temido impacto que conllevaría la división del voto en dos listas por separado.
Así, el único escollo pendiente de superar hasta ahora consistiría en la petición expresada por el Consejo Ciudadano Municipal (CCM) de Podemos de poder ejercer una especie de voto de calidad en las decisiones no acordadas de manera anticipada en los que exista división de opiniones. La ejecutiva local de Podemos considera que esa condición resulta básica para que el funcionamiento de la confluencia sea operativo, fluido, sin necesidad de acudir necesariamente a la consulta a las respectivas asambleas. Es decir, la alternativa que plantea EU, como fórmula de garantía de que la confluencia se cierre en igualdad de condiciones, sin dominios ni jerarquías.
Ahora, con ese próximo encuentro, se aspira a resolver esa disputa al tratarse del único fleco que impide la celebración del matrimonio político. Eso sí, según las fuentes consultadas, para que exista boda, alguien tiene que ceder. Por lo pronto, se prevé poner sobre la mesa los acuerdos de confluencia alcanzados en otros territorios en los que no figura ninguna condición similar a ese voto de calidad.
En el caso de que los negociadores llegasen a una salida satisfactoria para la posible alianza que por ahora permanece encallada (pero no rota ni descartada), se prevé que pueda producirse una nueva ronda de consultas entre las direcciones locales de ambos partidos.
Por el momento, no ha trascendido si las direcciones regionales de las dos fuerzas también van a interceder en otros procesos de diálogo que tampoco han fructificado. Es lo que sucede, por ejemplo, en otras poblaciones estratégicas como Elche o Benidorm.