ALICANTE. El sector turístico es uno de los más afectados por las consecuencias de la pandemia del coronavirus, por razones obvias: hoteles y hostelería no saben cuándo podrán volver a abrir y en qué condiciones. Sin embargo, la variante de la vivienda vacacional, que es la mayoritaria en la provincia de Alicante, no está sufriendo esta crisis con el mismo rigor. Incluso, en cierta manera, podría beneficiarse.
El comportamiento de la demanda en este segmento no tiene nada que ver con el hotelero: se mantiene el interés, las búsquedas en webs especializadas y el volumen de reservas. Las cancelaciones, de hecho, se van produciendo a medida que se acerca la fecha de la reserva y el cliente tiene la certeza absoluta de que no va a poder viajar, por las sucesivas prórrogas de las medidas de limitación de la movilidad. Y muchas familias están pensando en pasar las vacaciones, si finalmente pueden hacerlo, en una vivienda turística en lugar de un hotel, por las características inherentes a este formato.
El presidente de la Asociación de Apartamentos Turísticos (Aptur), Miguel Ángel Sotillos, explica que el sector está preparado para reabrir en cuestión de días. "Es privado, seguro, fácil de limpiar... Estamos trabajando con Sanidad en protocolos de limpieza estandarizados para dar garantías reforzadas", explica. Al margen de los apartamentos, donde el usuario se va a encontrar con mucha más gente en las zonas comunes, hay un interés por viviendas unifamiliares y villas, donde es más fácil evitar el contacto. No obstante, "están entrando pocas reservas porque la gente tiene miedo y no sabe si podrá viajar". Los nuevos clientes buscan fechas a partir de agosto e incluso octubre o final de año, pero no para junio y julio.
No entran nuevas reservas, pero tampoco se anulan las que ya había para esos meses. Porque los clientes tienen la esperanza de poder disfrutar de las vacaciones, aunque sean atípicas, cuando llegue el verano. Así lo explica David García Gea, CEO de Sonneil Rentals, la división de la proptech fundada por Alfredo Millá especializada en el alquiler turístico de los activos. "Las cancelaciones apenas están un 10% por encima de lo normal en estos momentos", subraya.
Con todo, el comportamiento de la demanda depende del país de origen del turista. "Si son de países con medidas muy restrictivas, sí anulan la reserva. Por ejemplo, el cliente ruso está cancelando. El de Francia o Italia no, porque aún tiene la esperanza de poder venir". Así, para mayo las cancelaciones alcanzan el 40 o 50% porque "no se ve cerca una apertura de fronteras, pero a partir de junio el índice de cancelaciones es de solo el 10%". Al menos, de momento. La decisión se va tomando a medida que se acerca la fecha.
Sonneil, de momento, no está preocupada por el comportamiento de las cancelaciones para el verano. "Al contrario que con los hoteles, el cliente de vivienda vacacional no está cancelando". Quizá porque asusta menos desplazarse a una vivienda unifamiliar que a un hotel con cientos de habitaciones y clientes en el bufé. "El comportamiento en los próximos meses tendrá mucho que ver con la contención del miedo, pero hemos notado dos cambios: el perfil de cliente es más joven de lo habitual, y las estancias que reservan son más cortas, una media de cinco días en lugar de nueve".
El mismo análisis realiza Héctor Domenech, CEO de la consultora M&D Management, especializada en rentabilizar activos inmobiliarios. Entre otras líneas de negocio, M&D gestiona también el alquiler vacacional de inmuebles, con Mediterranean Lettings como partner. Esta agencia está especializada en el alquiler de villas y chalés a turistas extranjeros, y su experiencia coincide casi al milímetro con la de Sonneil, lo que interpretan como un buen síntoma.
"A nosotros las cancelaciones nos van entrando conforme se acerca la fecha y ya queda claro que el estado de alarma seguirá vigente en ese momento", explica Domenech. Así, esta misma semana han comenzado a cancelar sus reservas los clientes que pensaban ocupar una de sus viviendas durante las primeras semanas de mayo. Para finales de ese mes aún se mantienen algunas, y a partir de junio el comportamiento es el mismo que si no hubiera una pandemia.
"Es verdad que nos están cancelando muchos clientes rusos, pero el resto de países de Europa mantienen el nivel de reservas, y también el cliente nacional", detalla el CEO de M&D Management. "La gente tiene ganas de poder tomarse unas vacaciones cuando esto pase, y mantienen la ilusión hasta el final", según su análisis. Si el sector está tan preparado como afirma Sotillos para reabrir y las medidas de distancia social se cuelan en la operativa habitual de los hoteles, la vivienda turística puede ser la gran beneficiada.