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XIX JORNADAS UNICÓMIC 2017

La UA como espacio de reflexión en el mundo del cómic

23/03/2017 - 

ALICANTE. Ha llegado el 23 de marzo y con él se ha desplegado el intenso programa de actividades de las XIX Jornadas de Cómic de la Universidad de Alicante. Tres días que van a llenar las sedes de la Calle San Fernando, 40 y Ramón y Cajal, 4 de viñetas y sabiduría tebeística. 18 conferencias magistrales, 5 mesas redondas, 4 presentaciones de novedades, encuentros con los autores Pablo Auladell, Antonio Altarriba, Joan Tretze, Andrés Palomino, Sergio Córdoba y Joseba Basalo, la proyección de los documentales De la il·lusió al mite y Sex in the comic, sesiones de firmas con los autores, mercadillo friki, podcasts, es difícil encontrar tal densidad de acción en ningún otro evento especializado. Nombres como Luís Gasca, Álvaro Pons, Pablo Gallo o Paco Linares en el campo de la crítica y la gestión de colecciones de cómic aportarán experiencia y conocimientos, bajo la coordinación de José Rovira Collado, Eduard Baile López y Francisco Javier Ortiz Hernández. A este último le hemos hecho algunas preguntas, para conocer más a fondo la filosofía y el desarrollo de estas jornadas.

- ¿Cual es la filosofía de fondo de UNICOMIC?

Unicómic nació con la intención primordial de dignificar la historieta y acercarla al ámbito universitario (tanto a los docentes como al alumnado): hay que tener en cuenta que las primeras jornadas de Unicómic tuvieron lugar hace diecinueve años, cuando intentar acercarse al cómic con seriedad y rigor dentro de las fronteras de la Universidad se veía, como poco, con gran estupor. Por tanto, Unicómic surge con un propósito muy bien definido. Ahora, dos décadas después y aunque todavía queda mucho por hacer, la visión que se tiene del cómic ha cambiado mucho y -afortunadamente- ya no resulta tan sorprendente que se escriban análisis críticos sobre el lenguaje y la historia del noveno arte y que estos sean recibidos con gran interés por la comunidad académica. Nos gustaría pensar que aunque ha sido mérito de muchos (tanto de los profesionales, autores y editores, como de los lectores especializados), nosotros hemos puesto nuestro granito de arena.

- ¿Hay una línea marcada en cuanto al segmento de cómic sobre el que focalizáis más o la perspectiva es global?

Nuestro acercamiento es totalmente plural: cada año, intentamos que en el programa de Unicómic estén presentes diferentes géneros, nacionalidades, estilos, etc. de autor y comercial; europeo, estadounidense y/o japonés (por citar las industrias más importantes del medio); clásicos y contemporáneos;... Buen ejemplo de ello son las jornadas monográficas: después de centrarnos en autores como Alan Moore, Frank Miller o Moebius, el año pasado recordamos a la escuela Bruguera y en esta edición hablaremos de cómic erótico. Como se ve, cubrimos un espectro muy amplio, y pretendemos seguir así.

- ¿Hasta qué punto el binomio cómic-educación es productivo?

El cómic, como arte que conjuga lo narrativo y lo visual, es una herramienta didáctica muy útil durante la adquisición de la competencia lectoescritora y la formación de los primeros lectores. Por ello, en las jornadas, sobre todo en los últimos años, se le ha dado una importancia fundamental a la presencia de conferencias sobre la relación entre el cómic y la didáctica, y han surgido algunas propuestas muy interesantes. Cualquiera que revise el programa de este año podrá comprobar que seguimos promoviendo esa línea de investigación.

- ¿Percibís que el mundo universitario es un mundo lector de cómic?

La pregunta quizá debería ser si el mundo universitario es un mundo lector, en general... pero sí, dentro de que estamos en una sociedad en la que la lectura ha quedado relegada a un consumo menor frente al audiovisual, yo creo que sí, que hay un público universitario para los cómics. Y buena parte del que estudia en la Universidad de Alicante o en la de Elche es el que nos visita año tras año en las jornadas de Unicómic.

- ¿En un ecosistema creativo como el del cómic, qué lugar ocupa la universidad?

La Universidad puede y debe ser un espacio que promueva el desarrollo del conocimiento y la reflexión crítica a propósito de todo lo que nos rodea, y por supuesto el cómic ha de estar incluido ahí. Unicómic fue y es el primer paso importante de la Universidad de Alicante en ese aspecto; y a partir de ahora se va a disponer de un Aula del Cómic, situada en la Sede Universitaria de la calle San Fernando, donde se ubicará una biblioteca especializada en historieta y se pretende llevar a cabo actividades formativas relacionadas con el cómic. Desde la organización de Unicómic estamos muy ilusionados con poder disponer de un espacio de estas características y las posibilidades que este conlleva. Pronto daremos más noticias al respecto.

- ¿Existe ese ecosistema del cómic en Alicante?

Sí, por supuesto. A nivel provincial, y centrándonos solo en autores en activo que publican más o menos regularmente, nos encontramos con autores fundamentales como Juaco Vizuete, Sergio Cordóba o Pablo Auladell, este último Premio Nacional del Cómic 2016. Pero ellos son solo las figuras más visibles, la punta del iceberg de un grupo importante de artistas que han elegido el mundo de las viñetas como el medio para desarrollar su creatividad contando historias. Por cierto: tanto Auladell como Córdoba, que cerrará las jornadas, estarán presentes en Unicómic 2017.

El cómic, tebeo, historieta, narración gráfica, bande dessinée , arte secuencial, hace tiempo que abandonó los territorios marcados por la marginalidad y se ha situado en el núcleo central del arte popular contemporáneo. Sus posibilidades expresivas, narrativas, didácticas o de puro ocio lo sitúan en una posición privilegiada para soportar los envites de una postmodernidad líquida que hoy ensalza la narrativa hiperenlazada y mañana la ortodoxia cinematográfica. Su rica iconografía inunda los nuevos canales de ocio audiovisual, con encarnaciones masivas, como el cine de superhéroes, los RPG o los juegos virales, o con una semiótica comunicativa, discursiva, significativa y narrativa que supera, con creces, la transversalidad de otras expresiones textuales y audiovisuales, así como una exhuberancia plástica que va desde el trazo limpio y transparente de un Jiro Taniguchi a la explosión cromática de un Mattotti o un Miguelanxo Prado. Y además, desde una perspectiva comercial, ligeramente más impermeable a la inundación de la virtualidad débil. No hay nada como el olor de la tinta de impresión sobre un papel de gramaje generoso.

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