ALICANTE. La actualización de la llamada Ordenanza del Ruido de Alicante, aprobada por el PP en Junta de Gobierno este martes, faculta al Ayuntamiento a acordar una exención de los límites previstos en la regulación de las emisiones sonoras con motivo de la celebración de fiestas oficiales o actos culturales. Es decir, que podría aplicarse fundamentalmente durante los días de Fogueres.
Esa posibilidad queda amparada a través de la disposición adicional primera. Su redacción literal dice lo siguiente: "La autoridad competente por razón de la materia a que pertenezca la fuente generadora del ruido o vibraciones podrá eximir, con carácter temporal, del cumplimiento de los niveles de perturbación máxima fijados en la presente Ordenanza en determinados actos de carácter oficial, cultural, festivo, religioso y otros análogos. La exención deberá hacerse pública y delimitar la zona, el periodo de vigencia de la excepción y los límites a los que deberán ajustarse los ruidos y vibraciones".
En realidad, a grandes rasgos, esa exención especial era una posibilidad que ya se encontraba contemplada de manera general en la ordenanza todavía en vigor, aprobada en 1991. Pero, en principio, el propio equipo de Gobierno había destacado como una de las principales novedades de la reformulación del texto que, por primera vez, se fijaba un límite de 90 decibelios durante los días de fiestas y que, además, se fijaba la duración máxima de las mascletàs por un tiempo de 7 minutos (el que ya rige en las bases del concurso oficial).
Sea como fuere, la redacción de la nueva norma no es definitiva. La propuesta aprobada en Junta de Gobierno se elevará ahora a título informativo a la llamada Mesa del Ruido antes de que pueda ser dictaminada en una próxima comisión de Urbanismo. Antes, no obstante, se debe abrir un plazo para la presentación de enmiendas por parte de los grupos políticos de la oposición. Esas enmiendas serán debatidas y votadas en comisión, tras el correspondiente análisis de los técnicos. Después, el texto se elevará a la consideración del pleno. El gabinete que preside el popular Luis Barcala ya apuntó este mismo martes que su objetivo era que la aprobación inicial de la ordenanza revisada se produjese en la sesión ordinaria de marzo o en la correspondiente al mes de abril. En el momento en el que el texto pase el primer filtro del pleno, si es que resulta aprobado, todavía quedará sujeto a cambios, ya que se abrirá un plazo de 15 días para la presentación de alegaciones. Por último, la ordenanza volverá a pleno para su aprobación definitiva, una vez incorporadas las objeciones que se consideren válidas.
Por lo pronto, varios grupos opositores, como Guanyar y Cs, ya han anticipado su intención de presentar enmiendas para modular varios de los aspectos contemplados en la propuesta. Entre ellos, esa exención que se contempla en la disposición adicional primera. En el PSOE, por su parte, se albergan dudas de que el PP llegue a elevar la ordenanza al pleno antes de elecciones, ya que se trata de regular un aspecto complejo que difícilmente puede colmar las expectativas de todos los afectados: vecinos, hosteleros y el colectivo vinculado a las fiestas, entre ellos.