He dudado mucho sobre si volver a escribir sobre el Mercado Central de Elche, una vez conocida la segunda sentencia, esta del TSJ, que confirma que la rescisión del contrato con la empresa Aparcisa se hizo conforme a derecho.
Mis dudas se han disipado cuando me he acordado que en este asunto opino legitimada desde varias perspectivas, como ciudadana, como periodista que siguió el tema desde que comenzó hace casi diez años, y como la vieja del visillo. Desde mi ventana tengo vistas privilegiadas. Periodismo local y fuente primaria se llama.
Esta semana el actual gobierno municipal ha recibido la sentencia del TSJ que avala la del juzgado de lo contencioso-administrativo número 1 de Elche y que dice que el contrato con la adjudicataria que iba a construir en 2015 el nuevo Mercado Central de Elche se rescindió en 2021 acorde a derecho.
Eso sí, el ayuntamiento debe pagar a la empresa una indemnización por los trabajos realizados que será el 3% de la prestación dejada de ejecutar. Como esta cantidad eran 10,4 millones de euros, lo que las arcas públicas deben o debemos a Aparcisa son unos 400.000 euros.
Aun cabe recurso pero no hay en el texto jurídico ni una palabra del lucro cesante que, tanto el portavoz de la empresa, como el PP o Ciudadanos auguraban hace unos meses que habría que pagar y que cuantificaban en millones de euros.
Me alegro mucho de que la sentencia afiance la condición de concesionarios de los placeros por 40 años más. Me entristece que hayan sido la pelota arrojadiza y los grandes perjudicados de un proceso donde se hicieron mal tantas cosas.
Me parece mucho dinero esos 400.000 euros pero desde luego, las cifras estratosféricas auguradas por la oposición en la anterior legislatura hacen ahora irrisoria esta cantidad y por lo tanto comprendo que el PSOE salga a congratularse de la sentencia.
Hay muchas personas que han acabado por implicarse en este largo proceso de manera emocional y no solo profesional y me gustaría poder hablar algún día sobre qué paso realmente en los entresijos de este asunto concretamente con dos exconcejales de Urbanismo de Elche.
Uno de ellos del PP y que ahora ha vuelto al ayuntamiento como asesor adscrito al área de urbanismo y que me consta que tenía mucho interés en “tirar abajo el antiguo mercado”. De hecho se hizo algún “meme” con su foto y el mercado atrás y con frases de este tipo. Ya saben, era la época en la que en Elche gobernaba Mercedes Alonso.
Y otro exconcejal con el que tengo pendiente un café es del PSOE y vivió los años posteriores al cambio de gobierno tras adjudicarse las obras y por lo tanto, fue el que tuvo que lidiar entre cumplir las promesas electorales de los nuevos partidos en el gobierno, las formas mafiosas de algunos representantes de la empresa y las formas incalificables de algunos de sus compañeros. Este concejal salió escopetado de la política, probablemente harto de hipocresía.
Casi seguro que podré tener estas charlas algún día, lo que no se es si me dejarán contarlas por aquí.
En cualquier caso, lo que se ha iniciado es el fin de un problema que causaron los políticos, alargaron más aun otros políticos y sufrieron los placeros y en general todos los vecinos y vecinas de Elche que ni tienen mercado, ni tienen dinero, ni tienen/ tenemos un centro remodelado y digno de una ciudad como Elche.
Aprovecho estas líneas para recomendar los puestos del mercado provisional de Elche así como todos los mercados municipales que tienen un producto magnífico y un trato exquisito con el cliente. Compren fruta, verdura y productos frescos, de temporada y proximidad y así seguro que sabemos lo que estamos comiendo, que la salud entra por la boca, y la economía por el barrio.