ALICANTE. El progresivo aterrizaje de inversores en la calle Rafael Altamira de Alicante ha llevado al equipo de Gobierno, el bipartito compuesto por PP y Cs, a planificar la reurbanización de ese eje céntrico de la ciudad para adecuar su fisonomía y sus equipamientos. Se trata de llevar a cabo una renovación que permita mejorar los servicios de uno de los ejes clave para vertebrar el centro de la ciudad, que sirve de cauce lógico para los desplazamientos peatonales entre la Rambla y la Plaza del Ayuntamiento. De hecho, esa condición ha acabado por conferirle un potencial turístico ya indiscutible que ha atraído el interés de la iniciativa privada.
Primero llegó el Hotel Amérigo. Después, el hotel actualmente en fase de obras junto al edificio histórico del Ayuntamiento. Y en los próximos meses, el establecimiento que promueve el fondo estadounidense Vista Investments junto a la familia Soler. Todo, sin contar con el futuro que pueda tener el edificio subastado por el Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de la Edificación de Alicante (COAATIEA) por 1,7 millones, que también podría rehabilitarse para pasar a tener un uso turístico, bien como apartamentos o bien como nuevo hotel.
La concentración de esas actividades ha provocado que el bipartito dirija su mirada hacia el estado actual de la calle con el propósito de darle un nuevo carácter que realce su condición como punto de interés turístico que se ha ido imponiendo en los últimos años. Así, según fuentes municipales, se trabaja ya en un estudio para evaluar qué opciones concretas de mejora podrían incorporarse a través de un proyecto que se debería ejecutar a medio plazo, en el margen de los dos próximos años.
Esa planificación se acompaña ya de actuaciones administrativas específicas para mejorar la escena urbana de la calle. En concreto, el departamento de conservación de inmuebles de la Concejalía de Urbanismo ha abierto expediente coercitivo a la empresa propietaria del inmueble situado en el número 2, el Grupo Esfera Levante, para apremiarle a adecuar la estructura del edificio de uso residencial que comenzó a construir hace cerca de una década y permanece paralizado.
Se trata de un edificio de planta baja y cuatro alturas, que acumula años de inactividad, cerrado con una puerta metálica y una marquesina de protección que ocupa parte de la superficie de la acera. El departamento que coordina el edil Adrián Santos Pérez (Cs) persigue que la compañía retome la construcción del inmueble o que adecúe el solar para impedir el acceso desde la calle y que retire la estructura de protección para facilitar el paso peatonal. En el caso de que la empresa incumpliese el requerimiento, el ayuntamiento podría imponer hasta diez sanciones consecutivas hasta llegar a ejecutar los trabajos de manera subsidiaria.