BENIMANTELL. Tras 100 años en el olvido por motivada por la filoxera, el Valle de Guadalest vuelve a recuperar su modelo de actividad económica. Una plaga que en 1902 supuso la pérdida de más del 60% de las viñas de la Comunidad Valenciana y la extinción de muchas variedades autóctonas. Una catástrofe agrícola, económica y social que provocó que muchos habitantes del Valle de Guadalest tuvieran que emigrar a Argelia, Argentina y EE.UU (Nueva York, principalmente).
Tras años de trabajo e inversión, la familia Vidal Balaguer ha recuperado las plantaciones como motor económico y agrícola de la zona. Un proyecto que ha dado a luz su primer vino, ‘Masos’, que bajo la Denominación de Origen de Alicante respeta el paisaje de hace 800 años e impulsará no sólo la actividad económica de la zona, sino también la turística, creando 70 puestos de trabajo en total gracias a la próxima inauguración de un hotel de 5 estrellas.
‘Masos’ será mucho más que una bodega: también será un nuevo modelo de turismo en la zona de Guadalest. ‘Mas de la Mona’ se convertirá también en un hotel de 5 estrellas con 24 habitaciones, contará con un restaurante y estará diseñado por la interiorista Alejandra Pombo. En 2024 continuarán con la reconversión en hotel de ‘Mas del Molí’, otra de las masías que componen el proyecto.
Esta reactivación gastronómica-hotelera creará alrededor de 30 puestos de trabajo entre bodega y almazara; y 40 más para el proyecto turístico.
Las más de 5 hectáreas de viñedos -en Mas de la Mona y Alcalá- se han plantado respetando al máximo los bancales de piedra que ya existían hace 8 siglos. La morfología del terreno y su distribución impide además la entrada de maquinaria pesada, lo que obliga a trabajar con los mismos métodos tradicionales. De estas plantaciones nacen los tintos ‘Vidal Balaguer’ y ‘Albor de Masos’, de la añada del 2020. El Chardonnay ‘Mas de la Mona’ y el Monastrell ‘Penya del Castellet’, ambos del 2021. El hilo conductor del proyecto apuesta por reactivar la viticultura de la zona con vinos de alta calidad gastronómica, sostenibles y de limitada producción. Los expertos, en una cata anterior exclusiva para profesionales, ya calificaron el vino con hasta un 94/100 para ‘Mas de la Mona’; y un 93/100 para ‘Vidal Balaguer’. La bodega ha sido asesorada por Antoine Medeville, enólogo asesor de Oenoconseil, que dirige el laboratorio más grande de Burdeos.
Después de la limpieza, arado y traslado de todos los árboles (como olivos o higueras) que ocupaban los bancales, han otorgado espacio al viñedo para aprovechar al máximo su eficiencia. En las 5’6 hectáreas de Masos se han recuperado las variedades autóctonas Monastrell, Garnacha Tintorera (también conocida como Alicante Bouschet) y crecen además las foráneas Cabernet Sauvignon, Syrah, Petit Verdot y Chardonnay. Además, en febrero iniciarán el cultivo de 5 hectáreas más en Mas de Ondara. A las que se añadirán otras dos variedades más: Viognier y Tempranillo.
“La pérdida del cultivo de la vid en Guadalest fue una gran pérdida para el enoturismo, ya que el valle tiene un terroir posee cualidades excepcionales: la tierra caliza y arcillosa, su altitud de hasta 650 metros sobre el Mediterráneo, la temperatura media anual de Guadalest y la frescura de sus noches de verano hacen del vino un producto de alto valor gastronómico. Además, la altitud de su bodega en Mas de Ondara, a 750 metros, y la fachada tradicional de piedra (típica de montaña) permiten una excelente regulación de la temperatura, que es muy similar tanto en verano como en invierno”, explica Javier Velasco, sumiller internacional y director comercial de Masos.
Autoridades, políticos, empresarios y representantes de la sociedad provincial y autonómica han acudido hoy a la presentación del proyecto, que ha incluido un recorrido por el viñedo situado en Mas de la Mona y una cata de los vinos en su bodega, Mas de Ondara, además de comprobar el estado de las obras de los futuros establecimientos gastro-turísticos.