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LA CAJA BOOKS 

La mirada de Jacek Hugo-Bader sobre Rusia

30/03/2022 - 

VALÈNCIA. La editorial valenciana La Caja Books, sello perteneciente a Andana, ha publicado el último de los libros que componen el trabajo del periodista Jacek Hugo-Bader sobre Rusia y los restos de la Unión Soviética. Raúl E. Asencio, director editorial del sello, explica que la publicación en España de estos tres libros —Diarios de Kolimá, En el valle del paraíso y El mal del chamán, el último de los títulos, traducido por Agata Orzeszek y Ernesto Rubio— viene dada porque “nadie como él se ha preocupado de estudiar y analizar la caída de la URSS y la transición de Rusia en las últimas décadas. Este es el cuarto libro que le dedica a lo que él llama las ruinas del Imperio, una contribución más a un proyecto periodístico y literario al que ha dedicado treinta años y decenas de viajes”. 

Hugo-Bader es un gran cronista del alma del Este que practica ese exquisito periodismo escrito en el que se narra la realidad, empleando ciertas herramientas de la narrativa, sin faltar el respeto a la veracidad. Su dominio de los saltos de la primera persona para contar cómo vive él lo observado junto a la profunda y reposada investigación que realiza enriquece la lectura y la aleja de lo netamente periodístico. Hugo-Bader escucha, habla y bebe con sus entrevistados para crear con cada libro de crónicas una ventana a un imperio que occidente vio desmoronarse pero que de alguna forma, sigue latiendo. 

Jacek es reportero en la principal cabecera polaca, el Gazeta Wyborcza. Es experto en la antigua URSS y ha realizado numerosos reportajes recorriendo en bicicleta China, Mongolia y el Tíbet. Recibió en dos ocasiones el premio Grand Presse, y en otras dos ha sido premiado con el máximo galardón de la Asociación de Periodistas de Polonia. En España también ha publicado El delirio blanco, junto a la editorial Dioptrías. Por Diarios de Kolimá, con el prestigioso English Pen Award.

A Hugo-Bader se le equipara a menudo con el también periodista polaco Ryszard Kapuscinski. Una comparación que para Asencio es justa “porque es el heredero de la escuela del reportaje literario que Ryszard Kapuscinski hizo que se conociera en todo el mundo” pero al mismo tiempo no lo es “porque aunque trabajan con los mismos mimbres, Jacek tiene un estilo mucho más directo y descarnado”.

El primero de los títulos publicados por La Caja, Diarios de Kolimá, es un viaje a través de la Rusia oriental por la mítica autopista M56, una suerte de vía hostil donde el legado más crudo del comunismo se funde con el carácter extremo de la temperatura siberiana y su inherente despoblación. Los locales del lugar la conocen simplemente como Trassa (La Ruta) o Carretera de los Huesos, porque bajo el pavimento cuarteado e inseguro se encuentran enterrados miles de los prisioneros del Gulag que la construyeron por orden de Stalin.

En el segundo, En el valle del paraíso, encontramos un recorrido por el territorio incierto de la memoria de aquellos que vivieron al otro lado del telón de acero. Una década de crónicas, reportajes y viajes que descubren entre sus vestigios la sombra de una nostalgia que conserva el cadáver de un imperio en descomposición.

Con El mal del chamán, Jacek Hugo-Baderrealiza un ejercicio que le llevó a recorrer durante cuatro meses diez mil kilómetros de territorio ruso para estudiar el fenómeno sociológico, etnográfico y religioso del carácter esotérico que abunda en el país. “Hugo-Bader viaja hasta los confines helados de Siberia para asomarse al vacío que dejó la fe comunista. Al retorno de un pueblo a una identidad anterior, previa al país de los soviets y basada en la magia y el animismo. Hoy en Rusia hay más chamanes, brujos y trabajadores extrasensoriales registrados que médicos colegiados”. 

Según el editor, la diferencia entre los distintos libros se encuentra en que “cada uno observa vestigios distintos de la Unión Soviética en la Rusia actual. Diarios de Kolimá viaja por la carretera que recorre el territorio en el que se estaban los gulags para ver qué y quién queda hoy allí por voluntad propia. Hay que tener en cuenta que no solo es uno de los lugares más fríos del continente sino que cuando deshiela emergen los cuerpos incorruptos de quienes murieron en los campos de trabajo”. 

En el valle del paraíso recopila todos los reportajes que hizo durante los años noventa: sus investigaciones sobre la bomba nuclear soviética; el delirante proceso de embalsamiento de Lenin; los entresijos de la invención del Kalashnikov; el problema con los judíos en Rusia o el nacimiento de la mafia rusa”. En este libro el escritor se enfrenta o confraterniza con los hijos de un orden extinguido. 

El mal del chamán, en cambio, viaja a Siberia para escuchar y mirar cómo aquel territorio ha reaccionado a la fe comunista regresando una identidad animista o cómo el pensamiento mágico vertebra las instituciones rusas: empezando por el hecho de que hay más profesionales extrasensoriales dados de alta que médicos y recordando que los asesores de Putin llevaban sin ningún tipo de complejo amuletos chamánicos profesionales anti-covid”.

Hay temas transversales que surcan la producción escrita de Hugo-Bader. La locura, lo insólito para el ojo europeo y el choque de culturas abunda en las páginas de El mal del chamán: “Nosotros tratamos el cáncer hasta la tercera fase sin quimioterapia, inyecciones ni medicamentos. Solo en el plano divino, espiritual, por medio de rituales, pero a quien no crea en ellos seguro que no le ayudarán. La fe es el arma más poderosa del ser humano”, leémos en una de las páginas del libro. 

En El mal del chamán el desafío a la racionalidad occidental se dispara y quizá ese sea el gran acierto de Hugo-Bader: adentrarse en el mundo del chamanismo siberiano con el escepticismo justo, asumiendo que la concepción que un Yakutio tiene del mundo nada tiene que ver con la nuestra. Hugo-Bader trae al libro esa misma visión del mundo sin mancharla mucho y eso no es nada fácil de conseguir”. 

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