ELDA. A falta de tres semanas para cerrar el año, en la calle Juan Carlos I de Elda y sus adyacentes, empatan las persianas subidas y las bajadas. A tenor de lo que muestran las imágenes, la vía con más tiendas del centro urbano no luce como en ejercicios anteriores en los días previos a las fiestas navideñas. Los carteles “Se alquila” y “Se vende” son los únicos que cuelgan de los escaparates ya vacíos. Y a algunos de los que todavía tienen productos a la vista, el letrero “Liquidación por cierre” les augura un final similar. En las mismas aceras, sin embargo, muchos otros se han adornado ya para esta época del año y atraen las miradas de los transeúntes. Sus luces contrastan más que nunca con los locales apagados. Son la esperanza del comercio local en un momento de muchas sombras para el sector.
La edil de Comercio de Elda, Sarah López, es clara al reconocer los estragos que ha causado la pandemia: “Prácticamente, todos los comercios de la ciudad se han visto afectados directamente; todos han tenido que acometer diferentes acciones para adaptarse a la situación”. Del mismo modo, la concejala confiesa que, al principio, también algunas franquicias echaron el cierre. No obstante, matiza que fueron pocas y que, en algunos casos, el detonante fue la jubilación inminente de sus propietarios.
Según López, en la restauración, quienes “peor lo han pasado han sido quienes no contaban con unos metros de terraza”. Esto es, sobre todo, los bares y restaurantes del casco antiguo, donde, por la idiosincrasia de las construcciones, la mayoría de locales son pequeños. “Tuvimos que hacer un esfuerzo superior en despejar partes de la calzada para que pudieran poner unas mesas, y hacerles los permisos contra reloj para que los tuvieran en tiempo y forma y las autoridades no los sancionaran”, explica la concejala. En el resto de comercios, declara, “se cumple un patrón similar: aquellos que cuentan con un aforo muy reducido lo tienen más difícil”.
Por estos motivos, tal y como manifiesta la responsable del área, el ayuntamiento de Elda detectó en seguida “la necesidad de la digitalización”, la importancia de que el comercio minorista tuviera presencia en internet. Y con ese propósito, pusieron en marcha distintos talleres de formación. Según Sarah López, “ha habido una muy buena respuesta” por parte de la población, si bien es cierto —subraya— que, para quienes nunca habían tenido contacto con el mundo digital, adentrarse en él “ha sido un esfuerzo titánico”.
Sarah lópez: “Aquellos negocios que han apostado por el servicio a domicilio y por la digitalización son los que mejor posicionados están”
Aunque no especifica sectores comerciales, López asegura que “aquellos negocios que han sabido reconvertirse y digitalizarse han sobrevivido, les va bien y están haciendo envíos a ciudades de toda España”. Pese a las posibles reticencias iniciales —añade la edil—, “están viendo que la digitalización es una clara oportunidad para sobrevivir, ya no solo en tiempos de pandemia; es otra forma de trabajar, de flexibilizarse”. Y aunque la concejala es consciente de que este proceso no surge ahora, afirma que “la pandemia ha supuesto un cambio de paradigma absoluto en estos términos”. “Aquellos negocios que han apostado por el servicio a domicilio y por la digitalización son los que mejor posicionados están”, concluye categórica.
En cualquier caso, a la oferta formativa cabe sumar el amparo de las ayudas económicas para paliar el impacto de la COVID-19. Del primer paquete de subvenciones municipales, gestionado a través del Instituto de Desarrollo de Elda (IDELSA), se beneficiaron 279 empresas —entre autónomos y pymes— con un importe total de 295.250 euros. El segundo paquete, concedido por la Diputación de Alicante, cuenta con una partida de 179.907 euros y lo han solicitado ya unas 400 compañías. Recibirán la prestación aquellas que cumplan los requisitos establecidos.
Sin buscarlo, el confinamiento de Elda y Petrer para reducir la influencia del coronavirus —en vigor entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre— ha beneficiado al comercio local. Del mismo modo que la gente de fuera no podía acudir a comprar, la población eldense se vio obligada a hacerlo en su municipio. “Lo que hemos perdido por un lado, lo hemos ganado por otro; nos estamos reencontrando con nuestros comerciantes”, celebra Sarah López. Y es que, según confiesa la edil, además de las campañas difundidas en redes sociales, la necesidad de consumir en la localidad ha permitido a la ciudadanía descubrir tiendas de su barrio que hasta el momento desconocía. “Hemos ido generando nuevas sinergias, y están viéndose unos gestos que van a repercutir positivamente en la ciudad”, pronostica.
Con todo, la concejala de Comercio hace un balance positivo del sector: “Estoy viendo que el tejido empresarial y comercial de Elda está formado por gente con ideas, que está sabiendo reconvertirse a pesar de lo mal que lo está pasando, y eso me da confianza”. En palabras de López, salvo la gente que se queda en el camino o que decide prejubilarse, la mayoría “está invirtiendo en otros canales de comunicación, está trabajando mucho en la personalización, en el detalle, en no perder ese saber hacer y esa atención al cliente que tienen los comercios de cercanía, además de combinarlo con la digitalización”. Por todo ello, la edil se muestra convencida de que, tras este periodo de cambios, “el comercio va a salir muy reforzado”.
sarah López: “Estamos reflexionando nuestras formas de consumir”
Ante la llegada de la Navidad, sin embargo, López prefiere ser cauta: “Es una campaña sin precedentes en un momento nunca visto”. Y aunque no se atreva a hacer una previsión de ventas, confía en “el compromiso y la solidaridad” que se ha despertado en la población. “Estamos reflexionando nuestras formas de consumir y estamos viendo que cambiar el clic de comprar en una gran superficie a salir a la calle (o comprar por internet) en un comercio local nos hace sentirnos mejor, a quien compra, a quien vende y a quien recibe el regalo, porque sabemos que hemos ayudado a un vecino a sobrellevar esta situación”, manifiesta optimista. Todo ello sin olvidar nunca la responsabilidad individual: “Compremos en Elda, hagamos Elda grande, pero pensemos muy bien, cada vez que vamos a salir a la calle, cuál va a ser nuestro comportamiento en ella”. Solo así, el cierre de persianas seguirá siendo parcial.