CABEZA NEGRA / OPINIÓN

La tercera vía

1/01/2017 - 

ALICANTE. Las matemáticas no engañan, 95 años nos contemplan; o más bien, lo harán a lo largo de este 2017 que recién alborea. Y eso, si es que aceptamos como fecha fundacional el año 1922 porque si no fuéramos más papistas que el Papa, pondríamos al menos tres velas más en nuestra tarta. El nombre del Hércules ya aparece en la prensa en 1919 como equipo participante en un torneo juvenil local, la llamada Copa Excelsior (diario El Día, 24 de junio de 1919), lo que constituye una prueba irrefutable de su existencia; e incluso hay indicios razonables que apuntan a su nacimiento en 1914. Con argamasas más ligeras se han levantado imperios.

En cualquier caso, casi cien años. No es desde luego una cifra desdeñable, sintámonos orgullosos por una vez y reconozcámoslo sin tapujos, tiene mérito. Pocas instituciones, empresas, organismos, comercios, asociaciones, plataformas o lo que sea, de Alicante, pueden decir lo mismo. Personalmente me parece un milagro así que por favor, que nadie me diga que no tenemos futuro.

Pero lamentablemente la realidad es tozuda y la historia sirve de poco, los años dan solera pero no ascensos, sobrevivir a Ortiz y a la ‘segonabe’será una ardua tarea que necesitará del esfuerzo y empeño de todos. Porque si hay una cosa está meridianamente clara es que el Hércules del futuro será lo que sean capaces de construir sus aficionados y seguidores de hoy, así que dejar al club de lado no es una alternativa, solo un desdén con peligrosa forma de callejón sin salida. Yo al menos no lo haré, aunque reconozco que en ocasiones resulte más que tentador.

Explicar lo que nos pasa es complicado. Como bien dice Luis María Valero en su libro “Sed en la Condomina” (he disfrutado con cada una de sus páginas, no se lo pierdan por favor) tenemos, al igual que su equipo, el Murcia, un talento asesino que “brota con especial frecuencia en este rincón de España. Elche, Hércules, Albacete, Cartagena, todos arruinados y todos dotados de un talento suicida similar, todos moviéndose frenéticamente sin saber adónde. El sureste español es una coreografía de locos, eso no puede ser normal, y de ahí la necesidad urgente de que la ciencia observe, analice y concluya. ¿El problema arranca en los clubes sudorientales o es posible que arranque directamente en los humanos sudorientales? ¿Implicaciones del clima? ¿La tradición, las costumbres? La ciencia debería hablar”.

Se hace difícil siquiera añadir una coma a lo anterior. Tenemos todas las materias primas para ser un club “normal” pero nos empeñamos una y otra vez en caminar al borde del abismo. El alma cainita nos puede y es complicado mostrarnos unidos y firmes por una causa. Más aún cuando a estas alturas de la película la solución no es trivial y la supervivencia del Hércules se convierte en un galimatías de difícil pronóstico. O quizás no tanto, se saldan las deudas o sanseacabó, esa es la cuestión. Así que, o aparece Enrique Ortiz metamorfoseado en su versión 2.0 y paga la cuenta; o nos cae del cielo algún milmillonario chino ‘helculano’ de toda la vida; o una tercera posibilidad, a alguno de nosotros nos toca un disparate en el euromillón. Sigan jugando por Dios.

Feliz año a todos los herculanos de buena voluntad.

Noticias relacionadas