El alcalde con los ediles Ramón Abad, Héctor Díez y Alberto Bleda (derecha), delegado de Urbaser en Elche ELCHE. Como estaba previsto, y con las ofertas técnicas y económicas sobre la mesa, el equipo de gobierno ha aprobado adjudicar a la UTE Urbaser y FCC como la próxima concesionaria del servicio de limpieza y recogida de residuos sólidos urbanos al obtener la mayor puntuación, como adelantó este medio. Aunque se tendrá que formalizar en septiembre, este nuevo servicio supone la renovación integral de la maquinaria y su flota de 100 vehículos, la construcción de una gasinera o una mayor limpieza en general, también en pedanías y polígonos industriales, que han venido sufriendo durante estos años los estragos de una maquinaria obsoleta y su servicio deficiente. Además de un Plan Local de Residuos.
Esta alianza empresarial, que subrogará a los 400 trabajadores que hay en la plantilla actual, tendrá que ir implantando de forma progresiva distintas mejoras, renovaciones y ampliación de servicios a una ciudad que dista mucho de la que asumió Urbaser como adjudicataria de limpieza en agosto del 2000. La ciudad ha crecido mucho desde entonces a nivel poblacional, urbanístico e industrial, y la actual maquinaria y servicio están totalmente obsoletos, especialmente después de que se fuera prorrogando desde que lo hiciera por primera vez en 2011, y no siempre vinculada a mejoras del servicio. Algunos camiones llevan en servicio 20 años.
Con los retos para una ciudad del siglo XXI, y de paso, de la candidatura verde para 2030, la nueva concesión supondrá sustituir los vehículos de recogida, barrido y baldeo apostando por vehículos de emisiones 0 al ser propulsados con gas natural; los pequeños y medianos eléctricos, y habrá otros híbridos. Supone la recuperación también del barrido de los núcleos urbanos de las pedanías y del casco histórico —cuyo método 'singular' no se conocerá hasta que se formalice el contrato por la cláusula de confidencialidad— todos los días de la semana, así como la implantación de la recogida de la fracción resto separada de la orgánica, obligatorio por normativa europea desde este año.
También en las pedanías entrará en servicio la recogida selectiva —papel, cartón, envases— tal y como está en la ciudad, y como estará también en los polígonos de Carrús, Elche Parque Empresarial, Altabix o el Parque Agroalimentario. No será la única novedad para las partidas rurales, pues también se implantará un Punto Limpio en todas aquellas que tienen núcleo urbano, así como puntos de compostaje comunitario. En los polígonos también se aumenta la frecuencia de residuos industriales, pero lo importante es que no solo se limpiará con el barrido de los peones, tendrán ahora apoyo de la maquinaria, algo que hasta ahora no se realiza por la falta de medios. Otra novedad será la modernización de los dos ecoparques actuales, elevándolos a categoría D. Y por otra parte, y como también era conocido, el control del servicio será telemático.
Asimismo, durante el primer año se tendrá que elaborar un Plan Local de Residuos por parte de la concesionaria, y en el que el Consistorio también se tendrá que implicar, dialogando con distintos colectivos como el ecologista, que llegaron a paralizar el proceso impugnando el pliego. Precisamente una de las cuestiones que venían denunciando es que según defienden no se cumplirá con los estándares europeos exigidos de reciclaje y que el Plan Local de Residuos debería elaborarse antes del pliego, y no al revés, como se hará.
En segundo plano, también habrá novedades en el tratamiento de podas y escombros, la renovación del parque de contenedores —se aportarán 100 metálicos adicionales a los 400 y 500 de 3.200 litros—, con otros 'inteligentes' localizados por GPS... Cuestiones que se irán abordando progresivamente, como la construcción de una gasinera, que no se construirá de un día para otro, y que será la que facilite que los vehículos de recogida utilicen gas natural como combustible. Lo que sí entrará en vigor el primer año es el de la recogida orgánica en centros de gran producción: hospitales, aeropuerto, centros educativos y algún barrio. Después progresivamente se ampliará al casco urbano y pedanías para que esté implantado totalmente el quinto ejercicio.
En cuanto al precio del servicio, será de 28,1 millones el primer año, que es lo que ofrecieron Urbaser y FCC al presentarse conjuntamente, aunque se irá incrementando a medida que se implanten mejoras, y sobre todo el mencionado quinto contenedor, utilizado para la separación y recogida selectiva de la materia orgánica. Deberá estar ya totalmente implantado en el quinto año, con un coste de 1,9 millones de euros que se irán pagando durante el primer lustro a razón de entre 400.000 y 500.000 euros cada año. Ese quinto año el servicio costará unos 30 millones.
No obstante, el pliego contempla un coste para los 10 años de 327 millones de euros, que puede llegar a los 360, IVA incluido, teniendo en cuenta que se contabilizan los 50.000 euros de asesoría externa anuales, los 200.000 para sustitución de contenedores, 50.000 para sustituir papeleras y 200.000 para campañas de sensibilización. A ello habría que sumar amortizaciones o seguros varios, que son unos costes indirectos de 8,4 millones de euros (incluidos en el total). Un importe máximo por no realizar ningún tipo de baja y porque es obligatorio por ley tener margen para posibles modificaciones por razones de mejoras o situaciones, pudiendo aumentarlo en un 10%
Queda ver cuándo entrará en servicio el nuevo servicio. En la teoría, como tarde seis meses después de formalizar el contrato, lo que podría ir a 2021, aunque el bipartito intentará que sea en 2020. De hecho el Plan Económico Financiero elaborado por el bipartito señalaba que no estará en funcionamiento antes del 1 de junio de 2021. Aunque se trata de un supuesto.
