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proyecto de reurbanización limitado al paso de autobuses

La nueva movilidad: Alicante también planea la peatonalización de Altamira y Gravina 

20/10/2021 - 

ALICANTE. Los cambios en la movilidad urbana que pretende impulsar el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Alicante con la creación de una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en torno al Centro y al cuadrante que configura la Gran Vía incorporan otro proyecto más en la conexión entre el Casco Antiguo y el Centro Tradicional. Se trata de la reurbanización de la calle Rafael Altamira, que el bipartito compuesto por Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs) comenzó a sopesar desde el inicio del mandato con la intención de renovar sus servicios y darle el tratamiento de auténtico eje turístico.

No obstante, la propuesta diseñada por la Concejalía de Urbanismo que coordina Adrián Santos Pérez (Cs) trata de ir más allá, sin limitarse a una simple reforma urbanística. De hecho, el proyecto contempla su transformación en calle peatonal, como ya se planteó en la fase de discusión de aportaciones al estudio de propuestas sobre la peatonalización del Centro. De acuerdo con ese planteamiento, el objetivo es que la calle quede reservada solo al tránsito de los autobuses del servicio de transporte público y a los vehículos que presten servicios de carga y descarga, en horario limitado.

Pero, además, la actuación no se circunscribe solo al trazado de Rafael Altamira. El proyecto esbozado por los técnicos de Urbanismo se extiende hasta su prolongación física: la calle Jorge Juan, que también tendría el mismo tratamiento. Y, por último, alcanzaría hasta la calle Gravina, que también quedaría cerrada a la circulación de vehículos particulares, al margen de la posibilidad de acceso a residentes.

La propuesta trazada por el departamento de Urbanismo extiende la reurbanización hasta las calles Jorge Juan y Gravina, en las que tampoco se permitiría el tráfico rodado

Por el momento, el bipartito ha presentado la propuesta de reurbanización de las tres calles en las convocatorias de subvenciones de fondos europeos con el fin de lograr la financiación que permita sufragar las obras. No obstante, se podría acabar promoviendo con fondos propios, mediante el uso del remanente municipal, en el caso de que no se logre cubrir su coste con las ayudas que puedan llegar a concederse. En principio, se prevé que el importe de la reurbanización de las tres calles pueda requerir de una inversión superior al millón de euros.

Ese proyecto se sumaría, además, al paquete de actuaciones diseñadas por el bipartito con el fin de reducir la circulación de vehículos y potenciar el uso del transporte público. Un listado de proyectos en el que se incluye la peatonalización del eje comprendido entre la avenida de la Constitución y la calle Bailén, que se pretende ejecutar a partir del mes de enero; la eliminación del fondo de saco de la Rambla con motivo de la ejecución de la tercera fase de la reforma de La Explanada; o la reconfiguración de la propia avenida de la Rambla para potenciar su uso peatonal. 

De igual modo, esa relación de propuestas comprende la instalación de una mediana central en el Paseo de los Mártires de la Libertad con la intención de calmar el tráfico en el frente marítimo; así como las futuras peatonalizaciones de las calles Navas, del Teatro y Duque de Zaragoza. Con todo ese conjunto de iniciativas se completaría la primera experiencia de limitación del tráfico rodado que se aplica desde 2016 en las calles del Casco Antiguo, en las que solo se permite el acceso de residentes y de vehículos de carga y descarga. No obstante, está por ver cuáles de esas iniciativas ya diseñadas llegan a programarse y a ejecutarse de manera efectiva. Por el momento, solo consta que exista dotación presupuestaria asegurada para las obras de peatonalización de las calles Constitución y Bailén, con obras en fase de licitación. Para el resto, no existe todavía consignación económica ni plazos concretos.

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