ALICANTE. La Vega Baja se inundará, "sí o sí". Esa es la realidad de la comarca. Y una premisa sobre la que trabaja la Dirección del Agua de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente. Sus características orográficas, sin apenas pendiente en su territorio, las numerosas infraestructuras viales que hacen de barreras ante avenidas de agua, el modelo urbanístico de los municipios y la dificultad para el desagüe forman los pilares del alto riesgo de la comarca a inundarse. Partiendo de esta base, desde la Dirección del Agua del Consell trabajan para minimizar al máximo esas catástrofes, como la que se vivió hace un año, y no vuelvan a repetirse.
La Dirección del Agua de la Generalitat Valenciana elaboró tras la DANA un borrador en el que se marcaban una serie de medidas para evitar que se repitan los daños y las consecuencias que la comarca sufrió en septiembre del pasado año. Entre esas medidas se encuentra la creación de corredores verdes para poder desaguar grandes avenidas, la planificación de lo que se denomina pueblos isla y la creación de superficies inundables. Una vez que se han fijado estas grandes líneas, el ente autonómico sacará a licitación dos consultorías mediante las cuales se pretende perfilar las medidas concretas, establecer los detalles específicos.
"La cuestión es decidir qué velocidad le queremos dar a la salida del agua, porque como no hay pendiente, la mayor velocidad implica mayor superficie ocupada, y eso produce un rechazo en la población" señala el Director General del Agua, Manuel Aldeguer.
Uno de los contratos que saldrá a licitación es de asistencia ténica para la toma de datos, estudios hidrológico e hidráulico y estudio de soluciones para la determinación de las infraestructuras necesarias para la defensa contra las inundaciones en la Vega Baja. El presupuesto destinado para tal labor está fijado en 780.813 euros. El expediente está a la espera del visto bueno del servicio de Contratación para que se proceda a la licitación.
Este contrato cuenta con cuatro fases. La primera es la recopilación de datos y la elaboración de un modelo digital terrestre (MDT). El plazo se ejecución es de dos meses. La segunda fase consiste en la creación sobre ese MDT de modelos hidrológicos e hidráulicos partiendo de las aportaciones que recibe la comarca de ramblas y sierras colindantes. El plazo sería de diez meses. La tercera fase recogerá la situación actual del drenaje de pluviales y aquellas infraestructuras que se vayan ejecutando. El plazo sería de un año. Cierra las fases la realización de talleres de presentación de la propuesta.
La segunda consultoría, con un presupuesto de 362.438 euros y un plazo de ejecución de ocho meses, se centra en la asistencia técnica para la redacción del anteproyecto de corredores hidráulicos verdes para la defensa contra las inundaciones. Estos trabajos partirán de la necesidad de realizar tres corredores verdes que capten los caudales de avenida afluentes desde la rambla de Abanilla, las ramblas de la sierra de Albatera y Crevillente y las ramblas procedentes de las sierras al sur en la margen derecha del río Segura, junto con caudales en exceso del azarbe mayor de Hurchillo. El objetivo es conducirlos hasta el mar o a un cauce público con capacidad suficiente. Las tareas se centrarán en la elaboración de un anteproyecto para el desarrollo de los tres corredores hidráulicos en el que contenga su viabilidad y compatibilidad, además de explorar alternativas para dictaminar la mejor opción para conducir estas avenidas.
Aldeguer resalta la importancia de la colaboración con los ayuntamientos, la Confederación Hidrográfica del Segura, la diputación y las comunidades de regantes. La elaboración de estos documentos darán detalles específicos en cuanto a cómo de grandes tienen que ser las superficies de almacenamiento, anchura, la altura, dar respuesta a cómo conectar las azarbes, de cuánta capacidad tienen que ser los sistemas de bombeo, entre otros.
Este sábado se cumple el primer aniversario de la llamada DANA de septiembre. Ante el cuestionamiento de qué obras se han ejecutado en este año para evitar otras inundaciones, Aldeguer diferencia dos escenarios. Por un lado resalta que se han llevado a cabo muchas obras, tanto en agricultura como en la reparación de caminos, azarbes, acequias, recuperación de abastecimiento estropeado, pozos y desagües. Y por otro lado, enfatiza que para no hacer "chapuzas" son precisos los estudios hidrológicos, los modelos a seguir y las alternativas. "Eso tardará mucho tiempo. No llega nadie iluminado y lo resuelve. También se necesita consenso social". La principal diferencia que el Director del Agua remarca entre el día de hoy y el de hace un año es que "tenemos el conocimiento y los trámites iniciados para redactar proyectos y asumir el problema". Recuerda que desde 1989, dos años después de la última gran inundación, "no se había puesto ningún ladrillo y no se ha puesto en marcha los proyectos". Por esta razón insiste en la necesidad de que la inercia de las medidas proyectadas no se detenga ni se olvide. Se calcula una inversión total de mil millones de euros. "O hay un apoyo social importante a las actuaciones o se irán ralentizando y no se llevarán a cabo" concluye.