ELDA. “Solo hay una cosa mejor que escuchar la historia de tu vida, y es haber formado parte de ella”, escribe Albert Bertran Bas (Barcelona, 1982) en la dedicatoria de su primera novela. El periodista y cineasta ha construido La memoria eres tú conjugando los relatos de su abuelo Hipòlit, un señor nonagenario que, a fecha de hoy, sigue contándole batallitas. Cuando la tuvo editada e impresa, se la dejó en la puerta de casa. Sin reparos, aquel le reconoció que tardaría un tiempo en leerla; tenía otra empezada. A los pocos días, en cambio, ya había devorado la mitad y, solo unos cuantos más tarde, había analizado hasta el último punto. Entonces, emocionado, llamó a su nieto. “Me dijo que le había dado vida y que se notaba lo que lo quería. Yo me fui de la panadería en la que me estaba comprando el almuerzo porque también me puse a llorar”, confiesa Bertran. La aprobación de “Polito” fue, sin duda, su mayor éxito.
La de La memoria eres tú es la segunda cita del ciclo de presentaciones literarias que la concejalía de Cultura de Elda ha organizado para los meses de mayo y junio. Esta vez, el acto tiene lugar en uno de los espacios más impactantes del Museo del Calzado: la Sala de Máquinas. Allí dentro, artilugios del pasado y fotografías antiquísimas de personajes que debieron ser importantes en el sector crean la atmósfera perfecta para la ocasión. A ella, contribuyen la luz tenue y el sonido envolvente, casi eclesiástico. La mayor parte de los asientos, debidamente separados, están ocupados por un público mixto en cuanto a género pero más bien maduro en lo referente a la edad.
Una cadena de producción de los años 70, una grandísima colección de máquinas de coser y la reproducción de la fábrica de hormas de Isidro Aguado forman el atrezzo ideal para recrear la época —si no exacta, aproximada— en la que se ambienta la novela de Bertran. Porque La memoria eres tú (de Roca Editorial) es un camino por la historia de España visto y recorrido con los ojos de un quinceañero. Así lo constatan los fragmentos que, a lo largo de la presentación, van leyendo intercaladamente integrantes del club de lectura local.
Albert Bertran Bas, licenciado en Periodismo y en Dirección de Cine (esto último en Nueva York), trabaja como comunicador y guionista. La profesión de escritor, en cambio, aún no se atreve a atribuírsela: “Me considero alguien con la suerte de haber escrito y publicado una historia con un homenaje a mi abuelo. Me cuesta considerarme escritor, y más si me lo preguntan al lado de Elia Barceló”. La filóloga y autora eldense, reconocida por sus libros de ciencia ficción, es la encargada de interrogar a varias de las nuevas promesas en este ciclo literario que concluirá el 30 de junio con la presentación de su última obra, Disfraces terribles.
En La memoria eres tú, también publicada en catalán, la sinopsis empieza con la frase “Mi nombre es Homero” y concluye con la siguiente: “Esta es mi odisea”. Sin embargo, el barcelonés niega haberse inspirado en lo clásico. En realidad, explica, aquel texto lo redactó mucho antes para un ejercicio de una clase de cine, sin saber siquiera que escribiría esta novela: “Me hacía gracia llamarle Homero porque quería que los estudiantes lo llamaran Homer, como al de Los Simpson”. Y pese a querer honrar a su abuelo, Hipólito no es el personaje principal de la obra. “No quise que fuera el protagonista para así poder alejarme de él”, revela. De ese modo, podría tomarse ciertas licencias y desviarse de la realidad a su antojo.
Esta circunstancia lleva a Barceló a preguntarle por la verosimilitud, a lo que Bertran contesta con honestidad: “Yo no soy historiador y no pretendía hacer una novela histórica, pero lo mágico es que parece verosímil. Supe por un documental que Antonio Machado estuvo en Barcelona en el mismo momento que mi personaje. Tenía que meterlo de modo que formara parte de la trama”. Y la respuesta convence a la escritora veterana: “Eso es lo que pasa con las manifestaciones artísticas, que parecen verdad, pero son más grandes que la vida. Esa es la gracia”.
En lo que no coincide tanto la escritora es en la elección de una única voz narrativa (la de Homero) para una novela de más de 400 páginas. Una cuestión que, al propio Bertran, también le supuso durante el proceso varios enfados consigo mismo: “Al principio, escribí casi todo en tercera persona. Después, lo intenté en primera. Cuando llevaba unas 200 páginas, volví a la tercera”. Ahora, encuentra una explicación a su decisión final: “No deja de ser como cuando alguien te cuenta algo y luego se lo cuentas al resto”. De su primera novela, se ha dicho que tiene un “ritmo trepidante”, aunque él no suscribe del todo el término: “Lo de trepidante suena a algo que no te deja respirar, y este libro también está lleno de pausas”. Aun así, reconoce que es su manera de escribir: “Quizás es mi vicio de guionista. En el cine, te enseñan a darle ritmo a la historia”. Y para ello, Bertran recurre a menudo a los diálogos. Puede que también sean gajes del oficio.
Lo cierto es que, ya sea en las conversaciones directas o fuera de ellas, la novela tiene numerosas frases célebres. Una de ellas, destaca Barceló, es la que el padre le transmite al hijo cuando aún no ha marchado a la guerra: “Vive como si leyeras un libro, pero ama como si recitaras un verso”. Según su autor, al principio le cautivó más la musicalidad que el significado. Sin embargo, luego le encontró sentido: “Un libro lo tienes que disfrutar, capítulo a capítulo; en un verso, tienes que poner toda la pasión en un momento”. La misma, quizás, que ha despertado el personaje de Cloe y que podría dar lugar a una segunda parte en la que sería la protagonista. “Mucha gente me ha dicho que quiere saber más de ella, y yo también. La idea era que Homero se enamorara de Cloe y, al final, me acabé enamorando yo”, confiesa Bertran.
Al embarcarse en La memoria eres tú, el barcelonés sufrió una batalla interna entre el guionista y el escritor: “Me autocensuraba sin querer, porque en el cine siempre te enseñan a ahorrar. Además, el lenguaje cinematográfico es muy visual, tienes que atraer con imágenes. Aquí tenía total libertad”. Sin embargo, los astros se alinearon cuando, apenas dos semanas atrás, recibió una llamada de Filmax. Les había fascinado la novela, así que le compraron los derechos para rodar una miniserie (de unos cinco capítulos) que tendría el soporte de una plataforma potente como Netflix o HBO. Y lo más importante: él mismo sería el guionista de la producción. “Lo que empezó siendo un guion [para un ejercicio de clase] se convirtió en novela, y es esta la que me ha permitido que vuelva a ser un guion”, celebra ilusionado.
El ciclo de presentaciones literarias de Elda incluye publicaciones en las que colabora la concejalía de Cultura, así como libros de autores locales, de editoriales nacionales o autoeditados. Todos ellos son novedades de primera fila y algunos están relacionados con la bibliografía municipal. Así pues, este jueves, 20 de mayo, el autor Vicente Escribano presentará ante el público La fábrica de zapatos en la Sala de Máquinas del Museo del Calzado. Le seguirá Mónica Rouanett con No oigo a los niños jugar el martes 8 de junio. En este caso, el acto será en el Auditorio de Óperas y Conciertos de Elda (ADOC) y estará conducido por la propia Elia Barceló, quien, el miércoles 30 de junio, cerrará el ciclo en el mismo lugar con la presentación de su última obra, Disfraces terribles.