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convocatoria green deal del Horizonte 20-20 de Europa

La división de Eurofins en Elche lidera un consorcio europeo con Repsol o Greene de economía circular en textil y calzado

7/03/2021 - 

ELCHE. En España se generan anualmente 1,6 millones de toneladas de residuos del sector textil y unas 100.000 del calzado. Unas cifras tan ingentes que resultan ingentes y que generan problemas obvios en el medio ambiente. Precisamente estos días que se habla constantemente de los fondos de reconstrucción europeos, los Next Generation EU como oportunidad para transformar la industria, desde Elche se impulsan otras iniciativas con fondos europeos, aunque con otras líneas. Es el caso del proyecto Footex, un consorcio europeo liderado por la división ilicitana de la multinacional Eurofins, y en la que participan otros partners como Repsol, Greene o Desigual.

La iniciativa, enmarcada en el Horizonte 20-20 de Europa, aspira a captar fondos para la convocatoria Green Deal, para ser uno de los 6 hubs europeos en economía circular de las industrias textil y de calzado para ubicarlo en Elche. Bajo la premisa de 'residuo 0 al vertedero', no es un pequeño reto vistos los datos. Eso sí, se han presentado 92 propuestas para solo 6 proyectos que se implantarán en todo el continente. En cualquier caso, este plan, diseñado a una escala mayor que a un modelo piloto, está presupuestado en 26 millones de euros a 36 meses, y va de la mano de otras multinacionales como Repsol o Desigual, además de otras grandes compañías del entorno como Grupo Soledad, Pikolinos, Hilaturas Ferre, Belda Llorens, Greene Waste to Energy o Acteco.

El consorcio está formado por 48 socios de 9 países diferentes: España, Portugal, Italia, Alemania, Dinamarca, Grecia, Eslovenia Chipre y República Checa. También incluye centros de investigación, universidades, e institutos tecnológicos, además de otras firmas industriales del ámbito del calzado, los componentes, el textil o químicas. También cuenta con el respaldo de Avecal, Ficem, la Confederación Europea del Calzado y Euratex y Cedelco, que ha sido parte importante para impulsar la idea. Así, también respaldan institucionalmente la conselleria de Industria y el Ayuntamiento de Elche. 

Diseñar un producto desde la perspectiva de su final

La iniciativa se presentó el 26 de enero a la convocatoria de Economía Circular dentro de Green Deal (Pacto Verde) del Horizonte 2020 europeo que lleva en marcha desde 2014, enmarcado en la línea de desarrollar proyectos de I+D+i. Como explica el coordinador del proyecto, Enrique Montiel, toca prácticamente todo, "desde el diseño sostenible a la parte de incentivo al consumidor para la recogida de prendas que no van a ser usadas. Lo que se plantea es la reutilización, reparación y reciclado del zapato y el textil". Una idea que viene motivada por la alta cifra de residuos que se generan anualmente, y que a la vez suponen la transformación del sector y sentar las bases para cumplir con los objetivos de emisiones de Europa en 2025 y 2030.

Sobre la cifra de toneladas que acaban en vertedero, Montiel explica que "las problemáticas son diferentes porque en el textil por ejemplo hay en general menos multimaterial; lo hay, pero predomina en una parte importante la monomaterial y la separación sencilla. El zapato sí es multimaterial, abajo lleva un conjunto polimérico, arriba lleva puede llevar metal, piel y tejido... Todo esto es una complicación porque no se diseña pensando en separar componentes".

Economía circular con el residuo: vuelta del producto al mercado o destino como combustible 

Así pues, la propuesta del consorcio es diseñar pensando qué pasa al final del ciclo de vida del producto y cómo se va a reciclar. Además de los incentivos para el consumidor se plantea aplicar tecnología QR, blockchain, que en vez de tirar a la basura se le pueda incluso recoger el producto en casa, contenedores inteligentes —que aportaría Acteco—... En definitiva, que se pueda trabajar desde el origen de cuando se genera el residuo en el retail y los centros comerciales. Después ya entraría la parte técnica con la separación de materiales automatizada, algo en lo que puede aportar Soledad por su separación del caucho de otros materiales.  

"Al final, cuando tienes ya separado por un lado caucho, poliuretano o poliéster, puedes volver a entrar en el mercado con otro artículo", explica el experto. Y lo que no puede tener acabado porque es multimaterial o ya no renta a nivel económico, es donde entran Greene y Repsol. La compañía ilicitana transforma esos residuos en aceites pirolíticos y con ellos Repsol los transforma o en plásticos renovables o en combustible. Se trata por tanto de llevar esa economía circular al máximo, "cuando no se pueda aprovechar el último eslabón", señala Montiel. 

Una línea de trabajo a futuro, con o sin fondos europeos

La cantidad de toneladas de residuos que se genera es tal que desde Greene creen que esta cadena da para crear entre 7 y 10 plantas que gestionen 40.000 o 50.000 toneladas pensando solo en ese aprovechado final. Aunque luego habría que encajar esto en el ámbito logístico y de transporte. No es fácil, aunque el coordinador del proyecto reconoce que "la tecnología para resolver los restos de esta cadena de valor existe, pero hay que transformarla para hacerlo rentable". Así con todo, aunque finalmente la Comisión Europea no elija esta iniciativa, están manejando varias vías de financiación alternativas, incluso 100% privadas. E indistintamente, partes de esta cadena participan en los proyectos españoles e ilicitanos que aspiran a captar los fondos de reconstrucción.

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