Como muchos de vosotros sabréis, llevamos unos meses, en estos años "pospandemicos", en los que el comercio local y de proximidad ha vuelto a ser el centro de las preocupaciones institucionales. En esta ocasión no han sido los paquetes de pequeñas ayudas la solución propuesta entre administraciones municipales y sus áreas económicas, sino lo denominados Bonos de Comercio.
Xàbia, Alicante, Elche, Torrevieja o San Vicente son solo algunos de los muchos que los han lanzado promovidos por los fondos que la Diputación de Alicante decidió liberar para esta causa. Y la pregunta se abre, ¿qué efecto real tienen los bonos de comercio en estos mismos comercios? La respuesta rápida es recurrencias nulas, caras de clientes ya conocidas y unos plazos de pago públicos demasiado largos.
Pero antes de profundizar en el efecto analicemos el concepto. Unos Bonos de Comercio son unos "cupones" virtuales que las personas de los mismos municipios pueden adquirir permitiendo comprar y ahorrar casi el 50% de esta compra. Pero, la pregunta real es, ¿fomenta esto el consumo de las personas en comercios locales de forma duradera, concienciado realmente del valor de compra en estos mismos, o es una solución parche mucho más asemejada a una compra en rebajas en un comercio en el que no volverás a comprar cuando tengas que pagar el 100% del precio?
Los clientes que solicitan y disfrutan de estas ofertas, se alegran de hacerlo, pero cuando los mismos comercios, encuentran una cara no conocida que raro es, preguntan e intentan fidelizar a un cliente con una idea clara, "Vengo por los Bonos".
Financiar el consumo a base de talones públicos que "generan millones de euros de consumo" es solo la cara oculta de una realidad, "las instituciones públicas estamos pagando las ofertas que dichos comercios hacen". Y las quejas se abren por ambas partes, para los compradores tener que conseguir renovar su certificado digital para poder presentarlos, tener solo 15 días para poder utilizarlos o se pierden, o tener que declarar esos bonos en sus declaraciones de la renta, son algunas de las complicaciones que las "soluciones digitales" tienen. Sin hablar de las personas mayores, grandes olvidadas de las facilidades burocráticas, como Benilde, de 74 años, habitante de San Vicente del Raspeig, que ha tenido que comprarse un USB en "los chinos" para que su hijo, gestor de la cooperativa agrícola "La Camperola", se libere de una jornada de trabajo para poder acompañarla a una cita que le han dado 15 días después de solicitarla y sin saber si cuando lleguen, tendrán bonos aún disponibles que poder meterle en el USB.
Y del lado de los comercios, las compras de todos sus clientes habituales hechas con bonos de consumo que solo generan ventas considerables en esa época y de las cuáles desconocen los plazos de pago que tendrán las instituciones públicas para devolverles el "casi 50%" de su facturación. Todo esto crea en ellos, menos caja financiera en su empresa, menos posibilidades de abastecimiento y compras de nuevos productos para su venta, al igual que más trabas administrativas a final de trimestre y año, tanto para inscribirse, soldar tus haberes, y la correspondiente presentación de cuentas fiscales con incorporaciones del valor de los bonos en zonas diferentes a la de las ventas directas.
El aspecto práctico al igual que la panacea de los bonos de comercio "fomentadores del consumo en el comercio local", no existen en realidad.
Imaginemos ahora una solución de bonos más real, que fomente el consumo local de personas que no sean de ese mismo municipio, dándoles a conocer nuevas tiendas, y la posibilidad de conocer nuevos comerciantes y productos que puedan utilizar y comprar con recurrencia en su día a día. Vayamos más allá, imaginemos una plataforma en la que se puedan comprar a comercios locales indistintamente de su municipio, a todas horas, disponibles online 24/7, con las facilidades en los envíos a domicilio en 24 horas como lo hacen las grandes empresas, consiguiendo que comprar de manera digital y permanente en el comercio local sea una realidad.
Qué suerte es que nosotros en la provincia de Alicante no tengamos que hacer tantos juegos de imaginación…
Nos vemos el año que viene en esta misma época para una nueva tanda de Bonos, financiados por nuestras contribuciones y que amablemente nos devuelven, solo a unos cuantos afortunados ya que no hay para todos, para que nos puedan decir donde tenemos que comprar. O conseguiremos algo más práctico, funcional y eficaz para personas que quieren comprar con facilidad en comercios de proximidad que quieren dar productos, servicios y sonrisas a esas personas, que son y ha sido la razón por la que esas "personas" sí abrieron aquel primer día de apertura.
Alexis Sanz, fundador de L'Alicantina.com