ALICANTE. Alrededor de doscientas personas se han dado cita este domingp en la plaza de El Rebolledo para celebrar la 10ª edición de la Volta A Peu a la Serra Fontcalent. En esta edición, organizada por la Plataforma Salvem Fontcalent en colaboración con la AVV Amigos de Fontcalent de El Rebolledo, se ha contado por primera vez con el apoyo de la Concejalía de Participación Ciudadana y Partidas Rurales así como varias empresas patrocinadoras. Debido a las medidas COVID, los participantes se han dividido en tres turnos, que han completado un circuito de unos 12 kilómetros por la cara norte de Fontcalent.
A lo largo del recorrido se visitaron numerosos puntos de interés, como los cortados verticales del extremo suroeste, el histórico depósito de aguas de La Alcoraya (que abasteció la ciudad de Alicante en el siglo XIX), los estratos geológicos del Ammonitico Rosso, la fuente de aguas termales que da nombre a la sierra, el yacimiento arqueológico íbero-romano de Fontcalent y la Cova del Fum (lugar de enterramientos humanos más antiguos del municipio), en este lugar, la comitiva ha recibido la visita de Jaime Carbonell, que ha podido contarnos en primera persona cómo aconteció la excavación de la cueva en los años 60 y la posterior donación de sus hallazgos al MARQ. Los participantes también han podido apreciar los negativos impactos que actividades como el sobrecargado vertedero de Alicante o la cantera de áridos, ambos con actuales pretensiones de expansión, ejercen sobre el entorno y los habitantes de la zona.
Durante la marcha, se ha dejado ver la pareja de águilas perdiceras en vuelo, especie declarada recientemente en peligro de extinción en la Comunitat Valenciana y que habita en los roquedos de Fontcalent. La presencia de esta ave junto con otras como el búho real, la cogujada montesina y la collalba negra, también protegidas por directivas europeas, podría justificar la declaración de una zona de especial protección para las aves (ZEPA). Según los participantes, también podrían plantearse asimismo otras figuras de protección autonómicas o municipales, como el paisaje protegido o el parque natural municipal. Pero hasta el momento ningún estamento oficial ha solicitado protección efectiva alguna; y la que fuera la montaña emblemática que los alicantinos elegían para comerse la mona o hacerse la paella de los domingos, languidece, a su juicio, entre "la desidia de la administración, la indolencia de los propietarios y la indiferencia de los alicantinos". Desde 2010 y tras 10 ediciones, el espíritu de la Volta A Peu sigue siendo el mismo, la búsqueda del suficiente apoyo social e institucional que garantice el futuro de nuestra emblemática sierra y que la proteja definitivamente de mercaderes y especuladores.