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se solicitan más visados de obra 

La rehabilitación coge ritmo en la Comunitat frente al estancamiento de la obra nueva

25/01/2022 - 

VALÈNCIA. La rehabilitación y las reformas cogen ritmo en la Comunitat Valenciana. El duro confinamiento y la lluvia de millones que los fondos europeos ofrecen para este tipo de actuaciones dispararon el pasado año el número de visados que se solicitaron a la Administración valenciana. Un crecimiento que contrasta con el estancamiento de la obra nueva en la región valenciana. Y es que, aunque cierto es que aumentaron los permisos para la construcción de nuevas promociones, su crecimiento ha sido bastante inferior que en otros ejercicios.

En concreto, en los primeros nueve meses del pasado año 2021, el número de visados de dirección otorgados evidenció que la actividad de reforma y rehabilitación cogió una evolución más favorable que la construcción de obra nueva. Así, entre enero y septiembre, la rehabilitación de viviendas creció en la Comunitat Valenciana un 14% con cerca de 2.705 solicitudes para viviendas, mientras que en obra nueva el avance fue de tan sólo de un 1,13%, con peticiones para levantar unos 8.079 inmuebles, según datos de la patronal de la construcción Fevec a partir de datos del Ministerio de Fomento. 

Una notable diferencia que contrasta con los datos a nivel nacional en donde los visados de dirección para obra nueva se incrementaron un 26,14%, mientras que para obras de rehabilitación aumentaron un 14,14%, según los mismos datos.

Según explica el presidente de la patronal valenciana de la construcción Fevec, Francisco Zamora, este auge de las obras de reforma frente a las nuevas construcciones se explica por las "dificultades" que sigue habiendo en la autonomía valenciana para "sacar adelante licencias de obra nueva". Y es que, pese al decreto que aprobó el Consell para agilizar el trámite a través de entidades colaboradoras ECUV, parece que el embudo en varias ciudades valencianas sigue siendo un problema.

Foto: EDUARDO MANZANA

"Sigue habiendo mucha dificultad para sacar adelante licencias de obra nueva con mucha traba burocrática, que redunda en una lentitud excesiva de los proyectos", lamenta Zamora. Pero, ademas, apunta que también ha desaparecido la promoción de vivienda pública, lo que también ralentiza la puesta en marcha de nuevos proyectos.  

"La falta de suelo y la falta de financiación a las promotoras, así como las pocas ayudas a la compra de viviendas de protección oficial hacen poco atractivo iniciar nuevas promociones de este tipo", señala. "Parece que a la administración, en cambio, le ha entrado la fiebre inversora en vivienda para atender, de manera muy loable, eso sí, las necesidades de familias vulnerables a través del alquiler social, pero la sociedad, los jóvenes y el sector echan en falta los planes y promociones de VPO", indica.

Precisamente, la falta de suelo es una de las principales razones por las que no se inician nuevos proyectos en la ciudad de València. Cierto es que la escasez de parcelas es un problema que atañe a muchas ciudades españolas, pero en el caso del cap i casal ya ha supuesto que la oferta de nuevas promociones se haya reducido casi un tercio, según un informe elaborado por la Cátedra Observatorio de la Vivienda de la Universitat Politècnica de València (UPV).

La situación actual ha llevado a que en los primeros seis meses del año el número de licencias solicitadas al consistorio de València para reformas y rehabilitaciones se haya incrementado. Tanto es así que hasta junio se presentaron 717 solicitudes para este tipo de obras, así como otras 334 para declaraciones responsables. Mientras que en el mismo periodo se pidieron licencias para la construcción de 843 nuevas viviendas, una cifra muy similar a la de 2020, ejercicio marcado por el confinamiento y el parón de la economía por la pandemia. Aquel año se registraron peticiones para 816 nuevos inmuebles en toda la ciudad, por lo que hasta junio de 2021 el número solo se elevó un 3%, pese al nuevo contexto económico.

El duro confinamiento y el estado de muchos edificios en la ciudad ha provocado, además, un aumento de las actuaciones de reforma y rehabilitación y la necesidad de adecuar los edificios. En el caso de València, el parque inmobiliario está envejecido con la mayoría de los edificios con más de 40 años. Así, de los 411.026 bienes inmuebles de uso residencial que hay en el cap i casal, el 47% fueron construidos entre 1961 y 1980, es decir, cerca de 194.000 activos, según datos del consistorio valenciano. Una antigüedad que también explicaría el tirón de este tipo de obras.

Foto: EDUARDO MANZANA

Zamora apunta, asimismo, que durante la pandemia las reformas y la obra menor "se han convertido en el objetivo estrella de muchas familias que han visto la necesidad de adaptar o modernizar sus viviendas a los nuevos hábitos que nos han impuesto las restricciones de movilidad y los confinamientos". Son varios los ejemplos de proyectos que hay en marcha en esta materia. Uno de ellos es la rehabilitación de un edificio de 40 viviendas en la calle Martínez Aloy, bautizado como Edificio Gracia. Una obra que consiste en una rehabilitación integral del inmueble en la que se mantiene su histórica fachada del movimiento Art Decó en Valencia para adecuar sus 85 viviendas, actualmente en venta.  

Fondos europeos

También, los fondos europeos han generado un importante revulsivo para esta actividad, ya que una importante parte del montante se dedicará a este tipo de actuaciones. De hecho, el ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) activó en octubre la primera transferencia de 1.151 millones de euros a las comunidades autónomas para rehabilitación residencial. Una montante del que la Comunitat valenciana recibirá 124,5 millones. 

Este importe forma parte de los 4.420 millones de euros incluidos en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) para impulsar la regeneración residencial a nivel barrio, edificio y vivienda y para construir 20.000 viviendas de alquiler social. La cantidad de 1.151 millones de euros es la primera anualidad de los 2.970 millones de euros que se van a trasladar a los gobiernos regionales con cargo a los fondos europeos.

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