ALICANTE. La Diputación de Alicante se ha convertido en una noria política: tan pronto está quieta y el consenso entre los partidos políticos es la norma, como tan pronto pega un arreón y los cuchillos entre los partidos empiezan a saltar por los aires. Está claro que la crisis de la coronavirus es una oportunidad, también para las instituciones, para que den la mejor de las respuestas posibles, en este caso, a los municipios, que es donde la institución provincial debe rendir cuentas. Y ahí llega el choque de intereses: el equipo de gobierno de PP y Cs ha dejado que sea el presidente, Carlos Mazón, quien lidere esa gestión. Y es él quien lanza los mensajes políticos de concesión de más ayudas (seis millones concedidos hasta ahora), rebajas fiscales, colaboración con otras instituciones, apoyo al turismo, etc. De Cs se sabe poco. Ha elegido un papel secundario, más allá del plan Planifica. Pero la oposición tampoco le deja pasar muchas: el PSOE siempre ha intentado que entre las ayudas figure un plan económico de ayuda a autónomos, pymes y comercios, algo que Compromís y el resto de grupos respalda. Pero la burocracia interna de la Diputación ha provocado que ese plan de ayudas se retrase, lo que aprovecha Compromís para comparar con la ingente inversión que en esta crisis han hecho las diputaciones de Valencia y Castellón, respecto a la de Alicante. Y claro, en cuanto viene el debate político, y el !Y tú más¡, los cuchillos vuelan, cada uno con su mensaje.
Y eso ha vuelto a pasar este miércoles, en el pleno ordinario de mayo. Venía el ambiente caldeado, con las gráficas de Compromís, con las inversiones de la Diputación de Valencia y las de Alicante. El portavoz valencianista, Gerard Fullana, aprovechó la réplica del primer punto del orden de día, la aprobación de otro paquete de ayudas para municipios por valor de 6 millones y denunció la parálisis de la institución a la hora de destinar más recursos a los municipios. "A día de hoy, en el BOP sólo aparecen tres millones; la Diputación de Valencia ha invertido 20 millones". El mensaje avivó la intervención del PP, que en todo caso debía haber verbalizado el portavoz de grupo. Pero el presidente se vio en la necesidad de salir a achicar espacios ante los líquidos -de peso- vertidos por Compromís, quien había insistido en la necesidad de colaborar más con la Generalitat (a través del Fondo de Cooperación Municipal).
Mazón tiró de ordenamiento jurídico y dijo que la Generalitat era la competente en Servicio Sociales y por tanto, a la que correspondía hacer un mayor esfuerzo en esta materia. Pero pese a ello, el presidente defendió que la Diputación de Alicante no había rehuido su responsabilidad y había aprobado ayudas y había reforzado el personal de sus centros sociales y sanitarios para hacer frente a la emergencia, y además con la losa de las competencias impropias; es decir, con la carga de tener que asumir los costes de unos centros y servicios que debía sufragar la Generalitat. De igual manera, defendió a los diputados, tanto del gobierno como de la oposición, que forman parte de una comisión cuyo objetivo es buscar alternativas para apoyar al sector económico y productivo de la provincia de Alicante.
Compromís estimó la intervención de Mazón fue muy política, por mencionar a los trasvases y hacer críticas al Gobierno y a la Generalitat. "Hay mucho nerviosismo; denunciamos que ha habido una imprevisión presupuestaria evidente", censuró Fullana. El PSOE también se sumó a esa crítica y le afeó que hiciera un discurso como dirigente del PP, y no como presidente de la institución. El socialista Toni Francés fue más allá y dijo que retirararían su apoyo si no había un cambio de actitud en su discurso.
Mazón lamentó que no gustaran sus intervenciones y las respuestas a las críticas de Compromís y del PSOE, pero sí que defendió que había colaboración institucional con la Generalitat, más allá de las diferencias poíticas que podrían surgir o han surgido y que, según Mazón, por tratarse de un periodo excepcional, no ha querido airear. "Podíamos haber criticado la gestión sanitaria del Consell y no lo hemos hecho, pese a los errores, que se han dado", se justificó Mazón. Y a medida que fue respondiendo, el presidente de la institución fue soltando chinitas a PSOE y Compromís, como que "el material sanitario de la Subdelegación ha llegado cuando llegado"; "se han manifestado (PSOE y Compromós) a favor de un cambio de gobierno en la institución con una moción de censura en plena pandemia"; "no hemos traído ni una moción política que generara controversia" y "claro que defiendo el verano fiscal. ¿es que no ven como están sufriendo los autónomos? ¿no hablan con ellos?". Y por último, defendió que todos los partidos, y los técnicos, aborden en el seno de la junta de portavoces cómo deben ser las medidas de apoyo a autónomos, pymes y profesionales. Y reprochó que a la oposición que filtren si hay o no acuerdo con las medidas a aplicar, cuando todavía se están trabajando en ello. Y con ello, Mazón cerró el debate político, pese a que en el punto únicamente se debatió y se aprobó destinar otros tres millones para los servicios sociales de los municipios.
Y pese a las buenas palabras de no politizar la gestión la pandemia, la sesión tuvo otros puntos candentes sobre cuestiones política. La primera, una moción en defensa de la sanidad pública, presentada por Compromís, y rechazada en el anterior pleno de abril, y ahora presentada de nuevo y enmendada por PP y Cs para incluir una referencia a la sanidad privada. La segunda, otra moción, también de Compromís, para solicitar, de nuevo, la adhesión de la Diputación de Alicante al Fondo de Cooperación que comparten Generalitat y las diputaciones de Valencia y Castellón. En ambos casos, los debates fueron un cruce de acusaciones y de reproches por el contenido de las mismas, y de críticas hacia la coalición valencianista por haber presentado mociones de carácter político cuando todos los partidos se comprometieron a no hacerlo al inicio de la crisis del coronavirus. Sin quererlo -al menos ese dijeron- todas las formaciones siguieron hablando de todo -incluidas las ayudas de la DANA-, y tiraron de nuevo de la noria, cada uno hacia su lado. Y la sensación que dio es que nadie le gustó el resultado. La oposición sigue pensando que Mazón debe mantener un perfil institucional, y no ser el bateador del PP; y el PP sobre todo, sitúa a Compromís como autor de la pirotecnica en la que se convierte el pleno de la institución, cuando su papel debería ser secundario y de auxilio y ayuda a los municipios. De momento, han recibido o recibirán seis millones de euros.