ALICANTE. La exitosa franquicia gastronómica alicantina Chico Calla! se expande, tanto en presencia física como en la oferta que integra su carta. La empresa fundada en 2013 por Carlos Botella acaba de levantar la persiana de su tercer local en la capital alicantina, y el segundo que explota en la zona de la Playa de San Juan. El nuevo Chico Calla! se ha ubicado en pleno corazón de la avenida Costa Blanca, en el mismo local que hasta hace unos meses ocupaba el restaurante de cocina vasca Estella.
Este nuevo establecimiento mantiene la esencia de los anteriores, pero añade a su carta una especialidad que hasta ahora no había trabajado, y que forma también también del espíritu de la cocina alicantina que inspira su oferta: los arroces. De esta forma, el arroz se suma a la extensa carta de tapas alicantinas con toques de cocina moderna que han caracterizado a esta cadena de tabernas desde sus inicios en la calle San Francisco de Alicante.
Si bien se trata del tercer local en la capital alicantina de la enseña, en estos momentos solo tiene en funcionamiento dos, puesto que el establecimiento de la avenida de Holanda, también en la playa, está cerrado en estos momentos por reforma, en paralelo a la intensa rehabilitación que se está ejecutando al edificio Flamingo en cuyos bajos se encuentra.
Al margen de los tres locales en la capital, la cadena abrió recientemente su primer establecimiento en Elche, tal como publicó este diario en su momento. El primer Chico Calla! ilicitano, abierto en régimen de franquicia, se encuentra en la calle Mare de Déu del Carme, que ha protagonizado otras aperturas de hostelería en las últimas semanas, como la de la taberna La Barrica.
La oferta gastronómica de estos locales es netamente alicantina. Su cocina incluye elaboraciones gastronómicas típicas de la provincia, a menudo acompañadas de expresiones valencianas para cada tapa. Entre ellas también destacan los salazones, coca amb tonyna, la pericana, el pulpo, los ineludibles montaditos... Todo a un precio más que asequible, lo que ha convertido a estos locales en una de las opciones preferidas por los clientes alicantinos para disfrutar del ocio gastronómico. Los locales, además de por su decoración en madera, se caracterizan por las barras que permite tomarse una cerveza en la calle, a modo de tardeo.