La era de López en el Puerto: concluir la gestión de Gisbert y crear un 'hub' de innovación en Poniente 

ALICANTE. El economista Julián López asume ya la presidencia de la Autoridad Portuaria de Alicante, después de que se aprobase su nombramiento oficial, en el pleno del Consell del pasado viernes, y ya ejerce el cargo tras haber tenido una primera toma de contacto con sus nuevas ocupaciones, a principios de esta misma semana. En cualquier caso, su toma de posesión se hizo efectiva de facto este mismo martes, con motivo de la presentación de la segunda convocatoria de propuestas innovadoras Ports 4.0, en la que se el Puerto y la Cámara de Comercio espolearon tanto a emprendedores como a empresarios ya consolidados para que presenten proyectos disruptivos que puedan mejorar la actividad logística portuaria, susceptibles de ser financiados por el fondo de 12 millones puesto en marcha por Puertos del Estado. 

Lo cierto es que en ese primer acto, celebrado justo en la fecha en la que trascendió el fallecimiento de su predecesor, Juan Antonio Gisbert, ya se dejó entrever cuál será la previsible hoja de ruta de su mandato recién estrenado. En realidad, gran parte de su cometido se centrará en finalizar la labor desarrollada y encauzada por el propio Gisbert. López será el encargado de completar la apuesta por la transformación del Puerto desplegada en los últimos siete años, tanto desde el punto de vista urbanístico y de la fisonomía del recinto portuario, como en su modelo de negocio. Una de sus prioridades será tutelar la finalización de las obras de reurbanización del paseo central y del paseo de Levante, ya en ejecución tras su encomienda a Bertolín y CHM, respectivamente, con la previsión de que puedan quedar terminadas entre finales de este año y principios de 2023.

Se trata de una doble actuación encaminada en un mismo objetivo: mejorar las relaciones de interacción entre el Puerto y la ciudad, de modo que pueda conseguirse el objetivo de abrir todo el entorno de la dársena interior para uso público que se había marcado Gisbert junto a su equipo directivo. En esa dirección se encuadran, también el desarrollo de la nueva marina deportiva para megayates prevista entre los muelles 10, 12 y 14, con la que Alicante puede anticiparse a los puertos de Ibiza y Málaga que también planean dotarse de ese tipo de oferta para albergar embarcaciones de hasta 50 metros de eslora, que ahora solo se encuentra disponible en Barcelona y Palma en el conjunto del Mediterráneo, según explicó el director del Puerto, Carlos Eleno, durante el desarrollo de la presentación de Ports 4.0.

También se alinea en ese propósito la construcción de la nueva subsede de Distrito Digital ahora en construcción en el muelle 5, lo que permitirá abrir ese brazo de Poniente para el uso público, como avanzadilla del proyecto de centro de congresos promovido por la Diputación y el Ayuntamiento de Alicante entre los muelles 7 y 9: justo a espaldas del edificio de Distrito. En ese objetivo, se sumará también en breve la construcción de la isla o plataforma flotante dotada con restaurante, diseñada con la intención de conectar toda la dársena interior como zona pública abierta a la ciudadanía.

El desarrollo de esa nueva zona, en colaboración con Distrito Digital, se encuadraría entre la estación provisional de autobuses y Panoramis

No obstante, al margen de esas actuaciones ya encarriladas, la tarea de López se extenderá en la planificación de la reconversión del área de Poniente para el que ya se ha esbozado una propuesta de remodelación que permita convertir el espacio comprendido entre la estación provisional de autobuses y el edificio de Panoramis en un hub dedicado al desarrollo de proyectos innovadores. Para ello, se contaría con el respaldo de Distrito Digital con el fin de generar "economías de aglomeración y de aprovechar sinergias", según concretó el propio López, que permiten desarrollar un polo de atracción de empresas tecnológicas. "Es un proyecto todavía en una fase incipiente, pero se trata de generar actividad económica basada en la innovación y, con ella, empleo de calidad", apuntó. "Es una de las asignaturas en las que vamos a seguir trabajando sobre la base de lo que ya se había esbozado por parte de Gisbert; se trataría de un proyecto del Puerto porque estamos hablando de suelo portuario, pero buscando siempre colaborando con el entorno", apuntó.

En ese ámbito se encuadrarían naves en desuso, junto a otras naves concesionadas con empresas dedicadas a la siderurgia, además de las edificaciones del barrio de Heliodoro Madrona. En principio, no se trataría de dar cabida a un nuevo edificio para albergar empresas que pudiese funcionar como sede de Distrito Digital, sino de "generar una zona de apoyo a la innovación y de empresas innovadoras" en la que sí tendrían encaje usos terciarios para la implantación de oficinas, de acuerdo con la modificación número 6 del Plan Especial del Puerto, o incluso, la posibilidad de que ese ámbito pudiese funcionar como laboratorio o banco de pruebas de las propuestas de empresas instaladas en otros puntos del Puerto, por ejemplo. De hecho, el Puerto y la Conselleria de Innovación ya han suscrito un protocolo de colaboración en ese sentido, con actuaciones encuadradas en el desarrollo de proyectos relacionados con el vehículo autónomo (sin conductor) y con un laboratorio dedicado al estudio de las posibilidades de las redes de 5G.

En todo caso, se trata de un planteamiento a medio plazo, todavía por concretar con Distrito Digital, que podría quedar condicionado por la pervivencia de la propia estación provisional de autobuses en su ubicación actual, junto a la avenida de Loring. En principio, el edificio -que quedó transferido al Puerto en 2020- seguirá albergando ese uso hasta 2023, en función del acuerdo alcanzado entre la Autoridad Portuaria, la Conselleria de Obras Públicas y Transporte y el Ayuntamiento. A partir de entonces, debería renegociarse su posible continuidad. Por lo pronto, como ya ha informado este diario, el Ayuntamiento ya ha planteado al departamento autonómico hasta tres ubicaciones alternativas en las que poder situar la construcción de una estación de autobuses definitiva, ante la constatación de que el proyecto de la intermodal de Renfe solo admitiría la reserva de espacio para un intercambiador de autobuses, pero no una estación al uso.