ELCHE. En mayo la emblemática sala de títeres La Carreta anunciaba que tenía que suspender su actividad dado que la situación por la pandemia era insostenible, y acusaba al Ayuntamiento de "falta de implicación" para salvar la sala, mientras que desde la concejalía de Cultura se defendía que se había hecho todo lo posible. Lo que desde la sala se buscaba y se busca, es una ayuda municipal estable que permita garantizar la estabilidad de la misma, ya que no solo ofrece actividad para los escolares, también actuaciones para el ámbito familiar, además de actuar fuera. Sin embargo, hasta este mes de septiembre, aún no ha habido ningún avance, y desde la sala se ha suspendido otra programación prevista para el 15 de septiembre.
En este sentido, durante junio, el director de la sala, Paco Pérez, se reunió con el alcalde Carlos González, la edil de Cultura Marga Antón y la la Asociación Valenciana de Empresas de Teatro y Circo (Avetid), en la que se explicó que se iba a trabajar para buscar un encaje. La Carreta busca una solución como un convenio de colaboración que les permita garantizar su supervivencia. En ese sentido, el compromiso de la reunión de verano les animó a preparar la actividad de cara a septiembre. Pero hasta ahora, denuncian que no han tenido respuesta, tan solo "evasivas". Es por esto que llegada la fecha de estreno de 'Frida: La niña que quería pintar' de la compañía valenciana La Caixeta, han decidido suspenderla.
Tras las denuncias de mayo, La Carreta recibió el apoyo del sector cultural local, autonómico, así como más de 5.000 firmas digitales en apoyo: "Queremos pensar que todas estas solicitudes y demandas no han caído en saco roto", explicaban en un comunicado este martes. Por lo que toca al Consistorio, la edil del área, Antón, declara que "quieren una ayuda difícil de articular ahora, para ya; es la única sala privada de la ciudad y les intentamos ayudar de otras formas". En su momento referenció estas ayudas dentro de las que aprobó el Ayuntamiento para las compañías culturales profesionales de la ciudad, así como más contrataciones para paliar el golpe de la pandemia. Algo que no es lo que se busca en todo caso en La Carreta, que apuestan por una fórmula como un convenio o acuerdo periódico.
En cualquier caso, es una situación que se empieza a atragantar a la concejalía, molesta con el 'relato' que opinan que se está generando. "Están todo el tiempo dando noticias que no corresponden a la realidad, eligiendo unas palabras muy duras para la realidad de la sala, y yo voy detrás de ayudarles, pero tiene que ser en la manera que lo pueda hacer sin que sea un agravio comparativo con las compañías que no tienen una sala privada", explica la concejala, quien añade que les ha contestado todas las veces, y que sobre esas "evasivas", justifica que sabían que estaban de vacaciones. Al menos en agosto, puesto que Pérez incide en que llevan desde junio preguntando por esa solución comprometida de cara a este nuevo curso.
Asimismo, Antón opina que no se puede cargar en la concejalía la suspensión de la mencionada actuación, "porque se han adelantado al inicio del curso", y añade a modo de ejemplo que "La Tramoia ha suspendido actuaciones porque aún hay miedo de los padres" e insiste en que ese hipotético convenio "se escapa a lo que nosotros podemos hacer en la época en la que estamos". La edil considera que se es injusta con el trabajo del área y explica que la compañía va a recibir ayudas del Institut Valencià de Cultura de 50.000 euros, que han recibido ayudas del Plan Resistir y que han concurrido a unas nuevas líneas municipales para el sector que se conocerán pronto. En cualquier caso, "se seguirá buscando una fórmula, otra cosa es una ayuda nominativa", a la que siguen negándose y a cuya propuesta también se ha sumado el Partido Popular. Por último asegura Antón que la Asociación Valenciana de Empresas de Teatro y Circo (Avetid), que estuvo en al reunión de junio, vio con buenos ojos las propuestas de ayudas aprobadas por el Ejecutivo local. Por último, Antón expresa que siente que hay una campaña contra ella.
Así pues, la situación sigue encallada y desde la empresa, Paco Pérez asevera que están sin fondos y de ahí la cancelación, tras las expectativas generadas en la cumbre con el Ayuntamiento. Apunta que están pendientes de la ayuda del instituto autonómico, "pero ya la tenemos gastada", aclara, ya que se recibe a posteriori, y con ella cubrirán los gastos de todo lo invertido hasta mayo, cuando decidieron cerrar por falta de suficiencia económica. "No puede ser que cada vez que abramos el teatro nos cueste 700 euros de pérdidas", explica el director de la compañía, explicando que ellos contratan y lo hacen todo a la ley, y las actuaciones normales no cubren los gastos de los actuales aforos. De ahí que en parte la ayuda autonómica sirva para compensar las pérdidas provocadas por la pandemia. Por ello pide más "empatía" a la concejalía. "Pensarán que ganamos dinero", lamenta Pérez.
En este sentido, si el aforo es de unas 100 butacas, con las restricciones hasta ahora lo permitido serían funciones para la mitad o menos, y por cada persona ingresan unos 4,5 euros, IVA incluido. Con ello no salen los números para la viabilidad: "Una compañía no vale menos de 700 euros", explica, y añade que "el 80% que hacemos son contrataciones, tiramos de gente profesional y hay un convenio de actores que cumplir, un solo actor no sale por menos de 200 euros". A lo que habría que sumar el precio de las producciones. "No podemos pagar ni nuestras actuaciones", indica. No obstante, están hablando con Avetid y con la propia concejalía de Educación para ver si se pueden potenciar las actividades extraescolares de forma que por ahí se puedan sufragar funciones aún con los aforos limitados.
Explica además cuando han actuado también fuera de la ciudad, utilizaban esos ingresos para compensar las pérdidas de la sala local. "Y con ello podíamos financiar las funciones que ofrecemos en Elche, un hueco municipal que cubrimos". Así pues, malos tiempos para La Carreta, que en cualquier caso, seguirán trabajando para ver si fructifica un acuerdo con Educación, si obtienen las ayudas esperadas u otras posibles en Diputación por ejemplo. Esperan poder encontrar una fórmula como la de La Tramoia. Mientras tanto, una compañía con un futuro incierto que cubre una actividad que no ofrece el Consistorio y cuya sala es la primera de títeres de la provincia y la segunda de la Comunitat, además de ser uno de los pocos puntos culturales descentralizados, en este caso en El Toscar. Al tiempo, otro quebradero de cabeza para la concejalía, sumados a las críticas por la destitución de Juan León, la no apertura del Mace o la pérdida del espacio cultural de la Lonja Medieval.
El Teatre Rialto se transforma en un campo de batalla con la obra Les Troianes. Fucking Nowhere, escrita por la alicantina Josi Alvarado y dirigida por Santiago Sánchez quien actualiza la obra de Eurípides desde la mirada de sus protagonistas
